Hace no muchos días me encontró en un canal de Digital + con Heat. Llegué justo en la escena de la fotografía. Cuando el policía, el personaje que interpreta Al Pacino, invita al ladrón, Robert De Niro, a tomar un café para tratar de convencerle de que no siga adelante con sus planes, porque acabará en prisión. Después de tantos años de ver cine, el encuentro entre estos dos gigantes en una misma escena fue una oportunidad única, irrepetible (y tiene truco, ya que la maestría de Michael Mann hace que nunca se les llegue a ver el rostro a ambos en el mismo plano, toda la escena es una combinación de primeros planos de ambos actores). Siempre me ha gustado más De Niro que Pacino (eso me recuerda que una vez una amiga me contó que un tipo intentó ligar con ella mediante esa pregunta; en lugar del clásico "¿estudias o trabajas?", le preguntó "¿De Niro o Pacino?"), pero mientras Pacino ha sabido ir haciendo alguna que otra película interesante durante los últimos años, a De Niro le ha pasado lo contrario.
Porque quien ha crecido amando el cine, se ha tenido que topar por fuerza con caracterizaciones de De Niro como las de Taxi Driver, Toro salvaje, El Padrino II, Los intocables de Eliot Ness, La misión y otros tantos peliculones que ha hecho este monstruo de la pantalla. Pero puede que Heat sea su última gran actuación, que ha dado paso a una década de olvido, de papeles que no han estado a su altura, de películas a las que ni De Niro ha podido dar brillo. Desde las comedias absurdas tipo Los padres de él, Showtime o Las aventuras de Rocky & Bullwinkle a dibujos animados a los que presta la voz (El espantatiburones o Arthur y los Minimoys), pasando por peliculitas de terror (El escondite) o de acción (15 minutos). Desde 1995, año de Heat, sólo hay pequeños destellos con la inteligente La cortina de humo o su encuentro con Marlon Brando en The score, pero muy poquito más.
El papel que Martin Scorsese (siempre Martin Scorsese) le dio a Jack Nicholson en Infiltrados estaba pensado para De Niro, y hubiera sido, no me cabe la menor duda, la resurrección que muchos todavía esperamos. Quizá su regreso a la dirección (después de la muy estimable Una historia del Bronx) nos devuelva al mejor De Niro. La película tiene un interesantísimo reparto que cuenta con Matt Damon, Angelina Jolie, Joe Pesci, Alec Baldwin o William Hurt. De Niro tiene, además, en posproducción Stardust (una fantasía que supone también el regreso de Michelle Pfeiffer, doble aliciente para un servidor...), rodando What Just Happened? (la nueva película de Barry Levinson) y en preproducción Sugarland (la próxima de Jodie Foster). A ver si con estas películas recuperamos al Robert De Niro al que tantos y tantos aficionados al cine adoramos.
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