Deja sensaciones contradictorias La desaparición de Eleanor Rigby, y quizá tenga mucho que ver en eso el hecho de que es una película resultante de un proyecto más ambicioso. La idea del debutante Ned Benson era crear dos películas bajo el mismo título con los subtítulos de Él y Ella. Pero eso a nivel comercial es un pequeño suicidio, así que lo que ha llegado es una mezcla de ambas subtitulada Ellos, y que se supone una mezcla de lo que habrían sido las otras dos cintas por separado. Más contradictorio aún es el hecho de que la película desprende categoría y calidad, pero siempre queda la sensación de que falta algo. ¿Algo que se quedó en la sala de montaje para componer estos 122 minutos de las dos películas previas de 89 y 100 minutos? Es difícil de decir, pero aún asumiendo que hay mucha elegancia en el resultado final y el trabajo de dos espléndidos actores para encabezar un reparto muy acertado, la historia no termina de ser redonda, por mucho que su final sea muy atractivo.
Lo que se agradece de la película es su enigmático título, que lleva por caminos muy diferentes a los que parece tener el filme desde su cartel. La desaparición de Eleanor Rigby no es una historia de amor, aunque sí está presente. Es más bien una historia de desamor, la de una pareja perfecta que hace frente a una situación anómala y dramática a partir de la cual tienen que aprender a reconstruir sus vidas. Y en la narración los datos se van dando poco a poco con acierto, manteniendo siempre el misterio sobre qué ha sucedido, sobre los motivos por los que hay un Él, un Ella y un Ellos en la historia que Benson tenía en la cabeza. Pero todo esto no deja de ser una fantasía para el espectador informado, porque La desaparición de Eleanor Rigby que llega a las pantallas es la película que cualquier va a ver y la que hay que juzgar como tal. Y ahí volvemos a las sensaciones contradictorias.
¿Por qué? Porque se nota un poso, porque hay escenas intensas, porque la película engancha emocionalmente. Pero de alguna manera se queda corta. O quizá apunta demasiado alto y se queda en un relato ligeramente pretencioso, que siempre parece esconder debajo de la manga algo que hace que el espectador esté siempre un paso por detrás. Y ese algo no llega a aparecer en toda la película. Se espera, se siente incluso cercano, pero no llega. Ni siquiera aunque el final es hermoso y reflexivo. La espléndida construcción de los protagonistas que hacen Jessica Chastain y James McAvoy, incluso a veces parece que faltándoles también a ellos información básica. Pero van a las tripas, a la emoción, al sentimiento, y ambos salen triunfantes del reto. Lo que pasa es que la película se detiene tanto en ellos que los secundarios no encajan siempre, aunque en ellos también se atisba que hay mucho que contar. William Hurt, Viola Davis, Ciarán Hinds ( que tiene el mejor diálogo de la película junto a McAvoy), Isabelle Hupert... Hay nombres, hay instantes, pero falta algo de regularidad. ¿De nuevo por ese remontaje de la película?
Al final quedan esas dudas en el aire. Y eso no impide encontrarle puntos fuertes a la película, una intensidad emocional por momentos arrebatadora y algunos diálogos magníficos. Pero el conjunto no es redondo, no termina de ser la historia de amor que promete ni tampoco la de desamor que se atisba. Poética por momentos, pretenciosa en otros, es una de esas películas que deja una firme sensación de que se ha visto buen cine pero de la que es difícil salir enamorado. Y con esas contradicciones, es complejo ser entusiasta con una película que prometía mucho, que a ratos ofrece bastante pero cuyo conjunto final es irregular. Eso sí, sin ser necesariamente las mejores actuaciones de Chastain y McAvoy, se convierte en una película imprescindible para sus seguidores. Y quizá para apuntar el nombre de Ned Benson, pensando en qué será capaz de hacer en el futuro sabiendo lo que sabe ya sobre la industria del cine con esta película doble remontada en una de dos horas.
2 comentarios:
La vi ayer con muchas esperanzas y me ha resultado deprimente y aburrida a muerte. Una pena, con lo que prometía.
Key, no sé si tan aburrido pero creo que salí igual de decepcionado. Tienes cosas buenísimas... pero no termino de pillarle el punto más que por los dos protagonistas.
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