Todavía hoy, incluso habría que decir que sobre todo hoy, hay gente que tiembla al escuchar el nombre de William Shakespeare asociado al cine. No sé si lo consideran demasiado elevado y culto o demasiado aburrido e inaccesible. Pero, a menos que se trate de revisiones de aspecto juvenil como aquella (por cierto bastante más deficiente del recuerdo que parece haber dejado) Romeo y Julieta de Baz Luhrmann, asusta. Y no sé muy bien por qué. Shakespeare trataba temas universales e intemporales de una forma sensacional. Por eso Shakespeare es Shakespeare y su nombre resuena con tanto eco. Se ve en sus obras leídas en papel, pero también en el acercamiento de valientes directores contemporáneos. Ralph Fiennes, también protagonista, debuta en la dirección con este Coriolanus que demuestra que Shakespeare tiene sitio en el arte moderno y en el cine de cualquier época. La película, una notable apuesta cinematográfica, también lo es comercialmente hablando, pues se estrena, aunque tardíamente en España, simultáneamente a las salas, en vídeo y en plataformas online. Una buena oportunidad de descubrir o redescubrir a Shakespeare.
A comienzos del siglo XVII, el autor inglés escribió una tragedia sobre la vida de Cayo Marcio Coriolano, general romano que luchó en las guerras del Imperio contra los volscos. Ralph Fiennes actualiza dicha obra a nuestros tiempos, pero sin abandonar Roma como escenario y como modelo político de la trama. Tiene mérito porque, siguiendo el guión de John Logan (Gladiator), consigue hacer creíble esa traslación. Pero tiene mucho más mérito porque, además de actualizar la trama, la balcaniza, dándole un aspecto novedoso a la tragedia que narra la película. Llegando a los títulos de crédito se ve que la película se ha rodado en Serbia y en Montenegro. Pero es que sus imágenes ya delataban ese dato. Un Imperio romano modernizado con senadores en traje y corbata y cónsules en uniforme militar, balcanizado y violento. Asusta pensar en lo actuales que son muchísimos de los planteamientos e imágenes que incluye Fiennes en este su prometedor debut como director.
Es cierto que la película tiene algunos altibajos de ritmo, provocados también por el momento climático que salta a la pantalla a la media hora. Cierto que tarda en conectar emocionalmente con el espectador al detallar la batalla política, cuando lo que se le ha presentado en esa primera media hora es un duelo bélico en una situación de excepción. Pero aún así hay muchísimos aciertos en las dos horas de Coriolanus. El uso de metraje documental es acertado. La recreación de un lugar con la población en ruina es brillante. Las escenas de guerra son formidables. Y el retrato que Fiennes hace de su personaje con la elección de los planos es contundentes. Planos cortos para el decidido soldado, más abiertos y solemnes para el héroe de guerra recibiendo sus honores, en movimiento cuando la ira ensombrece su juicio. Su segunda película, The Invisible Woman, sobre la amante secreta de Charles Dickens (al que interpreta él mismo), llegará en 2013 y será una gran oportunidad para comprobar si se consolida como un director interesante.
Fiennes se reserva el papel principal de la película. Su presencia es muy poderosa, llena la pantalla y firma diálogos y monólogos sencillamente excepcionales. El último de ellos tendría que ser una clase maestra sobre entonación y vocalización que se mostrara en las academias de interpretación. El personaje es todo un caramelo, pero además de aprovecharlo Fiennes sabe rodearse de actores sobresalientes que hacen crecer el conjunto. Es intenso y notable el duelo personal con Gerard Butler (probablemente su más carismática interpretación desde 300), es magnífico ver a Jessica Chastain ampliando su ya amplísimo abanico de registros, es una delicia ver la profesionalidad de Brian Cox o la personalidad de James Nesbitt, pero es imposible no destacar la grandeza de una Vanessa Redgrave excepcional, dando vida a la madre de Coriolano. El reparto ayuda sin ninguna duda a que el escenario de la película sea creíble, volcando con sinceridad largos diálogos teatrales.
Mirando las fechas de estreno de la película, es inevitable sentir un pequeño resquemor sobre cómo funciona el cine en España. La cinta se pasó en el Festival de Berlín nada menos que en febrero de 2011. En enero de 2012 se estrenó en el Reino Unido y un mes más tarde en Estados Unidos. Desde mayo está en DVD y Blu-Ray. En España hemos tenido que esperar hasta ahora. Coriolanus merece algo mejor, porque es una apuesta valiente, una película apasionante en muchos momentos y con un reparto sencillamente espectacular que, además, exige escucharles en versión original. Y, sí, con expresiones en inglés antiguo, tal y como las escribió Shakespeare. ¿Tan complicado es? La verdad es que no veo por qué. Es una película mucho menos dura de ver de lo que puede parecer desde fuera. Y contiene mucho talento.
2 comentarios:
Puede que la vea, es verdad que a veces el nombre Shakespeare echa para atrás, tampoco sé el motivo. Tan sólo he visto el "sueño de una noche deverano" adaptada, y la verdad es que no me convención. Puede que me anime con ésta. Un beso!
Meg, sí que es curioso eso que sucede con Shakespeare, en tierras británicas seguro que nos mirarían raro... Creo que ésta merece la pena, ya me contarás si la ves.
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