jueves, enero 10, 2013

'El hombre de las sombras', de la intriga al sinsentido

El hombre de las sombras (traducción que tira por elevación en la grandilocuencia para evitar la directa de The Tall Man, El hombre alto) es una película extraña. Comienza como una intriga bastante tradicional, por un momento parece que va a pegar un salto diferencial importante con respecto a otras películas similares (de las de madre/padre que busca a hijo desaparecido sin la ayuda de nadie y ante una amenaza de corte o apariencia sobrenatural que todo el mundo teme y cuyo secreto alguien conoce y esconde), y finalmente, por desgracia, acaba sumergida en el más absoluto de los sinsentidos. Y es que está muy bien que se quiera sorprender al espectador, pero no se puede decir una cosa y la contraria, no se puede justificar cualquier comportamiento con tal de que la sorpresa funcione aunque sea durante un segundo. El hombre de las sombras, del francés Pascal Laugier, es una película extraña que no termina de llegar a ninguno de los sitios que parece proponerse.

Al mirar el cartel de la película queda claro cuáles son sus dos reclamos. Por un lado, y en primer plano, Jessica Biel, lo que resulta algo pobre porque no parece una de esas actrices que, por popular que pueda ser, atraiga público por sí sola. Por otro lado, y acechando desde atrás, el hombre de las sombras, o lo que es lo mismo, el toque fantástico y siniestro de una historia de desaparición de niños. La protagonista cumple, sin más, lo que no es poco teniendo en cuenta que su personaje no está del todo bien desarrollado (y eso se ve en alguna escena de forma individual pero, sobre todo, después de ver todo el conjunto). El toque fantástico no. Y no lo hace por razones que en realidad no se pueden contar sin destripar la película. Como aquí no me gusta explicar los filmes con spoilers, hay muchas cosas de las que no se pueden hablar y da la impresión de que eso empieza a ser algo buscado en este tipo de cine. Es decir, que los giros son bruscos y fundamentales precisamente para que el crítico sienta la debilidad de no estropear la sorpresa y, por tanto, de valorar como se merecería la película.

Porque El hombre de las sombras se basa en una sorpresa intermedia, un giro argumental que pone patas arriba parte de lo que se ha visto durante la primera mitad. Y el caso es que, durante un segundo, parece una opción terriblemente interesante y original. Pero después de ese segundo arranca la reflexión y es evidente que la película está cargada de trampas e imposibles que se van confirmando con cada escena que pasa y que se rematan en un final endeble. El comienzo es prometedor, ofrece una atmósfera propicia para una película de terror o al menos para un thriller de misterio, en función del camino más o menos fantástico que desee recorrer, pero poco a poco el globo se desinfla solo. No sólo en lo argumental, sino también en lo cinematográfico. Hay escenas rodadas de forma torpe y poco espectacular (por ejemplo, la huida en la camioneta) y sólo lo más tópico del género (el perro o esos personajes que uno busca y que siempre se escabullen misteriosamente antes de alcanzar el lugar donde estaban) funciona si no se tienen muchas pretensiones.

Una vez terminada, lo cierto es que parece claro que El hombre de las sombras quería plantear un debate moral, pero es también evidente que no lo consigue, porque el envoltorio no está a la altura ni aprovecha algún camino interesante que aparecía sembrado en el guión (ese peculiar altar con fotos de los niños desaprecidos). El guión es descuidado y va perdiendo fuerza. Lo mejor está en los actores, que hacen una labor sólida y, en realidad, titánica para creerse lo que están interpretando, pero no hay nada que destaque especialmente. Es una cinta floja que sólo tiene el interés de descubrir cuál es el misterio que se esconde tras la premisa argumental. Pero que nadie intente encontrarle sentido a todas las escenas porque lo complicado es encontrar alguna que sea coherente con la siguiente. Para disfrutar de un par de secuencias de misterio y muy poco más.

2 comentarios:

Doctora dijo...

Pues mira, no me suelen molar este tipo de pelis, pero últimamente me estoy aficionando. Hace poco vi "Sé quién me mató" y aunque es pésima me divirtió bastante, precisamente de lo mala que es, y he disfrutado escribiendo sobre ella.

Además anteayer echaron "Los otros" en la Sexta 3 y me gustó mucho, no la había visto. Sea como sea he descubierto que disfruto más estas pelis si son malas y me puedo cachondear de ellas, así que me apunto ésta.

Por cierto, acabo de ver "¡Rompe Ralph!" y no me ha molado, es más, creo que la niña es el personaje más repelente que me he echado a la cara desde el pitufo ese de las gafas. Y la voz que le han puesto es el colofón para cogerle asco.

PD: Cómo se parece Jessica Biel a mi madre en esa foto que has puesto. Acojona.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, a veces hasta lo digo en las críticas, que es tan mala que puede divertir, y más en compañía abundante. Ya me contarás si la ves... Lo de tu madre y Jessica Biel me ha dejado descolocado, je, je, je... Vaya, siento que no te gustara '¡Rompe Ralph!', a mí ya sabes que me encantó... De la voz no te digo nada, porque afortunadamente yo la vi en versión original.