Buceando entre la filmografía televisiva de Matt Shakman, que debuta en el mundo del largometraje con Cut Bank, no sorprende en absoluto que haya dos episodios de la versión de Fargo para la pequeña pantalla. Aunque sea desde un estilo diferente, la película de los hermanos Coen viene a ser un referente para Shakman a la hora de construir el universo de este su primer filme, un thriller que tiene su mayor defecto en que es bastante predecible, en que se puede anticipar buena parte de su desarrollo después de que se hayan puesto sobre la mesa todos los elementos y personajes, y en que estos son algo tópicos. Pero el caso es que la película se salva y consigue interesar porque el final es una vuelta de tuerca acertada y compensa lo previsible de la hora anterior, pero sobre todo porque el reparto está espléndido, sobre todo por sus nombres más veteranos, los de John Malkovich y Bruce Dern.
En realidad, no hay nada nuevo bajo el sol de Cut Bank. Su historia, que gira en torno a un asesinato (¿por qué añadir nada más si la propia película va desvelando información a partir del misterio?), involucra a una joven pareja (Liam Hemsworth y Teresa Palmer), al padre de ella (Billy Bob Thornton), al sheriff del pueblo (Malkovich), a su cartero (Bruce Dern) y a un extraño vecino que no se relaciona con nadie (Michael Stuhlbarg). Una vez planteado el misterio, no hay que ser demasiado avispado para saber cómo va a terminar. Falta por aclaraer un pequeño detalle, un mcguffin sugerente que Shakman emplea con bastante habilidad, y un epílogo igualmente atractivo, pero el resto se ve venir a la legua. Dado el gran número de elementos tópicos que introduce la película, es difícil que su recorrido no vaya exactamente por donde lo hace. Ese es, con diferencia, el mayor lastre del filme.
Pero se puede olvidar porque los actores van consiguiendo que cada escena funcione por separado, dando una a ratos brillante cohesión a la historia, haciendo que se pase por alto que, en realidad, esto nos lo han contado una y mil veces. No importa que Malkovich sea el arquetípico sheriff de pueblo americano que en su vida ha visto un asesinato, que Stuhlbarg busque los caminos más habituales para generar inquietud con su presencia o que Hemsworth y Palmer cumplan con el arquetipo de pareja joven y guapa, en el fondo se siente que los actores están disfrutando con los personajes y eso eleva el nivel del resultado global. De esta forma, y aún con pleno conocimiento de que no hay nada verdaderamente original, la película se ve con bastante agrado, e incluso se admiten sus puntos más débiles y sus escenas más inverosímiles como algo razonable. Dern, Malkovic y Oliver Platt, en un pequeño papel, hacen además que los diálogos destaquen.
Quizá el problema es que, pensando en esa referencia de Fargo, Shakman no ha terminado de encontrar su propio camino. A veces da la impresión de que quiere buscar un reverso más explícitamente violento pero al momento siguiente soluciona una escena de ese tipo con una elipsis. A veces parece que quiere explorar la faceta más absurda y casi onírica, pero de repente cae en lo más costumbrista y predecible. Cut Bank es una película que no termina de romper pero que tampoco aburre. No le da tiempo a caer en la monotonía en sus 93 minutos, una duración correcta para un filme que al menos sabe contar una historia de una forma adecuada, manejando bien a sus personajes y prestando atención al detalle. Y sí, es bastante previsible, pero sin tomar el pelo a nadie. Malkovich, Dern y Platt son la mejor muestra de que la película es honesta y de que tiene puntos de interés.
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