domingo, febrero 10, 2013

'Gangster Squad', entretenido pero poco exigente cine negro

Es evidente que el cine negro ya no es lo que era. Y, por eso, no que afrontar cada película nueva que salga como si fuera a reinventarlo. Sucede un poco lo mismo que con los musicales, que o bien se encumbran como la película que renueva el género o se aplastan sin piedad si no se convierten en un clásico instantáneo. Gangster Squad es un ejemplo perfecto para describir este fenómeno. Es obvio que no va a reinventar el género, pero tampoco lo pretende. Y, por tanto, el resultado es una película sumamente entretenida. Poco exigente, sí, con diálogos flojos y con elementos más que previsibles, incluso algunos ridículos. Pero casi siempre bien llevada y bien interpretada. Creo que la mejor forma de saber qué se va a ver está en pensar en el género, asumir que el guión es una traslación de Los intocables de Eliot Ness al Hollywood de finales de los años 40, mezclarlo con su interesante reparto, sumar altísimas dosis de disparos, y recordar que su director es Ruben Fleischer, responsable de Bienvenidos a Zombieland y 30 minutos o menos.

Llegar a la conclusión de que Gangster Squad es una película entretenida supone salvar un escollo importante que Warner había puesto para su disfrute cuando decidió eliminar una escena de la película por su similitud con el tiroteo en la vida real en un cine coincidiendo con el estreno de El Caballero Oscuro. La leyenda renace. Dijeron entonces que lo hicieron para no herir sensibilidades, pero, francamente, tiroteos ha habido en muchos escenarios y no por eso se va a dejar de disfrutar de una buena película de, y ahí está la clave, ficción. La decisión se antoja aún más absurda después de ver que es totalmente imposible llevar la cuenta de cuántos disparos se producen en Gangster Squad, de cuántos cadáveres llegan a sumarse a lo largo de su metraje y de algunas escenas como el violento incidente que abre la historia. Porque, eso sí, Gangster Squad es una película muy violenta, como procede con el relato que está contando. Obviamente, Fleischer gusta de recrearse en algunos de esos momentos, pero tampoco es un exceso insoportable.

El principal problema de la película no está ahí, sino en el desarrollo de los personajes, en sus diálogos y en intentar disimular que estamos ante una versión más truculenta y salvaje de Los intocables. Porque el argumento es básicamente el mismo. Solo cambia que aquí los policías que persiguen al mafioso de turno operan más allá de la ley y sin sus placas, pero hay en la interpretación de Sean Penn un claro intento de acercarse al Al Capone de Robert de Niro en la película de Brian de Palma, a la que se asemeja en demasiadas cosas con los típicos añadidos de lo políticamente correcto (que no falten la mujer, el hispano y el negro), e incluso con homenajes nada velados (la escalera, a la que sólo le falta el carrito de bebé). Es evidente cómo se va a resolver la trama, quién tiene que enfrentarse con quién, qué papel va a jugar la femme fatale de turno o incluso qué personajes no van a llegar con vida al final de la película. Es Emma Stone, pese a cuadrar a la perfección en la imagen más hermosa de la mujer del género negro, y sea cual sea el color de su insinuante vestido, quien más sufre el pobre desarrollo de los personajes.

Pero el conjunto es, decía, sumamente entretenido, porque en el fondo es una buena historia de buenos contra malos que está encarnada por actores carismáticos. Y aunque Josh Brolin es un espléndido actor que lleva el filme con mucho oficio, y se agradecen las presencias de Nick Nolte, Giovanni Ribisi, Robert Patrick, Anthony Mackie o Michael Peña, lo cierto es que la película crece con la presencia de Ryan Gosling, a pesar de su pobre doblaje. Y no es que su personaje esté mucho más desarrollado que el de sus compañeros de reparto, pero sí encierra bastantes más elementos de interés, tanto sobre el papel de su guión como en su traslación a la pantalla. Fleischer se excede en modernizar el aspecto visual del cine negro y, obviamente, choca con la esencia misma del género. Gangster Squad abusa de las cámaras lentas y de los efectos visuales y, salvando una espléndidamente rodada escena de persecución, se acerca a la historia como si fuera un título más de acción. Eso es lo fallido de la película. Pero el desarrollo y la puesta en escena, olvidando estas moderneces que llevan tiempo comiéndose las reglas básicas del cine de género, es más que interesante.

Gangster Squad no es la mala película que muchos han vendido (¿quizá una reacción a esa desmedida reacción de remontar la película?) ni tampoco el clásico instantáneo que se podría haber conseguido con un reparto tan completo e interesante como el que reúne este filme. Pero es una película interesante, contenida en su duración (113 minutos) y desatada en su violencia. Curioso sería que esa misma violencia que sirve para encumbrar a otros directores se utilizara para hundir esta película. Lo mejor, en todo caso, está en la ambientación, en lo que sí sigue con fidelidad aquello que hacía del género negro algo tan especial, ese aire clásico en los escenarios, en la vestimenta e incluso en los comportamientos de los personajes. Y eso está presente aquí, quizá algo enmascarado por el ruido de las balas, pero está. Pero no estamos ante una obra maestra del calibre de Perdición, no. Ni siquiera comparable con L. A. Confidential o Camino a la perdición. Pero es que no todo el cine tiene que ser de arte y ensayo o formar parte de forma inmediata de un panteón de clásicos. El cine entretenido también tiene derecho a vivir.

3 comentarios:

Meg dijo...

No espero encontrarme a uno de los nuestros o a los intocables, pero espero que me resulte mucho más que entretenida :-) Un beso!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Meg, pues ya me contarás... Tiene cosas interesantes, pero otras bajan mucho el nivel. Para mí, correcta sin más.

Doctora dijo...

Juraría que había escrito aquí un comentario, pero ha desaparecido, quizá se quedó en el limbo ¬¬

Venía a decir que aunque parece que al final la peli no es para tanto me conformo con que no sea densa en plan "La dalia negra".