domingo, febrero 03, 2013

'Hitchcock', cine dentro de cine complaciente pero bonito

Las películas de cine sobre cine que se agarran a figuras reconocibles tienen mucho ganado. Hitchcock, obviamente, arranca desde ese terreno y ya tiene ganado una consideración favorable a poco que no ejecute un estropicio de proporciones épicas. Lo que acaba ofreciendo el debutante Sacha Gervasi es un retrato algo edulcorado del conocido como maestro del suspense mientras creaba una de sus últimas obras maestras, Psicosis. Y es, efectivamente, un retrato complaciente en muchos momentos, que no quiere ofender al aficionado, pero no por ello menos bonito de contemplar, francamente gozoso en algunos momentos. Poco aportará en términos históricos a quienes conozcan algo sobre el rodaje de Psicosis, pero para los profanos será una hermosa manera de acercarse a un auténtico clásico siempre disponible para ser descubierto.

Hitchcock no estrictamente un biopic, no abarca toda la vida del protagonista. Ni siquiera un amplio espectro de la misma. Hitchcock es la creación, rodaje y estreno de Psicosis. No va ni pretende ir más allá. Gervasi (cuyo trabajo más relevante hasta ahora es el guión de La terminal, de Steven Spielberg) realiza un ejercicio de síntesis bastante inusual y, por qué no decirlo, agradecido, en esta época. Lo que le podría haber dado para un filme mucho más extenso, y quizá sea posible que le falten algunos minutos en algunos tramos, se queda en unos ajustados 98 minutos en los que, si peca de algo, es de plantear demasiados temas sin llegar a dejar que ninguno coja el protagonismo que habría tenido en otras manos. Está el Hitchcock megalómano, su obsesión con las actrices rubias, su colaboración con su esposa, Alma, su lucha contra los demonios interiores (curiosamente personificados en esta película en Ed Gein, el asesino en serie que inspiró Psicosis, interpretado por un inquietante Michael Wincott), su pelea con la censura y con el estudio por hacer las películas tal y como las quería.

Dar vida a Hitchcock es un caramelo en cierto modo envenenado del que Anthony Hopkins sale más que airoso. En ocasiones parece algo preso de la caracterización física del personaje, pero en otros momentos cobra vida ante la cámara, hasta acabar en un gozoso final que capta a la perfección la esencia de todo lo que representa Hitch, el hombre que quería provocar sensaciones nuevas en el interior de una sala de cine. Las interpretaciones, de hecho, van desde lo mejor a lo más insulso de la película. Toni Collette borda el papel de Peggy Robertson, la secretaria de Hitchcock, dándole el tono de comedia desenfadada que en el fondo requería la película. Scarlett Johansson y Jessica Biel no logran la trascendencia que sí podrían haber tenido, dando vida a Janet Leigh y Vera Miles, las dos protagonistas femeninas de Psicosis. Y aunque James D'Arcy apunta buenos detalles como Anthony Perkins, lo cierto es que el filme pasa totalmente de puntillas sobre su personaje, perdiendo una oportunidad interesante. Ahí, por ejemplo, falta metraje.

En realidad es que, salvo por resaltar la presencia de Scarlett Johansson, el rodaje de Psicosis no alcanza un papel dominante en esta recreación. Importa mucho más su gestación, lo que representa en la carrera de Hitchcock y el momento personal en que le llega (Helen Mirren da vida a Alma, ejemplificando de nuevo los altibajos a los que refería antes, por momentos espléndida pero en otros mera comparsa), su montaje (con la inolvidable anécdota con Bernard Herrmann de la música en la escena de la ducha) y su estreno, que no el proceso de filmación. Quizá por eso los actores que interpretan a actores no cobran tanta relevancia como, por ejemplo,  el escritor Whitfield Cook (Danny Huston, siempre solvente), a quien Hitch considera un rival por el afecto de su esposa y no duda en dejárselo claro cada vez que se cruza con él. Por supuesto, todo está contado desde el prisma más favorable a Hitchcock, carismático hasta en sus flaquezas, y con la sensación de que la idea es dejar bien a todo el mundo, incluso a su odiada Vera Miles.

Hitchcock es una película tan amable como hermosa de ver. O quizá es que el cinéfilo que llevo dentro disfruta sobremanera con películas que tocan los entresijos del mundo del cine. Lo que es un innegable es que hay un sincero intento de mostrar cómo era Hitch y cómo era el cine de aquella época. Además de los ya habituales sobresalientes tareas de diseño de producción, uno de los elementos que más ayudan al espectador en esa tarea es la magnífica banda sonora de Danny Elfman, que recrea el mítico tema de la serie televisiva Alfred Hitchcock Presenta y, por supuesto, algunos de los temas de Psicosis. Hitchcock, con sus toques de humor, es un filme que requiere ganas de disfrutar, porque está hecha como un homenaje cariñoso a una figura que, precisamente, careció del reconocimiento de la industria cuando todavía estaba en activo. Ese es otro de los temas de este interesante y entretenido filme, seguramente el que más sentido da a todo el trabajo que conlleva, con muchas cosas interesantes aunque sólo por esa hermosísima y genial escena final en el cine, en el estreno de Psicosis, ya merece la pena.

4 comentarios:

Meg dijo...

Esta pelicula no me convence pese a tratar sobre uno de mis directores favoritos, y por eso mismo,creo que cuando la vea me llevaré una sorpresa agradable, aunque me habría gustad que fuera un biopic. Un beso!

Doctora dijo...

Eso del cine dentro del cine es algo que nunca me llama de entrada. Luego he visto pelis buenas, como "Cantando bajo la lluvia" o "Ed Wood", pero siempre es algo que me tira para atrás de inicio.

Veo por lo que cuentas que no han ahondado mucho en el lado oscuro de Hitchcock (cuya moral era bastante cuestionable según he leído) y la peli lo muestra bastante "amable", por así decirlo.

Igual merece la pena por alguna anécdota, pero nada que no pueda ver en algún documental sobre el director, así que paso bastante de esta peli.

PD: El maquillaje de Anthony Hopkins es espantoso.

Celia dijo...

A mi tampoco me ha gustado nunca las pelis que hablan del cine dentro del cine.No porque no me interese el tema si no porque no me encanta enterarme de esos entresijos.
Espero que esta sea como tu dices una buena pelicula
La vere aunque no sea en el cine

Besos

Juan Rodríguez Millán dijo...

Meg, pues yo casi me quedo con esta fórmula... Los biopics se suelen quedar cortos porque una película no suele llegar a todos los temas que plantea. Ceñirse a un episodio concreto permite perfilar mejor al personaje. Y creo que eso lo hace, pero de una forma edulcorada.

Doctora, a mí sí me gusta el cine sobre cine. Y no, no han buceado mucho en lo más oscuro, pero sí que es verdad que un documental sirve para lo mismo.

Celia, bueno, es lo que digo, hay detalles interesantes y curiosos. Es simpática de ver, ya me contarás si la ves...