viernes, agosto 08, 2014

'Transformers. La era de la extinción', la glorificación definitiva de la estupidez

Michael Bay. La simple mención de su nombre invita a enconados debates sobre lo que lleva a las pantallas de cine. Para unos, un maestro del cine espectáculo. Para otros, un sobrevaloradísimo director artífice de algunas de las películas más estúpidas (entiéndase esto no como un insulto, no lo es, sino como una descripción de lo que rueda) de los últimos tiempos. Me cuento entre los segundos, así que asumo que las siguientes líneas no serán bien recibidas entre la ingente cantidad de personas que pagan religiosamente una entrada para ver sus películas. Transformers, como saga, es su culmen. No hay películas como éstas en su filmografía que contengan tal cantidad de incongruencias, personajes mal desarrollados y respaldo en una pirotecnia visual hueca y plana. La era de la extinción, cuarta entrega de la franquicia, es, dicho de forma directa, la glorificación definitiva de esa estupidez, una película sin pies ni cabeza, sin interés alguno, lamentable de principio a fin y que ni siquiera ofrece la pizca de entretenimiento que sí podía haber en las anteriores. Simplemente aburre, y lo hace en unos agónicamente lentos 165 minutos, producto de un ego, el de Bay, ya indomable.

El mismo Bay ya ha dicho que no le importa lo que digan los críticos mientras su película gane dinero. Hasta ahí, perfecto, porque ningún crítico tiene la razón absoluta. El arte y la cultura son subjetivos y sin duda habrá gente que disfrute de esta película y de cualquier otra que dirija Michael Bay. Pero la frase se puede volver del revés con facilidad, y a un crítico parecerle absolutamente irrelevante que Transformers. La era de la extinción destroce la taquilla siendo una película tan mediocre. Él tampoco tiene la razón absoluta. La diferencia está en que él sí lo cree. Desde el prisma opuesto, sólo hay una lección que Bay parece haber aprendido desde que se asomó por primera vez a la franquicia Transformer en 2007, y es que en esta cuarta entrega, al fin, algunos de los robots protagonistas, Optimus Prime y Bumblebee aparte, dejan de ser amasijos de metal intercambiables e imposibles de distinguir en la batalla. Por una vez, todo parece algo más claro y menos confuso que de costumbre en las inmotivadas escenas de acción que pueblan el larguísimo metraje de la película. Es la única mejora desde Transformers. En el resto de aspectos, el declive ha sido absoluto y precisamente por esa arrogancia que lleva a Bay a pensar que cada vez lo está haciendo mejor.

No hay otra forma de entender que se acumulen tantas frases absurdas, tantas situaciones inexplicables, tantos personajes planos que se limitan a actuar como les da la gana y sin que eso responda a una personalidad definida en un guión, tantas explosiones y cosas destrozadas sin sentido alguno. Todo es estúpido, desde la necesidad de dejar tantos elementos en suspenso para una quinta película que casi parece una muestra de vaguería para no tener que escribir un par de líneas coherentes en el guión, hasta la presencia de personajes insoportables. Y eso no sólo afecta a los Transformers, sino también y puede que sobre todo a los humanos. Afecta tanto a grandes intérpretes, como un Stanley Tucci que por unos cuantos cheques está empeñado en arruinar todo el prestigio que merece su categoría, como a los más desconocidos, como el joven Jack Reynor, cuyo personaje es insufrible, tópico y directamente absurdo. Eso, por supuesto, sin mencionar la costumbre de Bay de incluir a una bomba sexual femenina bien con poca ropa (hasta se bromea con sus shorts) o con vestimenta ajustada, y en este caso le toca a Nicola Peltz. Ni siquiera el carisma de Mark Wahlberg y la presencia de Kelsey Grammer (que se arruina con unas frases delirantemente tópicas) basta para salvar al reparto.

¿La acción? Es más de lo mismo. O puede que más grande, pero todavía con menos sentido que en las anteriores entregas de la saga. Tiene todo tan poca importancia y tan escasísimo razonamiento, que da igual que los personajes aparezcan y desaparezcan sin motivo, que se peleen unos con otros o que vayan cambiando de alianzas. No importa, no es relevante. Lo único que cuenta en el cine de Bay en general y en Transformers. La era de la extinción en particular es que haya cosas explotando, edificios rompiéndose en mil pedazos, llamas, escombros y personajes puestos sólo para ejercer la función de secundarios cómicos o reclamos sexuales. Ni siquiera los Transformers son fieles a lo que tendrían que ser, aunque eso es algo que viene de atrás, especialmente cuando en la tercera entrega, El lado oscuro de la Luna, Bay y sus guionistas decidieron aniquilar la naturaleza de los Prime. Para cuando aparecen los Dinobots, uno de esos reclamos efectistas de la película que bien podrían ser los Aerialbots, los Protectobots, los Headmasters o cualquier otro grupo nacido en la franquicia, el aburrimiento es tan grande que ya no importa. Y, claro, parece que va a haber una quinta entrega. Que Optimus Prime, el de verdad y no éste, nos coja confesados.

3 comentarios:

Tarambana dijo...

A mi siempre me han gustado las películas de acción. Quiero decir que no soy remilgado con ellas, que puedo disfrutar de una peli de explosiones si está mínimamente bien contada aunque no tenga demasiada "chicha" intelectual. Pero con estos Transformers de Bay soy incapaz: me parece todo excesivamente estúpido. Vi la primera parte por aquello de la novedad y, aunque no me pareció nada del otro mundo, pude disfrutarla un poco. La segunda parte la vi en la tele y me pareció más de lo mismo. Y lo que no comprendo es que haya llegado a hacerse una 4ª parte.

Veo por tu crítica (y otras muchas) que esta peli debe ser un truño considerable. No tengo ninguna gana de verla. Pero se agradece que te hayas sacrificado para hacer la crítica y advertirnos. :D

Doctora dijo...

Precisamente ayer echaron "La roca" y he de decir que me encanta, creo que es una peli de acción cojonuda, no sólo lo mejor de Michael Bay, sino del género en los últimos años. Vi también "Dolor y dinero" y, sin gustarme, me pareció interesante, de algún modo logra mantenerte pendiente de la historia.

Ahora bien, esto de Transformers... yo no logré ni terminar de ver la primera peli. Para mí es un despropósito, similar al de GI Joe (cuya primera peli tampoco pude acabar).

El dinosaurio queda molón en los posters y trailers, pero no sé de qué manera podían hacer una buena peli de eso.

Me llama más la próxima de las Tortugas Ninja, en la que ha participado Bay. Veremos si ha hecho algo decente.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Tarambana, me pasa lo mismo, entiendo que el cine espectáculo tiene formas de hacerse con categoría sin necesidad de sonar estúpido. Pero Michael Bay no deja de superarse con Transformers. De esta salieron echando pestes incluso compañeros que alaban a Michael Bay y que disfrutaron con las tres primeras.

Doctora, como ejemplo de lo anterior, a mí también me gusta 'La Roca'. 'Dolor y dinero' la verdad es que no, pero entendí algunas razones que oí y leí en su momento, porque obviamente no todos somos iguales (¡afortunadamente!). Para mí, 'Transformers' es bastante peor que 'G.I.Joe' (la primera, la segunda sí está a este horrendo nivel). Y hay buenas historias de 'Transformers', pero hay que currárselas algo más... Miedo me dan las 'Tortugas Ninja'...