Nunca he sido un gran aficionado de las películas de James Bond. Tengo vagos recuerdos de las películas de Sean Connery, que vi de niño, y casi nulos de las entregas de Roger Moore y Timothy Dalton. Pierce Brosnan me gustó mucho como 007, aunque las dos primeras películas que hizo me parecieron aburridas. Y ahora llega un nuevo James Bond. Envuelto en las clásicas polémicas absurdas con las que suelen llegar estos cambios. Que si no sabía nadar, que si se rompió dos dientes en su primera escena de acción, que si es rubio... Lo de siempre, para qué engañarnos.
Así que me meto en la sala de cine ilusionado por un buen trailer, pero escéptico por todo lo que he oído sobre la película. ¿Y sabéis qué? Salgo muy contento. Casino Royale merece la pena y mucho. Es una buena película de acción, es entretenida, tiene un guión sólido e interesante (aunque bien es verdad que algo predecible en algunos momentos). La verdad es que la película me ganó desde el principio. La primera secuencia de acción en la que participa James Bond tiene una de las mejores coreografías que he visto en mucho tiempo, engancha y emociona aunque es algo inverosímil para lo que ha ofrecido en los últimos años la saga Bond. Y las secuencias más tranquilas tampoco decepcionan, y me encanta cómo alarga la escena de la partida de poker hasta casi una hora de película sin aburrir.
Al nuevo Bond, Daniel Craig, le había visto en pocas películas. Antes de que le dieran el papel, le había visto como el hijo de Paul Newman en Camino a la perdición, esa fabulosa adaptación de una novela gráfica que hizo Sam Mendes. Y, claro, el chico quedó un poco eclipsado por Newman, Tom Hanks y Jude Law. Después le vi en Munich, la última y necesaria maravilla de Spielberg, y me preguntaba cómo iba a encajar a Craig como Bond después de verle en un papel tan duro. Pues aprobado alto para el actor, al que sólo le falta un poco más del descaro verbal que siempre ha mostrado Bond, y que se deja ver en algunos momentos de la película pero no siempre. Este Bond, eso sí, es mucho más violento que los anteriores.
Casino Royale, ya que pretende ser la primera aventura de Bond, deja muchas cosas para el aficionado a la saga y explica por qué Bond conduce un Aston Martin, por qué bebe un Martini mezclado no agitado, por qué lleva traje... Y si alguien se pregunta por qué ir a ver esta película al cine, tendrá que esperar justo al último plano, justo cuando suena el tema musical de James Bond con todo su esplendor. Pensé lo mismo cuando fui a ver Superman returns, que sólo por escuchar el tema musical en una sala de cine merecía pagar la entrada.
Danuel Craig ya está confirmado como el actor de la próxima entrega de Bond. Los productores lo anunciaron incluso antes de que se estrenara Casino Royale. Yo ya tengo ganas de verle otra vez en acción...
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