¿Qué se podía hacer en el cine con los personajes de Marvel Comics después de Los Vengadores sin que palideciera en comparación? No ha hecho falta ni un solo patinazo para encontrar una agradable y espectacular respuesta a esa pregunta. Iron Man 3 es más pequeña, sin duda, pero más intimista, formidable, un espectáculo de primer nivel y una película que consigue algo que el cine moderno de efectos especiales y acción, víctima de unas exageradas y poco calculadas campañas de marketing, no consigue hacer normalmente: sorprender. Esta tercera entrega, en la que Shane Black coge el mando en la dirección en lugar de Jon Favreau, hace crecer la saga sin ningunear las dos notables primeras partes, potencia lo mejor que tenían aquellas y le añade piezas de acción espléndidas y un desarrollo de los personajes a la medida de un reparto excepcional, encabezado por un inmejorable Robert Downey Jr. Sigue siendo Iron Man, pero todavía mejor. Palabras mayores dentro de este subgénero.
¿Qué ofrece Iron Man 3? Una mezcla estupenda entre lo que funcionaba de sus dos primeras entregas y unas novedades más que apetecibles. Entre lo primero destacan dos cosas. Por un lado, un Robert Downey Jr. brillante, en la que es probablemente la mejor interpretación de un superhéroe que se ha visto en la gran pantalla (y que perdonen los fans del Superman de Christopher Reeve, entre los que me cuento). Por otro, unos efectos especiales sorprendentes, que dan vida a unas armaduras diseñadas con sumo detalle. No hay nada que chirríe en lo visual y eso permite una espectacularidad hermosa en las escenas de acción. Y he ahí donde las novedades cobran protagonismo. Las dos primeras películas, aún siendo cine de superhéroes, no eran unas películas plagadas de acción, e incluso el clímax de Iron Man 2 estuvo entre lo más decepcionante que ofrecía. Aquí son tres grandes piezas, diferentes entre sí, muy bien rodadas, emocionantes y prácticamente lo que uno espera ver en un filme del género.
Hay relevo en la dirección, pero todos los cambios son fluidos. Se acepta sin ningún problema la herencia de las dos primeras películas, ambas dirigidas por Jon Favreau (que sigue interpretando, ahora con más metraje, a Happy Hogan, antiguo guardaespaldas de Tony Stark), incluso la muy referenciada Los Vengadores, de Joss Whedon. Shane Black, coguionista además de director, integra toda esa mitología en la película y le sirve para hacer crecer la psicología de los personajes (sobre todo pero no sólo la de Tony Stark), pero le da una autonomía propia (sólo rota en la escena tras los créditos... que quizá, y aún siendo muy divertida, es lo más decepcionante de Iron Man 3; es tan sobresaliente lo que ofrece la película que ese final se antoja flojo) y, sobre todo, muestra valentía, que no temeridad, a la hora de adaptar lo que le ofrecía el cómic. Sin revelar ninguna de las sorpresas de la película, que son en algún caso muy sorprendentes, hay que decir que coge como base una popular saga escrita por Warren Ellis, Extremis, e incorpora por fin a la gran pantalla al villano principal de Iron Man, el Mandarín.
Para confeccionar este explosivo cóctel superheroico, Black, reconocible como guionista de la saga Arma Letal más que como director, recurre a un reparto espléndido. Gwyneth Paltrow, que no es precisamente una de mis actrices favoritas, ofrece su mejor interpretación de la saga. Pero el trío de fichajes se lleva los focos y se merece los elogios. Ben Kingsley asombra, Guy Pearce convence y Rebecca Hall está espléndida. Quizá el actor que salga peor parado sea Don Cheadle, ya presente en la segunda. Si con todos los demás está realmente conseguida la mezcla entre drama, acción y comedia, para el hombre debajo de la armadura de Máquina de Guerra (rebautizada aquí como Iron Patriot) no queda demasiado más que figurar. Y esa mezcla es lo que hace que la película funcione y evite en todo momento que pueda parecer una repetición o una simple secuela para ganar dinero. Es Iron Man, sí, pero es algo nuevo, que mantiene al espectador de la película en vilo por conocer los caminos que va a seguir la película y que asombra, insisto, por su valentía en algún momento.
Esa misma valentía puede hacer que algún purista del cómic salga cabreado de la sala. Puede ser. Pero hay que admitir que cine y cómic son lenguajes diferentes y que la adaptación realizada es sobresaliente en todos los aspectos. Iron Man sigue siendo una saga divertida, con un humor asequible a todo tipo de públicos (no es casualidad que Tony Stark interaccione durante varias escenas con un niño), explotando con enorme acierto por un Robert Downey Jr. que ha hecho de este personaje una segunda piel, pero sin desdeñar los aspectos más oscuros y siniestros de la trama. Es espectacular en todo momento, con escenas de acción formidables (un poco demasiado anticipadas por los trailers, pero sumamente disfrutables) y un sabor de boca final tan formidable que invita a pensar qué demonios va a hacer Marvel para continuar con la historia de Iron Man, no ya en una hipotética cuarta entrega sino en la segunda de Los Vengadores. Con decir que lo peor de Iron Man 3 está en el brevísimo cameo de Stan Lee, probablemente el más flojo de todos los que ha protagonizado, está todo dicho. Una gozada.
7 comentarios:
Pues yo soy de las que flipó con las dos anteriores, asi que alucinaré con ésta por lo que se ve, ya te contaré...Un beso!
No quería leer esta entrada hasta ver la peli, cosa que hice ayer.
Me gustó, pero no tanto como a ti, ni mucho menos. Creo que es bastante mejor que la segunda (que no me gustó), pero para mí sigue lejos de la primera. Es cierto que la batalla final es la más molona de la saga, pero por lo demás me ha parecido poco sorprendente, lo del Mandarín es de juzgado de guardia, y lo peor, como ocurre en las otras pelis, es que sale muchísimo más Tony Stark que Iron Man. Robert Downey Junior me mola, pero su interpretación ya no puede sorprender tanto como en la peli, le conocemos de sobra, de modo que echo mucho en falta verle más con la armadura.
No puede sorprender tanto como en la primera peli.
Meg, pues ya me contarás tu opinión, que si te han gustado las dos anteriores tengo ganas de conocerla...
Doctora, es que en el cine de superhéroes sueles ser mucho más dura que yo, je, je, je... Es verdad que es una película más de Tony Stark que de Iron Man, y entiendo que puede haber cabreos por ese giro del que hablaba. Pero creo que han acertado en todo, y que Robert Downey Jr. incorpora matices nuevos al personaje.
Yo como en el de doctora me paso cuando la vea... :)
No vi las dos primeras pero me gusto tanto este personaje en Los vengadores que tenía muchas ganas de verla.
Me gusto mucho pero no me dejo extasiada como la ultima de batman o los vengadores.
Eso no significa que no me parezca buena ,si no que las otras me fascinaron.
Celia, como decía en la crítica, creo que juegan en ligas diferentes este Iron Man (y también las dos primeras, que te recomiendo mucho, sobre todo la primera) y Los Vengadores o el Batman de Nolan. Asumiendo eso, a mí Iron Man 3 me parece espléndida. Un placer leer tu opinión.
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