Por mucho que el título en España de Sous les jupes des filles (algo así como Bajo las faldas de las chicas) sean French Women (obviamente, Mujeres francesas), las mujeres siguen siendo mujeres y, por tanto y siguiendo el dicho popular, de Venus. French Women es una película de, por y pretendidamente para mujeres, es el retrato de once de ellas cuyos caminos se van cruzando de una forma más o menos natural y siempre con el amor y el sexo (más el sexo que el amor) como motor esencial de sus vicisitudes. Dado que es una de esas películas corales que tiene la ambición de tocar prácticamente todos los palos (en este caso, mujeres embarcadas en todo tipo de relaciones, de todas las orientaciones y gustos sexuales posibles y con las personalidades más diversas), la irregularidad es manifiesta. A ratos es muy divertida y a ratos es más convencional, pero sobre todo no tiene nada claro cómo acabar la película, y por eso finaliza con un extraño número que, en realidad, no tiene sentido. Llegar hasta ahí, no obstante, es entretenido.
El acierto de Audrey Dana en su primera película como directora es que deja que la acción respire, viva y se desarrolle gracias a sus actrices. Isabelle Adjani, Alice Balaïdi, Laetitia Casta, Audrey Dana, Julie Ferrier, Audrey Fleurot, Marina Hands, Géraldine Nakache, Vanessa Paradis, Alice Taglione y Sylvie Testud llevan el peso del filme con bastante soltura, amoldándose a todo lo que demanda la historia en cada momento, en general y en cada secuencia. Son el alma de una película que, peor interpretada, probablemente habría llegado mucho menos. Es en el guión donde se concentran las dudas de la película, que al final no aclara si quiere ser un simple pasatiempo en femenino o si quiere lanzar algún tipo de mensaje. A ratos parece esto último, pero la forma en que las historias acaban (o que los hilos entre algunas sean un tanto forzados) invitan a pensar lo contrario. Esa indefinición es el peor enemigo de French Women y probablemente lo que alargue la película hasta rozar las dos horas.
La parte más cómica es lo mejor, pero cuando quiere adoptar un tono más trascendente es cuando sorprende negativamente. La mezcla avanza precisamente porque lo divertido consigue ser muy divertido en algunos momentos, pero hay que asumir la cinta desde una perspectiva más lúdica, incluso entendiendo que el número final no es más que la rocambolesca e inverosímil cúspide de la diversión que sin duda ha experimentado el equipo femenino de la película. Cuando la historia provoca desconexión es cuando se quiere tomar demasiado en serio, con temas que ni siquiera es capaz de cerrar con fuerza (a veces ni con coherencia, como evidencia ese plano del hospital ya en los créditos) y que impiden que French Women sea algo más que una comedia coral. Divertida, sí, pero hasta ahí. Y ese mérito, hay que insistir en ello, está muchas más veces entre los méritos del reparto que en los del guión, coescrito por la propia Dana.
Sintiendo rechazo por las etiquetas, es difícil sentenciar que French Women es una película para mujeres. Probablemente sí lo haya querido ser en su gestación, por aquello de que intenta ser un completo muestrario de féminas en diferentes situaciones de afecto y desarrollo personal. Pero en realidad la comedia que funciona en el filme es bastante universal. El problema de French Women no es por tanto de clasificación, sino de narrativa. Aún habiendo diversión en la película, el montaje es a ratos atropellado, la transición entre las vidas de las once mujeres protagonistas no es equilibrada y el ritmo depende del gag más que de los objetivos narrativos. Bien pensado, si la película evidencia tan fácilmente que las mujeres siguen siendo de Venus y al mismo tiempo el humor que funciona en la cinta es aquel que puede hacer gracia tanto a hombres como a mujeres, es que algo no está bien planteado, a pesar de que el resultado final alcance un aprobado por simpatía y locura.
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