Javier Ruiz Caldera, responsable de Spanish Movie y Promoción fantasma, es el último director en sumarse al trillado mundo de las comedias sobre bodas. La originalidad del director en 3 bodas de más, que así se titular el filme, se centra en llevar las situaciones al exceso más propio del humor patrio y a lanzarse de cabeza al gag como forma de construir la película. Hay historia detrás de esos gags, menos probablemente de lo que hubiera sido necesario para que la película despegara por encima de la norma habitual en este tipo de producciones. Y el gag lleva irremediablemente a la irregularidad. Los hay muy buenos y también algo más fallidos, los hay escatológicos (parece que no se puede hacer una comedia en nuestros días sin alguno de estos) y sexuales (aquí, por su temática, con algo más de sentido que en otras películas). Pero sobre todo hay mucho, demasiado gag. Y eso devora por momentos la historia, que, en su sencillez, llama más la atención en algunas escenas que el gag puntual.
Eso es porque Inma Cuesta está más cómoda en la historia que en el gag. El gag llega de la larga lista de secundarios, cómicos profesionales como es el caso de Berto Romero o Paco León (que con su acento va recordando y olvidando alternativamente el pretendido origen vasco de su personaje), y actores de marcada vis cómica como Quim Gutiérrez o Rossy De Palma. Llega también del guión, de la variopinta selección de bodas que aporta a la trama, pero sobre todo de los actores. Y aunque Inma Cuesta descubre sus posibilidades en el mundo de la comedia, se intuye más comodidad en su papel cuando hay elementos realistas con los que trabajar. Y en realidad en la película importa más el desarrollo de su personalidad, apocada y asertiva (como queda de manifiesto en la primera escena del filme y en algunas de las secuencias con Martín Rivas), que el gag. Pero el gag domina y lo otro, lo que podría marcar la diferencia, apenas queda bosquejado en algunas escenas. Poco para lo que podría haber dado de sí.
Como el gag manda, el resultado final de la película queda más supeditado que nunca a la conexión entre las bromas y el sentido del humor de cada espectador. En general, el resultado es satisfactoriamente divertido y para algunos puede ser incluso tronchante por momentos. Es una comedia muy de su época, la actual, y probablemente también muy de su país, España. Con esas señas, es fácil que cada espectador sepa si va a disfrutarla, independientemente del encaje que tenga cada escena o personaje en la película. Las dudas sobre ese encaje quizá queden de manifiesto con mucha claridad en el papel de Rossy De Palma. ¿Divertido? En general, sí. ¿Necesario? Eso es más complicado de afirmar. Para el lucimiento personal suyo, sí, y probablemente las risas estén aseguradas con su presencia, pero realmente las suyas son escenas algo desconectadas de la película, y no son las únicas. Esa es la irregularidad que se desprende de la dependencia del gag, que es claramente la apuesta de la película.
Esa, y el buen rollo predominante. 3 bodas de más es una película muy limpia y clara, nada truculenta, con una protagonista femenina que es a la vez heroína y damisela en apuros, tratando de encontrar su sitio en el complicado mundo del amor Y por todo eso, el entretenimiento parece asegurado, máxime si nos concentramos en los momentos cómicos que mejor funcionan y pasamos de puntillas por alguna torpeza más o menos evidente del guión (por ejemplo, la absurda manera en la que se introduce en la historia la tercera de las bodas). No es una reflexión tan profunda como se podría haber conseguido sobre el amor, la soledad y la dependencia porque quiere detenerse en la anécdota de las bodas, y no consigue escenas tan memorables como le habría gustado (como el final o la boda surfera), pero, con todo, entretiene. Eso sí, conviene lanzar una dura reprimenda a quien ha montado trailers, anuncios y avances. El mejor gag de la película (junto con el epílogo del filme), hacia el final, completamente reventado gracias al márketing. Qué se le va a hacer.
(A título personal, añado una nota más. En la película aparece esta canción de Niccó, una artista a la que adoro profesional y personalmente, y a la que le doy la enhorabuena por este pasito)
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