Las emisiones de películas en la televisión interesan cada vez menos. No hay ni un solo título entre las quince emisiones más vistas del año 2006, que son todas ellas deportivas. El primer lugar del ránking lo ocupa la final de la Champions League de fútbol que enfrentó al F.C.Barcelona y al Arsenal, con 10.296.000 espectadores. La película más vista del año apenas reunió ante la pantalla a algo más de la mitad de gente, 5.685.000 personas. Ice age fue el único título que superó los cinco millones de espectadores. Por debajo de esa cifra se situaron Buscando a Nemo, La momia y Harry Potter y la piedra filosofal. La primera película española fue Isi/Disi, con 3.358.000 espectadores.
Aunque el consumo sigue estabilizado (tres horas y 17 minutos al día por espectador, la misma cantidad que en 2005), al espectador ya no le interesa ver cine en televisión. Lógico, por otra parte. Primero y fundamental, porque ver una película en televisión es una tortura gracias a las interrupciones publicitarias, que alargan hasta la saciedad las películas. ¿Quién se somete a esa tortura teniendo a mano el DVD o siendo abonado de una plataforma digital de pago?
Influye también con seguridad la calidad de las películas programadas. Quienes crecimos en un mundo sin televisión digital, sin DVD e incluso sin vídeo VHS, tuvimos que aprender a amar el cine en las salas (otro tema de debate que algún día sacaré) y con los ciclos que programaba Televisión Española. La oferta, en este sentido, es hoy nefasta. Qué difícil es que los programadores hagan una apuesta por el cine clásico a horas decentes. ¿Alguien recuerda que se haya emitido una película de Chaplin en televisión recientemente? ¿Un clásico de terror de la Universal? ¿Una película de Frank Capra (ni siquiera ¡Qué bello es vivir! en Navidades, sólo Localia y Telemadrid la pusieron...) o de John Ford? Y como se me ocurra hablar del cine mudo lo llevamos claro. Para las televisiones, el cine se debió inventar en 1980 o algo parecido. La educación cinematográfica depende ya sólo de nosotros mismos, así que ya sabéis: armaos con una buena videoteca con la que enseñar a las próximas generaciones lo que es el cine de verdad...
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