Ahora queda meridianamente claro que Los mercenarios y, sobre todo, su secuela, eran un aviso a navegantes: Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone han perdido por completo la vergüenza. Ya les da igual rodar lo que sea con tal de pasar ellos un rato divertido. Sólo así se puede explicar Plan de escape, un triste remedo de los palomiteros ejercicios de acción de los años 80 que ellos mismos protagonizaron, en el que todo suena absolutamente artificial e inverosímil, en el que no hay ni una sola escena que no parezca mal hecha o imposible de creer, con unos diálogos lamentables, una ausencia de explicaciones sencillamente brutal, y unas justificaciones delirantes a todo cuanto acontece en la película. Es uno de los filmes que más desafían la credibilidad en todos los sentidos de los últimos años, y lo que resulta complicado discernir es si el motivo está en la inconsciencia o en la estupidez. Pero, qué demonios, son Arnie y Sly y parece que todo vale con ellos.
Por motivos que no vienen al caso y que, además, arruinarían la primera secuencia de la película, los personajes de Stallone y Schwarzenegger acaban juntos en una prisión supersecreta y privada, cuya ubicación la desconoce todo el mundo y de la que aparentemente nadie ha escapado. Con esta premisa, que parece una delirante mezcla entre Old Boy, Tango y Cash y Fuga de Alcatraz, se justifica la auténtica y probablemente única pretensión de la película, reunir otra vez más a estas dos viejas glorias del cine de acción, que están siguiendo unas carreras sumamente extrañas en los últimos tiempos. Y es que ni estamos ya en los años 80 ni este cine que con tantas ansias quiere emular a aquel está hecho con el mismo cariño, cuidado, desenfreno y acierto que el de entonces. Porque Plan de escape, producida en 1986, habría sido una producción de lo peor de Cannon. Verlo de otra forma es ser innecesariamente indulgente con el filme de Mikael Hafstrom, director de El rito.
Para disfrutar de Plan de escape hay que desconectar el cerebro por completo. De otra forma, resulta difícil de comprender. Porque se pueden pasar por alto las incontables incongruencias que hay en la trama, los terribles diálogos, las más que fallidas alusiones a la actualidad (Blackwater, Guantánamo... y ojo al papel de ese preso que reza a Alá) o las pésimas actuaciones de sus dos protagonistas (especialmente de Schwarzenegger, que parece haber olvidado el carisma en pantalla que sí tenía antes de dedicarse a la política), del malo de la función (pasadísimo Jim Caviezel) y de secundarios ilustres (un Sam Neill perdido, un Vincent D'Onofrio sencillamente extraño, o un Vinnie Jones... que sigue siendo Vinnie Jones, un ex futbolista de los leñeros). ¿Pero todo junto? Todo junto obliga a asimilar estos 115 minutos de película, que tampoco en eso hay mucha contención, como una enorme broma sin gracia para el espectador y con la que sus responsables seguro que se lo han pasado de maravilla.
Y es que Plan de escape es terrible, sin medias tintas. Quizá en eso resida su gracia, en verla y comparar lo que son ahora mismo las estrellas de acción de los años 80, añorados cada vez con más razón si cosas como ésta son las que llaman la atención de las figuras de entonces. Desde luego, no estamos ante una película para los que disfrutan de la lógica, incluso en el habitualmente ilógico cine de acción, porque en cada escena hay incontables elementos que la arruinarían dentro de cualquier otra título. Pero, claro, cuando llega el momento en el que Stallone le pide a Schwarzenegger que sonría a la cámara y éste lo hace, y de qué manera, se llega la inevitable conclusión con la que empezaban estas líneas: las otrora admiradas estrellas del cine de acción han perdido la vergüenza. Y con ella, lo que sí funcionaba hace unos cuantos años. Claro que dentro de nada llega Los mercernarios 3 y seguro que todo puede empeorar.
2 comentarios:
Estuve tentado de ir a verla al cine porque salen Stallone y Schwarzenegger y, ya sabes, la nostalgia y tal... Pero viendo el trailer ya notaba el tufillo a peli mala, y con críticas como la tuya he confirmado que es mejor mantenerse alejado de esta peli.
Es un pena. Me gustaría ver una peli buena con "Chuache" y "Sly" viejunos juntos. Que sirviera para recordar los viejos tiempos, que ellos se lo pasen bien, pero también que tenga un guión y un desarrollo decentes.
Tarambana, la verdad es que es una pena. No hace falta que hagan una obra maestra, pero incluso el entretenimiento más liviano se puede hacer con mucha más clase. Se han conformado con aparecer juntos y pasárselo bien, seguro, durante el rodaje.
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