Siempre hay que dejar un resquicio por si acaso, pero, en el fondo, en el cine de género está casi todo inventado. En el de terror desde luego es así. Pero aprovechando clichés, temáticas y patrones ya vistos en docenas de oasiones, y sin necesidad de presumir de una originalidad o una inventiva sin límites, lo cierto es que se pueden conseguir buenas películas. Mamá es una de ellas. Es un viaje entretenido, una mezcla interesante realizada con oficio, que reúne escenas de buen terror, personajes muy bien desarrollados y una trama atractiva. Por supuesto, cae en errores más que comunes del terror moderno, errores que casi hay que considerar ya inevitables a estas alturas y a la espera de que alguien reinvente el género de verdad, pero en su acercamiento a las sensaciones más clásicas es donde consigue atrapar al espectador, explotando la belleza que consigue en sus imágenes el realizador argentino Andrés Muschietti, que debuta en el largometraje precisamente adaptando el corto del mismo título que realizó en 2008.
Dado que entre lo más positivo de Mamá está el desarrollo, es mejor prescindir de contar siquiera el argumento de la película, dado que todas las sinopsis iniciales arrancarán probablemente después de los diez primeros minutos de película. ¿Por qué arruinar una espléndida secuencia inicial sabiendo de más? En todo caso, lo mejor del filme está en su muy conseguida atmósfera de terror. Va avanzando entre el cuento perverso y la ensoñación fantasmagórica, mezclando viejos trucos para generar miedo, los sustos modernos más artificiales, arquitectura cinematográfica clásica y artificios realizados por ordenador, haciendo que su interés vaya creciendo poco a poco hasta un final tan perturbador como discutible. Y para ello una de sus mejores armas es la empatía que generando el personaje, formidablemente escrito, de una brillante (¿cuándo no lo está?) Jessica Chastain, mucho más que la de un esforzado Nikolak Coster-Waldau (conocido gracias a la serie Juego de tronos) que el guión aparta y recupera a conveniencia y en ocasiones sin explicaciones demasiado convincentes.
Muschietti demuestra con esta su primera película que sabe rodar. Y lo que es más difícil, que sabe rodar terror. Los suyos son planos meditados, siempre con significado y con efecto, contribuciones personales a esa atmósfera tan destacada de la película. Por eso da cierta rabia que a veces caiga en el susto fácil y, sobre todo, en el susto artificial, ese que a veces parece tan imprescindible como innecesario en una película de terror. Y también que el guión que coescribe se vaya por algunos derroteros que no sabe ni quiere explicar (no hay más que pensar en lo que sucede en torno a la caja) o en el clásico problema de no encontrar un razonamiento lógico a muchas de las actuaciones sobrenaturales que copan el metraje o los tópicos como que todo el mundo decida investigar las cuestiones más espeluznantes en solitario y de noche. El balance, no obstante, es claramente positivo porque, además, supera con nota el siempre difícil reto de rodar con niños. Cuanto más usa a las dos pequeñas (y menos se decanta por imposibles efectos visuales por ordenador), más terrorífica es su película.
Mamá es una más que decente película de terror, cuyos aciertos pesan más que sus problemas. Puestos a buscar referencias, hay muchas entre el cine de terror de las cuatro últimas décadas, lo que evidencia que no es la película más original del momento. Pero el buen uso que Muschietti hace de esos elementos otorga una buena valoración a su debut. A lo que me resisto es a darle en esta película la importancia que todo el mundo parece estar otorgándole a Guillermo del Toro, productor de la cinta. A veces de la impresión de que sólo atendemos al productor por simpatía y se le quita mérito al director cuando la película gusta. Que la película sea del gusto de Del Toro no quiere decir que sea gracias a él. Bravo por producirla pero, mientras Muschietti no me demuestre lo contrario con sus futuras películas, que veré gracias a este buen aval cinematográfico, pensaré que Mamá es cosa suya. Y es una una grata sorpresa, una buena película para pasar un buen rato de terror sin necesidad de caer en las trampas del gore más o menos oculto y tan trillado en los últimos años.
2 comentarios:
A mi me parecio mas de lo mismo. Chastain esta desperdiciadísima pero sostiene la película, Nikolaj tremendamente gris y un guion con agujeros y sin mucho esfuerzo.
Fue un intento de recrear el orfanato y mejorar la Dama de Negro, pero para mi se quedó muy, muy a medias.
Gallo, en parte estoy de acuerdo contigo, por eso insisto en que no es algo original. Pero creo que está bien rodada. Por Internet he leído un poco de todo, así que entiendo tu opinión.
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