Después de ver las últimas grandes producciones lanzadas al
mercado, como Turbo, Séptimo o El consejero, con gran éxito pero bastante
pobres de sentimiento, nos encontramos con esta pequeña y agradable sorpresa. Es
la historia de amor de una pareja de divorciados cuyos respectivos hijos deben
marchar inminentemente hacia la universidad. Eva (Julia Louis-Dreyfus) conoce a
Albert (James
Gandolfini) en una fiesta, simpatizan y acaban cenando juntos otro día. La
afinidad mutua es indiscutible y la noche resulta ser muy placentera. A pesar
de ello, Eva no está segura de que Albert sea su tipo ni le termina de atraer
físicamente y acaba rechazándole. Sus dudas e inseguridades primeras se irán
disipando poco a poco y se dará cuenta de que las cosas que comparten y el
tiempo juntos es demasiado valioso. Decide no negarse esa segunda oportunidad
que le ha dado la vida sólo porque no sea el prototipo de hombre ideal. Las
cosas acaban funcionando entre ellos más de lo que cabría esperar, pero
diversas complicaciones trastocarán la estabilidad y solidez de la relación que
intentaban construir.
Nicole
Holofcener crea y dirige esta emotiva película que en apariencia es una
comedia romántica más pero finalmente no resulta de ese modo. Se destaca la
sencillez y la manera tan espontánea de exponernos los hechos. La relación de
la pareja es narrada de forma natural, sin adornos ni tapujos y la complicidad
de ambos traspasa la pantalla. La trama se desarrolla sin demasiados
sobresaltos ni enigmas y los sucesos que acontecen pueden resultar
inverosímiles o poco creíbles. Lo que verdaderamente la hace diferente y
consigue cautivarnos es la química y sencillez de la pareja protagonista. Ambos
están magníficos, derrochando simpatía y dulzura en cada plano. Se resaltan
valores como la importancia de la confianza en una relación, la seguridad en
uno mismo y el desmontar la tendencia general de aquellos que ceden siempre a
las apariencias. Nos quiere mostrar como muchas veces la edad, el físico y
nuestra apariencia debería pasar a un segundo plano para poder llegar conocer a
la persona que hay debajo y que, de otro modo, jamás nos interesaríamos.
James
Gandolfini nos deleita con su última
actuación de una enorme y prodigiosa carrera. El aclamado actor, reconocido por
representar a Tony Soprano en la mítica serie Los Soprano, falleció el pasado mes de
junio, y nuestro mundo sigue de luto por perder a uno de los actores más
talentosos de nuestro siglo. Una bella despedida para un enorme actor, que aquí
nos demuestra una vez más su prodigiosa capacidad de alternar estilos
interpretativos tan opuestos. Su naturalidad, sencillez y su magnífica aptitud
de mostrarse por entero a la cámara sin adornos ni tapujos, convierte esta
película en una pequeña delicia. Julia
Louis-Dreyfus está encantadora y resulta convincente en las reacciones y
los dilemas que le van surgiendo. Entre ambos cargan de realismo y credibilidad
el metraje. Los diálogos son inteligentes y divertidos. A pesar de que sepamos
los acontecimientos que se van a suceder no nos impide disfrutar de este
maravilloso filme. Es una historia correctamente construida y narrada, con grandes dosis
de humor ácido y sutil.
Es una comedia americana bien trazada, reivindicando un género
explotado y mal utilizado en los últimos años. Estamos ya cansados de jóvenes
parejas bellas y esculturales en donde todo resulta forzado y la química es
impuesta por la taquilla. Actores atractivos y de moda se unen para atraer a
las masas juveniles, pero en la mayor parte de los casos no nos resultan
cercanos ni nos identificamos con ellos o con las contrariedades que les
suceden. Chistes fáciles y situaciones extremas que extenúan a cualquier
público que sobrepase la veintena. Ahí
es donde radica el atractivo de Sobran las palabras. Se nos retrata una pareja
corriente y casual, en la que las imperfecciones y la sinceridad de los
protagonistas hacen que nos sintamos más próximos a ellos. Es cierto que no se
altera ningún patrón del género ni supone un punto de ruptura pero la realidad
es que resulta conmovedora y divertida. Quizás el guión debería haber sido más
elaborado o suceder los hechos de manera más creíble, ya que de ese modo podría
haber sido destacable. Se queda a medio camino entre ser una película
recordable y una agradable comedia sobre un romance de mediana edad.
2 comentarios:
Pues estaba entre ver la de 3 bodas por reírme un poco, o la ultima de ben stiller pero creo que me acabas de convencer...
ya te contaré
Besos
Celia, yo no, mi compañera y amiga Lucía, que es quien la vio, je, je, je... Aunque no trago mucho a Ben Stiller, le tengo ganas a ésta...
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