Cuando Jason Reitman se convirtió en el estandarte de un pretendido cine independiente hecho con estrellas y más dinero del que parece gracias a la simpática Juno, su carrera quedó marcada por una estigma que llegó a su cúspide en la probablemente sobrevalorada Up in the Air. Hombres, mujeres & niños, además de un título que poco avanza del contenido de su última película, es un paso curioso en su carrera, que le lleva a un cine mucho más coral de lo que ha hecho hasta ahora. Su análisis de la manera en que las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de comunicarnos, relacionarnos y entretenernos, que en realidad ese es el nexo de unión entre todos los personajes que desfilan por la pantalla, es algo difuso, en algunos casos incluso pretencioso, pero no está en absoluto exento de interés. Al contrario, muchos de los temas que trata son apasionantes y los personajes están bien construidos y casi siempre muy bien interpretados. ¿Que la película deja alguna duda? Desde luego. Pero funciona más que razonablemente bien.
Reitman se centra en un grupo de chavales de instituto y sus padres para hablar de incontables temas. ¿Eso que implica? Que hay una apreciable irregularidad en el conjunto del filme. Ni se conecta con todos los personajes de la misma forma, ni todos los temas que toca la película, que son muchísimos, alcanzan el mismo nivel de eficacia. Pero dentro de esa irregularidad, inevitable ante un reparto tan coral y una historia tan ambiciosa aunque sea por extensión, el nivel es bastante interesante a todos los niveles. No es nada fácil lidiar con una película en la que tantos personajes tengan una relevancia tan marcada en la trama, al menos una docena, y que haya un equilibrio bastante interesante, incluso nexos de unión bastante fluidos entre ellos. Sólo se echa en falta alguna conclusión un poco más contundente en un caso y menos precipitada en otro, pero el guión, coescrito por el propio Reitman en base a una novela de Chad Kuitgen, avanza bastante bien.
Es verdad que en las dos horas que dura el filme hay momentos más difíciles de digerir, e incluso cierto miedo a que Reitman pierda la perspectiva con esa gran cantidad de planos en los que se pueden leer en pantalla mensajes de texto de toda clase o con esos fundidos con la parte más filosófica que quiere dar a la película (que, de hecho, comienza nada menos que en el espacio), pero hay tantos momentos que convencen a lo largo de todas las subtramas que esas pequeñas molestias no pasan de ser justo eso. Obviamente, y con personajes tan dispares, es fácil concentrarse en alguna historia por encima de las demás (y quizá lo más interesante, divertido e incluso por momentos dramático es el obsesivo control que la madre que interpreta Jennifer Garner ejerce sobre la vida de su hija en las redes sociales), pero la película pide a gritos una mirada de conjunto por la que apuesta y en la que está muy lejos de fracasar.
Adolescencia, sexualidad, paternidad, nuevas tecnologías, acoso escolar... Son muchísimos los temas que Reitman quiere abordar. La película podría haber muerto por ahí, pero no lo hace gracias a un reparto brillante (en el que lo más cojo es el intento de Adam Sandler de parecer un actor contenido, que bordea así las zonas más insulsas de la película), en el que cabe destacar sobre todo a la mencionada Garner, a la siempre interesante Rosemary DeWitt y a la totalidad de los chicos más jóvenes (Ansel Elgort, Kaitlyn Dever y Olivia Crocicchia fundamentalmente). Hombres, mujeres & niños era efectivamente una película complicada de manejar, y el mérito hay que encauzarlo por ahí. Esconde muchos momentos que desbordan realismo y que generan empatía, y su nivel de corrección cinematográfica tendría que ser suficiente para ser mejor tratada que las últimas películas de Reitman, Young Adult y Una vida en tres días.
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