viernes, abril 12, 2013

'Oblivion', gran ciencia ficción (casi) contra corriente

Oblivion es una gran película de ciencia ficción. Empecemos por ahí, por lo básico, para que ninguno perdamos de vista lo que pienso de la película. Y es que conviene decirlo bien claro porque tengo la impresión de que voy a ser uno de los pocos fans irreductibles de esta segunda película como director de Joseph Kosinski, de la misma forma que creo serlo de su anterior título, Tron Legacy. Las defiendo, además, porque creo que van contra corriente. Creo que exponen ideas muy imaginativas, con un envoltorio visualmente fascinante. Habrá quien piense que eso es dinero y efectos especiales, pero yo veo mucho más porque la capacidad técnica está en manos de muchos y no todos llegan. Es cierto que al guión le falta una reescritura y hay momentos en los que el espectador tiene que poner mucho de su parte para no desmontar el castillo de naipes que es toda película. Pero estamos acostumbrados a un cine hecho con estudios de mercado y Oblivion se salta casitodas las convenciones para ofrecer exactamente lo que quiere dar. Es valiente, plantea muchos dilemas, tiene el indudable carisma de Tom Cruise y está rodada con nervio. ¿Se puede pedir mucho más para construir una gran película de ciencia ficción?

Ante el exceso de celo que la crítica muestra contra los títulos pensados para arrasar en taquilla, aquellos que invierten grandes cantidades de dinero, corremos el riesgo de infravalorar auténticos espectáculos visuales como lo es Oblivion. Con unas imágenes hermosísimas, con unos encuadres espléndidos, con una imaginería visual deslumbrante (y original... hasta la secuencia final; eludiré la comparación para no reventarle a nadie el clímax), es muy fácil para el espectador sentirse arrastrado hasta este mundo postapocalíptico y refinado que se nos plantea. Un mundo de diseño, pulcro en las alturas y sucio a pie de tierra, un claro contraste, casi una analogía extrapolable a otros debates de la sociedad actual. Y una referencia a Tron Legacy, una de las muchas que tiene el filme (la función de la banda sonora, siendo distinta, emula a la de aquella), que reincide en los aciertos de aquella e incluso en algunos de sus errores. El más evidente de entre los segundos, que la película necesita una reescritura del guión que elimine algunas secuencias superfluas y las explicaciones para tontos que parecen obligatorias para contentar al espectador de hoy en día.

Sería fácil explicar esas escasas lagunas narrativas en el nombre de Karl Gajdusek (autor de la más que rutinaria Bajo amenaza) y salvar al propio Kosinski (escribió la historia pensada para ser una novela gráfica y después la convirtió en película) y a Michael Arndt (Pequeña Miss Sunshine, Toy Story 3... y el futuro Episodio VII de Star Wars), pero seguramente no sería justo. El trabajo de todos ellos deja una obra de difícil clasificación más allá de decir que es un filme de ciencia ficción. Porque, y ahí encaja la idea de ir contra corriente que decía antes, no es fácil dar con un público objetivo para Oblivion. Explicado el escenario en el que se mueve ya en el primer minuto de película, sobrepasa con creces la media hora antes de que algo cambie ese escenario, antes de que se pueda decir que ha pasado algo. La larga presentación, con muy agradables escenas largas y una huida extraordinaria del montaje frenético, puede parecer pesada a algunos, pero es brillante y permite esa exploración visual que tanto bien hace al conjunto. Y luego mejora progresivamente.

