Ya no hay dudas: Dreamworks no quiere ser Disney. Ni Pixar. Y por ello se ha marcado un camino muy, muy diferente en sus películas de dibujos animados con apuestas fuertes y arriesgadas que, ojo, le están saliendo bien. Quizá no tanto a nivel de taquilla, donde sus niveles de ganancia siguen generalmente muy lejos de lo que logran Disney y Pixar, pero sí en cuanto a sus propuestas. Las aventuras de Peabody y Sherman es una que provoca impacto. Incluso perplejidad por momentos. Pero al final resulta ser una entretenidísima propuesta de aventuras y ciencia ficción accesible para todos los públicos, que arranca como una comedia para niños y acaba mostrando algunos de los mejores gags cinéfilos y para adultos que se han visto en una película de dibujos animados en los últimos tiempos. Tarda en arrancar, probablemente mucho y eso pesa, pero luego lo acaba compensando con creces. Y con su originalidad, no queda más remedio que aceptar el filme como algo atractivo, divertido y meritorio.
Lo arriesgado surge ya de sus protagonistas. No hay que olvidar que los personajes surgen de la serie de dibujos animados de los años 60 de Las aventuras de Rocky y Bullwinlkle (que tuvo una inclasificable adaptación a la gran pantalla en el año 2000), y nunca se puede perder de vista que el protagonista es un perro, el señor Peabody, terriblemente inteligente a todos los niveles y que ha adoptado a un niño, Sherman, al que educa, por ejemplo, enseñándole historia con la máquina del tiempo que ha ideado. Rocambolesco, y eso siendo generosos. Entre eso y que el corto que precede a la película deja bastante frío, lo cierto es que la cinta tarda lo suyo en convencer. Y quizá eso pese mucho en algunos espectadores, sobre todo en los más adultos, pero poco a poco, escena a escena, con cada arriesgado planteamiento y con una cierta vocación de divertimento sin pretensiones (por mucho que tenga escenarios históricos, ni es ni quiere ser una película educativa) se va ganando el favor del espectador.
En realidad, y aunque su director sea Rob Minkoff, el mismo de El rey león, Las aventuras de Peabody y Sherman es una pequeña gran gamberrada. Supone coger a unos personajes clásicos, y por cierto bastante desconocidos en España como ya lo eran los Rocky y Bullwinkle de su serie madre, meterles en una rocambolesca historia de ciencia ficción y trufarla de detallitos disfrutables para los adultos (memorables los dos cameos de la escena final, uno cinéfilo y el otro... político) mientras se pasea por diferentes momentos de la historia (el antiguo Egipto, Troya, el Renacimiento, la Revolución Francesa). Y es verdad que no funcionan todas sus propuestas o que la película dista mucho de ser perfecta, pero sobre todo su tercio final, cuando se produce la mezcla explosiva entre sus diferentes personajes históricos en el clímax de fantasía que propone y, por supuesto, el colofón a la historia personal (que habla de la paternidad y el amor; no deja de ser la clásica moralina de un filme de estas características), es una magnífica explosión de luz, color, aventura y risas.
Por eso, porque lo mejor está en el último tramo, cuando acaba el filme, predomina el buen rollo y los errores de la película, o mejor dicho su falta de aciertos verdaderamente notables en algunos segmentos, se acaban olvidando con bastante facilidad. No hay que olvidar tampoco que Las aventuras de Mr. Peabody y Sherman es la película de Dreamwors que sigue a otra igualmente rocambolesca, Turbo, y que viene a confirmar una clara tendencia en el estudio para producir películas de dibujos animados muy diferentes, poco convencionales y con ideas bastante más arriesgadas de lo que podría parecer. Los cuentos y las princesas no los hace nadie mejor que Disney, y Frozen lo ha confirmado. Y nadie entiende mejor que Pixar el cine de animación que llega al público más adulto, aunque sus últimos títulos no hayan logrado los mejores efectos. Dreamworks ha escogido otro segmento, el más jovial, infantil y aventurero, y que haya cine diferente siempre es algo positivo.
1 comentario:
A mí también me ha gustado mucho esta película, me pareció divertida y amena, nos gustó tanto a MiEspo, a mis hijos y a mí. Un gustazo leer tu blog.
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