¡Qué gozada disfrutar con una película de la que uno no espera demasiado, sorprenderse en el cine con un título que ofrece algunos de los mejores momentos del año, descubrir todavía hoy formas de narrar! Eso es lo que me ha pasado con Expiación. Lo admito. Tenía ciertas reservas por el tipo de historia que es y que en el cine me suele parecer preciosista pero aburrida. Quizá el referente más claro sea El paciente inglés, que me provocó precisamente eso, cierto aburrimiento sin desmerecer sus logros visuales. Pero la sorpresa con Expiación ha sido grata, muy grata, por bastantes motivos. En la historia no me voy a meter demasiado para no correr el riesgo de desvelar aspectos fundamentales de la película, pero aún así hay muchas cosas que se pueden comentar de esta historia de amor apasionado que transcurre en la Inglaterra de los años 30 y 40, en el seno de una familia adinerada.
La primera mitad de la película es sencillamente brillante. Joe Wright, director que debutó con Orgullo y prejuicio, demuestra un espectacular dominio de la cámara, del tiempo cinematográfico, de la elipsis, del montaje y de la narración. Es impresionante ver cómo hace encajar una doble narración de los mismos hechos, desde dos puntos de vista tan diversos como imprescindibles para entender las motivaciones de la historia. Se respirá la tensión, la pasión y hasta el drama en cada una de las secuencias. Algunas parecen triviales, pero poco a poco el espectador va descubriendo que cada detalle cuenta, sobre todo los más pequeños. Muy impresionante para un director casi novel y un escándalo que su nombre no sea uno de los cinco nominados al Oscar, a pesar de las siete candidaturas de su película.
El segundo acto tiene un bajón de ritmo y de interés bastante severo. Pero es breve. Porque de repente, sin avisar, casi sin darnos cuenta, nos deja una joya como hace mucho tiempo que no se veía, un plano secuencia maravilloso, sobrecogedor, brillante e inolvidable. De esos que hacen que un escalofrío te recorra la espalda ante tanta belleza. Describirlo con palabras sería indecente. Es para verlo y recordarlo para siempre. El tercer acto recupera el pulso narrativo con mucha fuerza y la película desemboca en un final maravilloso y precioso, coronado con un epílogo sencillamente precioso. Y así uno sale de la sala pensando que ha visto una película brillante y emocionante, algo no tan frecuente como pueda parecer.
El reparto es británico en su totalidad y eso hace que muchas de las caras no sean excesivamente conocidas. Sí es perfectamente reconocible una Keira Knightley que, pese a todo lo bueno que se diga y escriba sobre ella, sigue sin decirme gran cosa. En conjunto, los actores están correctos, como suele suceder con un reparto británico, pero no inolvidables. Salí de la película pensando que nadie desprende el carisma de Clark Gable o Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó, de Humphrey Bogart o Ingrid Bergman en Casablanca. Esa es la fuerza que al final le falta a la película. Clase, lo que se dice clase, no hay en Expiación hasta el final, cuando Vanessa Redgrave hace una pequeña pero imprescindible aparición en la película.
Y hay un detalle más absolutamente imprescindible en Expiación: la música de Dario Marianelli. Absolutamente perfecta. Desde el juguetón comienzo con una máquina de escribir como instrumento hasta las notas más trágicas. Una absoluta obra maestra musical, integrada en la película y a su servicio con una perfección que hacía tiempo que no veía. Descubrí a Marianelli en V de Vendetta. Después he escuchado sus trabajos en Orgullo y prejuicio, Los hermanos Grimm y La extraña que hay en ti, pero no he visto esas películas, así que el juicio no puede ser completo. Y me apunto el nombre de Marianelli para el futuro. Nominado al Oscar por esta película, tengo la sensación de que Alberto Iglesias no va a tener muchas opciones ante esta espectacular partitura.
Antes de ir a verla, no pensaba yo que recomendaría Expiación con tanto entusiasmo, no... Pero es una de las películas imprescindibles del año. Sin duda.
3 comentarios:
Me alegro de que te haya gustado. Como ya te comenté es de lo poco que he visto para los Oscars, pero me dejó fascinado. Como bien dices, la primera parte de la pelicula es de 10... que manera de manejar el ritmo de la historia con una banda sonora que no es que ayude... sino que construye medio camino ella sola. También me marco el plano secuencia pero tenía demasiado reciente Hijos de los Hombres (me quedo con este). Y de las actuaciones pues quizá la más lucida sea la que han premiado con una nominación: la de la niña. Para mi una de las grandes sorpresas del año.
Un saludo
A mí también me gustó... aunque después de leer una crítica como la tuya tengo la sensación de que no la vi del todo bien.
Precisamente, hace un rato he leido en otro blog habalr sobre esta peli; también la rcomendaba. Mira que no me había llamado la atención pero ya me está picando la curiosidad cn tana crítica buena je je
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