lunes, enero 14, 2013

'Jack Reacher', el apabullante carisma de Tom Cruise

Que Tom Cruise desprende un carisma mucho más apabullante que el de la mayoría de estrellas actuales del mundo del cine es algo que, caiga bien o caiga mal, tiene poca discusión. Jack Reacher es, ya desde los carteles centrados exclusivamente en su figura, un ejemplo más de cómo puede sostener una película por sí solo. Pero, y teniendo en cuenta de que en un vistazo apresurado puede parecer una nueva secuela de Misión imposible, la sorpresa está cuando Jack Reacher se convierte en algo más que eso, algo diferente, y alcanza la categoría de thriller notable, con sus defectos pero bien hilvanado, sorprendente hasta el final y con una muy personal y clásica persecución automovilística que obliga a colocar este filme por encima de la media en productos similares, que son muchos. Incluso sin ese carisma de Tom Cruise, la película tiene momentos notables. Con él, se convierte en una muy entretenida experiencia.

Jack Reacher es una de esas películas que evidencian que el cine moderno es conveniente verlo sin saber absolutamente nada. Paramount, distribuidora del filme, parece apoyar la moción con el cartel de la película. Tom Cruise es Jack Reacher. Punto. Pistola en mano y poco más. ¿De qué va la película? Antes de verla, en el fondo da igual porque lo que vamos a ver es a Tom Cruise. Y este no defrauda casi nunca, así que el primer asalta está ya ganado. Luego hay un argumento, por supuesto, basado en la novela de 2005 One Shot, de Lee Child, que desconozco por completo. Dejémoslo en que la película es un thriller de acción que, sin revelar absolutamente nada, arranca de la forma más alejada a lo que uno podría esperar. Porque si es un vehículo para el lucimiento de su protagonista, este tarda un cuarto de hora en aparecer en pantalla. Eso sí, después de una memorable descripción que ya ha convertido su personaje en un auténtico caramelo.

Durante dos horas asistimos a un misterio muy bien llevado casi siempre (aunque hacer visible a un malo arruine parte de la sorpresa) y al que Christopher McQuarrie sabe dar un par de vueltas a la investigación cuando es necesario y sin tener que caer en el absurdo tan habitual en el género. McQuarrie afronta su segunda película como director, tras Secuestro infernal en el ya lejano 2000, aunque es un guionista de igualmente corto recorrido e irregulares resultados. A la interesante Valkiria o la magistral Sospechosos habituales cabe oponer la mediocre The Tourist. Entre sus méritos en Jack Reacher está una intensa y notable secuencia de apertura (din diálogo), un ritmo más que correcto, una forma de rodar muy clásica y una carismática persecución automovilística en la que el objetivo es demostrar que Tom Cruise está siempre al volante del vehículo para protagonizar la secuencia de acción y eso redunda en su brillantez.

Tom Cruise es, insisto, el alma de la película, pero el reparto funciona francamente bien a su alrededor. Viene a ser una pequeña satisfacción rememorar al Cruise joven que buscaba medirse a grandes talentos al verle de nuevo junto a Robert Duvall (con el que hizo Días de trueno allá por 1990) como si fueran dos viejos amigos que se entienden a la perfección. Y es interesante la química del protagonista con Rosamund Pike, o la de esta con Richard Jenkins, un actor que siempre aporta algo interesante a sus personajes aunque aquí tenga poco tiempo en pantalla. Muy poco, aún menos, y es quizá lo que peor sabor de boca deja, tiene un siniestro Werner Herzog, que casi parece desaprovechado para el sobresaliente efecto que produce en sus escasas apariciones. A David Oyelowo le queda la grata parte de ser a la vez y según los vaivenes de la historia el poli bueno y el poli malo. Un reparto sólido que puede quedar algo eclipsado por la omnipresencia de Cruise pero que funciona muy bien.

Jack Reacher es una película que sabe combinar espectacularidad, historia y humor. Quizá lo primero sea lo más comedido, pues tampoco tiene grandes piezas de acción y McQuarrie apuesta mucho más por el misterio y la intriga, pero tiene las suficientes escenas de este tipo como para gustar a los amantes del género. La comedia viene dada por el carisma del personaje central, su particular visión de la vida y la forma en la que afronta los problemas, que le lleva a soltar diálogos cortantes y muy divertidos, adecuados como alivio de la tensión acumulada. Hay momentos que no terminan de justificarse en la historia y quizá le sobre algún minuto a los 130 que dura el filme, pero la experiencia es perfectamente diferenciable de otros vehículos de acción incluso con el mismo actor protagonista y altamente satisfactoria porque Cruise es un intérprete que consigue hacer creíble lo inverosímil. Eso, efectivamente, se llama carisma. No, no lo tiene todo el mundo y sí, sin duda, es uno de los motivos por los que casi siempre es un placer ver sus películas.

2 comentarios:

Meg dijo...

Cierto lo de su carisma, es un valor asegurado en este tipo de pelíulas, np la he visto, porque con los oscars ahi pegados quiero ponerme al día con las demás :-)

Juan Rodríguez Millán dijo...

Meg, es que son fechas frenéticas para los estrenos de nominadas, sí... Pero échale un ojo a ésta, que entretiene...