Tampoco sería justo limitar Oblivion a ser una película de Tom Cruise. Sí, su carisma es tal que arrasa. Y sí, está tan correcto como de costumbre, mal que le pese a muchos de sus críticos. Morgan Freeman y Melissa Leo dan caché en papeles que exigen poco de ellos, en cuanto a tiempo y en cuanto a capacidad actoral, pero la película se fundamenta en Cruise y su relación con los otros dos rostros femeninos, los de Olga Kurylenko y Andrea Riseborough. Hay mucho escondido ahí, mucho que analizar, mucho que rascar y mucho por lo que apreciar la película, incluso mascándola con deleite después de verla. Y es que, otro enorme punto a favor de la película, lo humano se sitúa al mismo nivel que lo visual (y en este sentido es imprescindible recalcar lo mucho que gana vista en formato IMAX, mucho más espectacular que el 3D). Por eso las escenas de acción encajan. Por eso las sorpresas no chirrían. Por eso lo arriesgado de alguno de sus planteamientos se agradece. Por eso incluso se admite un epílogo que seguramente sobrará para muchos espectadores, pero que añade un nivel más de reflexión.

Todas estas alabanzas, para mí merecidas aunque asumiendo que es posible que no mucha gente compartirá este entusiasta juicio, no quieren decir que sea un filme perfecto, desde luego. Pero sí es uno que tiene la capacidad de enganchar en muchos momentos y por muchas razones. Y lo que sí hay que lamentar es que una película como ésta se vea destripada por trailers, fotos y demás inventos promocionales. Cuánto ganaría el cine si el espectador pudiera decidir sin avalanchas publicitarias. Por desgracia, hay sorpresas reventadas, pero quedan otras por descubrir, que nadie descarte la película por el avance. Y algunas de las sorpresas son, precisamente, lo que hace de la película un título rompedor en su estilo de blockbuster. Quizá no tanto por lo que expone, que no es nuevo, pero sí por la inteligente mezcla de sus componentes. Siento decir que dar más detalles en este sentido supone arruinar la experiencia del visionado y eso es algo en lo que nunca voy a colaborar. Porque Oblivion merece ser disfrutada como fue imaginada, como un gran espectáculo de ciencia ficción que sabe ser intimista y espectacular. Lo dicho, contra corriente en un mundo frentista.

5 comentarios:

Doctora dijo...

Francamente no tengo ni puta idea de qué coño puede ir la peli, o sea, parece que Tom Cruise llega a la Tierra y se la encuentra en ruinas y con gente que anda por ahí, pero nada más. Me llama la atención, me gusta Tom Cruise y esta spelis de ciencia ficción, aunque por tu entrada me preocupa que vaya a ser excesivamente profunda y lenta. La vería, pero prefiero Iron Man, esperaré a que salga en dvd.

He leído que Morgan Freeman no sale ni 10 minutos, y por algunos posters se diría que es co-protagonista. Me revienta que hagan eso.

Celia dijo...

Pues genial! Si no la veo este fin de semana la veré el jueves próximo. Estaba decidido pero ahora voy gracias a tu perfecta critica con muchísimas más ganas.
Parece que hay más que acción y ciencia ficción y eso es lo que me apetece a mi.
Gracias y saludos

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, mejor no saber de qué va. La explicación es el primer minuto y a partir de ahí es mejor ir descubriéndola. No creo que sea demasiado profunda ni lenta, pero sí es pausada. Habrá quien no lleve bien esa primera parte, pero ya te digo que salí encantado con la peli. Sí, en lo de Morgan Freeman tienes toda la razón. Marketing...

Celia, a ver si coincidimos en ésta, ya me contarás qué te ha parecido...

Celia dijo...

Ya la vi!
Me ha gustado mucho. Es difícil que una película de ese genero me atrape. Esta no solo me atrapo si no que me metió dentro. Y consiguió algo que hacía mucho que no me pasaba: salir de una película y dar los primero pasos hacia el coche con la sensación de que todo lo que veo es parte del decorado de la película y yo soy la protagonista. Me encanta esa sensación.
Por cierto no la vi ni en 3d ni en imax pero la vi en un cine especial y realmente creo que valió la pena para valorar la fabulosas imágenes de las películas, es un cine en HD con una pantalla y asientos que consiguen un efecto envolvente que debe ser bastante parecido al imax.

Un besote.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Celia, más o menos tuve esa sensación yo también. Me alegro mucho de que te haya gustado.