El alto listón que dejó la primera parte de Batman. El regreso del Caballero Oscuro y la épica que hay en los dos volúmenes de la novela gráfica de Frank Miller que faltaban por adaptar generaban unas altas expectativas para esta segunda parte. Y, con sus altibajos, dichas expectativas se cumplen con creces, especialmente en los dos contundentes clímax, con el Joker y Superman como coprotagonistas. Las dos entregas hacen de esta película una esplendorosa, violenta y adulta interpretación de Batman como era difícil esperarla en forma de dibujos animados, y eso que Warner lleva años traspasando muchos límites con sus filmes animados. Fiel en todo momento a la visión con la que Miller cambió para siempre la esencia del superhéroe en los años 80 junto a trabajos de tanto renombre como Watchmen pero, al mismo tiempo, sabedor de que el lenguaje cinematográfica obliga a responder en escenas muy concretas y espectaculares. En su segunda parte y en su conjunto, una pequeña joya.
El principal pero que puede tener la película está en su origen. Evidentemente, ésta no puede entenderse sin haber visto la primera parte, pero en algunos casos peca de estar dirigida a quienes idolatran la novela gráfica. Hay explicaciones que en las viñetas se dan en el texto que parecen echarse de menos en la pantalla. Es consecuencia, hasta cierto punto lógica, de la dificultad de adaptar un cómic con tantas resonancias, recovecos y temas propuestos. Pero la película encuentra una profundidad inusual en el género y defiende una personalidad propia sin necesidad de desligarse del cómic, ampliando visualmente la propuesta de Miller. No rehuye nada y afronta con valentía temas e imágenes muy controvertidos. No es de extrañar, incluso es digno de alabar por lo que supone, que en Estados Unidos recibiera la calificación PG-13. Y se puede incluir entre lo peor que su arranque es tibio, porque incide en la misma secuencia que sirvió para presentar al Joker en la primera parte y abunda en la ya conocida idea de comunicar lo que sucede en Gotham en esos momentos a través de imágenes de informativos de televisión
A pesar de todo, la película recupera rápidamente un ritmo endiablado que estalla en las dos grandes secuencias que ofrece. Jay Oliva, director de las dos entregas, de hecho las convierte en cuatro, sumando dos a la primera media hora de la película que en la novela gráfica no parecen tan trascendentes como los duelos con carácter definitivo que llevan a Batman a cruzarse en el camino del Joker primero y de Superman después. La lucha contra el Joker es sublime desde su misma gestación al final de la primera parte. Visual y psicológicamente tiene una carga brutal. En el caso del choque contra Superman, es todo un logro contraponer la esencia de dos héroes tan distintos. Eso estaba en el cómic, sí, pero a falta de muchas explicaciones ese choque de voluntades no pierde fuerza. Y es que el punto más logrado de la película, como el del cómic, está en ambas secuencias y en su base, en entender qué significa ser un superhéroe en relación a figuras tan opuestas a Batman como su archienemigo y el campeón definitivo. Esa idea está muy presente y es lo que hace que el filme no se limite a ser un compendio de escenas de acción.
Escenas que, por cierto, están muy bien llevadas, coreografíadas y montadas. Sin tener un enorme presupuesto que permita una animación tan deslumbrante como las de Disney o Pixar (no olvidemos que es una película para el mercado de vídeo), hay soluciones imaginativas y sobre todo mucha tensión narrativa, incluso para quienes conocen el desenlace de la historia en las viñetas. A esto contribuye un reparto de voces excepcional, en el que destaca el Joker de Michael Emmerson, lleno de matices y dando una vida asombrosamente compleja al ya sorprendente personaje reimaginado por Miller. Lo cierto es que la película le da al Joker algunos momentos que no estaban en las viñetas y que suponen un crecimiento en todos los sentidos, incluso en el grado de violencia de la película. Peter Weller confirma, como apuntó en la primera parte que es un buen Batman, que mejora en los momentos más trascendentes, especialmente en ese duelo contra el Joker.
Batman. El regreso del Caballero Oscuro. Parte 2 es una nueva delicia en forma de dibujos animados, una que satisface a quienes disfrutaron en su día, hace más de 25 años, con la rompedora propuesta de Frank Miller, y que ofrece una espléndida oportunidad a quienes sepan poco de Batman para disfrutar con una aventura trepidante, menos crepuscular de lo que pueda hacer pensar la edad del protagonista y repleta de reflexiones sobre lo que supone ser un superhéroe. Su factura técnica, deudora del dibujo de Miller, es notable y su tono no oculta en absoluto cierta herencia del Batman de Christopher Nolan sin por ello perder identidad propia. Sin duda, el conjunto se convierte en una de las mejores películas que se han hecho del Caballero Oscuro, aunque su ritmo, condicionado por la estructura de la novela gráfica en cuatro partes (alguna de ellas con más de un clímax) diste mucho de ser el más adecuado para un filme. Y si todo desemboca en un gozoso enfrentamiento entre Batman y Superman, el héroe de la oscuridad y el héroe de la luz, es lógico pensar que el disfrute es máximo.
3 comentarios:
La vi hace unas semanas y me acordé de ti.
Desde luego me gustó más que la primera, tiene más acción y la presencia de personajes importantes y conocidos es un plus.
El dibujo del Joker es horrible, se le ve muy joven e incluso atractivo, pero el personaje está muy bien reflejado, se le ve incluso más brutal y explícito que en las pelis de Nolan y Tim Burton, algo inesperado en una peli de dibujos. No me moló, eso sí, el escenario de su final.
La parte de Superman tiene más acción y la pelea está muy conseguida y entretenida, pero es una rama de Batman que no me acaba de molar. Prefiero al Batman más humano enfrentándose a enemigos más reales, como Dos Caras, Joker o el Pingüino, no al Batman ultrapoderoso que parece sacado de los 4 Fantásticos enfrentándose a enemigos galácticos.
La puta niña sigue desentonando un huevo y tiene muchas otras cosas que no me acaban de molar, pero está bien.
Una auténtica delicia esta segunda parte.Desde luego que Marvel debería de empezar a tomar nota urgentemente de la calidad del tándem Warner/DC,por lo menos en la parte de animación.La lucha entre Superman y Batman,y sobre todo el enfrentamiento definitivo con el Joker,son algo que cualquier fan del personaje disfrutará al verla.Un 9 destacándola entre las mejores dedicadas al hombre murcielago.
Doctora, conociendo la novela gráfica era fácil suponer que la segunda parte gustaría más a quien no la haya leído... Aunque esos sean los motivos por los que el Joker no te gusta, es lo que se buscaba en la novela gráfica original. Y esa Robin tiene su aquel...
Luis Francisco, desde luego que Marvel tendría que tomar nota. Podríamos estar disfrutando como enanos si el éxito en animación de DC encontrara una buena réplica. A mí también me ha parecido de lo mejor que he visto en este terreno.
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