Mejor otro día debía ser una comedia negra, muy negra. El material está ahí y la premisa lo exige. Cuatro personas deciden suicidarse en el mismo momento, en Nochevieja, y desde el mismo lugar, la azotea de un edificio, y ese encuentro cambia para siempre sus vidas gracias a un pacto que firman para que ninguno de ellos intente quitarse de nuevo la vida al menos hasta el día de San Valentín. Pero su director, Pascal Chaumeil (Llévame a la Luna), basándose en la novela de Nick Hornby, no termina de escarbar en la historia hasta el punto de mala leche que habría sido agradecido. Hay algunos diálogos brillantes, hay cierto momentos atractivos de sus protagonistas, pero al final todo queda demasiado deshilachado y es difícil ponerse en la piel de cualquiera de los cuatro protagonistas. Chaumeil, habitual director de segunda unidad de Luc Besson no consigue más que una película relativamente agradable, pero queda la sensación de que había materia prima para mucho más.
Aunque hay pinceladas de esa comedia negra que se intuye en la premisa, y que de hecho es la que se viene a mostrar en la primera y delirante escena de la película (probablemente la mejor), en la que se juntan los cuatro suicidas en la azotea sin saber quiénes son ni los motivos por los que quieren acabar con sus vidas, la opción de Chaumeil es la de una comedia mucho más ligera. El motivo es simple, no es una película sobre la muerte o el suicidio, sino una película sobre la vida. Parece un matiz nimio, pero a la larga es lo que decanta la balanza hacia un filme tan simpático en algunos momentos como inane en su conjunto, y que se sustenta mucho más en sus personajes que en su historia o en la forma en la que está contada, porque el filme deja pasar algunos temas jugosos (la presión de los medios sobre los cuatro protagonistas, tres de ellos anónimos antes de que tuviera lugar su encuentro) y avanza a base de unas elipsis que no terminan de estar demasiado bien explicadas.
Son, decía, los personajes los que sostienen la película, que de hecho se estructura en cuatro bloques no demasiado definidos en base a los cuatro protagonistas. Y más incluso que los personajes, los actores. Porque los primeros se construyen a pinceladas más o menos irregulares, con aspectos que incluso se quedan en el aire sin que haya demasiado motivo para ello (como, por ejemplo, las menciones a la hermana de Jess) pero se hacen creíbles con el buen trabajo del reparto. Pierce Brosnan, Toni Collette, Imogen Poots y Aaron Paul están muy convincentes, pero sobre todo merecen ser destacados los dos más veteranos, los dos primeros, los que más y mejor se creen sus papeles (aunque Poots encaja a la perfección en la parte más alocada de su personaje), y los que hacen mucho más verosímiles sus diálogos. El "¡te han curado!" de Collette viene a ser la más divertida muestra de que capta a la perfección la ingenuidad de su personaje, mientras que Brosnan aporta lo de siempre, su propia clase personal, que tan fácilmente le lleva a interpretar una película de James Bond como un anuncio de seguros.
Si lo que se busca es una película agradable para pasar el rato sin demasiadas pretensiones, Mejor otro día vale perfectamente gracias a esos detalles positivos en sus diálogos y en su reparto, pero es inevitable esa sensación agridulce porque la historia daba para más. Y aunque el nombre de Nick Hornby incite a pensar en algo más, porque casi todas sus novelas han sido objeto de adaptación al cine desde que triunfó Alta fidelidad y es guionista de la merecidamente alabada An Education, lo cierto es que la película se queda corta. Alguna que otra risa, algún que otro camino interesante, alguna que otra escena muy lograda, pero un conjunto que Chaumeil no termina de llevar con acierto como para que el destino de los personajes pueda llegar a importarle demasiado al espectador o para que la película sea algo más que un pasatiempo ligeramente amable.
5 comentarios:
A mí la novela no me gustó. Le daré una oportunidad a la peli por curiosidad, y en la tele. Jeje.
Saramaga, no he leído la novela, pero el arranque era prometedor. Luego, los actores y poco más... Ya me contarás cuando la veas, je, je...
Yo la vi hace 10 días y me pareció graciosa y entretenida, tampoco he leído la novela.
Campanilla, sí, se pasa el rato. Pero a mí me supo a poco, la verdad...
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