Contra todo pronóstico, porque los indicios apuntaban a algo más flojo y discutible, Thor. El mundo oscuro es una muy entretenida película de superhéroes, que consigue mejorar la original y poner al dios del trueno de Marvel en la vía de una saga más longeva, siempre y cuando la taquilla responda. Esta secuela solventa algunos de los problemas que tiene el filme original, dirigido por Kenneth Branagh no sin acierto, y ofrece más de casi todo. Más acción, más Asgard, más Thor, más Loki, más (y mejor, porque Natalie Portman y su personaje estaban entre lo más flojo de aquella) Jane Foster, más Heimdall, Sif y los Tres Guerreros, y más imaginería de ciencia ficción que complementa a la fantasía inherente a este mundo. A pesar de los recelos, muy motivados por la inexperiencia en la gran pantalla de su director, Alan Taylor (responsable de algunos episodios de Juego de tronos) y por rumores que afectaban al montaje y la postproducción de la película, el resultado es notablemente entretenido.
Desde el principio queda claro que la apuesta es mejorar los defectos y potenciar los aspectos fuertes de la primera película, es decir, los más fantásticos. Asgard tiene aquí un protagonismo prácticamente absoluto, no como en el filme de Branagh, que abandonaba ese escenario y sus adyacentes a los 40 minutos de película para centrarse en la Tierra (que aquí sigue estando entre lo más flojo, junto a un humor que no siempre termina de funcionar y que lleva a Thor a subirse... al metro de Londres). Falta algo de espectacularidad (es notable cómo el cine moderno no termina de encontrar la épica que antes se bordaba con extras y que sólo El Señor de los Anillos parece haber conseguido en un entorno digital) en unas batallas que las piden a gritos y de las que sólo se muestran retratos parciales, pero el conjunto convence porque Taylor, con un guión escrito a tres bandas por los autores de los dos libretos de Capitán América y de un guionista procedente de las series de dibujos animados de Marvel, le da mucha vida emocional y psicológicamente hablando. Con algunas lagunas, pero con acierto general.
Y hablando de esos aspectos psicológicos y emocional, es obligado reconocer que, a pesar de la notable expansión del universo de Thor (un físicamente adecuado Chris Hemsworth pero que todavía tiene que dar algún paso al frente como actor para perdurar), el rey de la función es Tom Hiddleston con un Loki nuevamente portentoso, lleno de matices que hacen de él el perfecto dios nórdico de la mentira y el engaño. Aquí ofrece la mejor de sus tres interpretaciones del personaje (las dos anteriores, en Thor y Los Vengadores). Malekith (Christopher Eccleston), rey de los elfos oscuros que quieren sumir al universo en las tinieblas, es un villano interesante y correcto, aunque los cambios con respecto al cómic y la falta de alguna explicación más sobre sus motivaciones impiden que sea de los más logrados de Marvel en el cine. Para lo que sirve es para que la historia esté plagada de momentos de espectacularidad visual, que pueden sorprender por alejarse de la fantasía medieval y adentrarse aún más que la primera película en la ciencia ficción.
Con Loki como mayor exponente, lo que engancha del mundo de las películas de Thor es el formidable envoltorio con el que se rodea a historias más o menos sencillas. Es verdad que Thor. El mundo oscuro está salpicado de pequeños detalles interpretables y disfrutables (la lealtad de los Tres Guerreros hacia Thor, la profundidad todavía por explorar de la relación entre el dios del trueno y una Jaimie Alexander que pide a gritos protagonizar una película propia para la dama Sif, la ira de Odín, la poderosa irrupción en la batalla de Heimdall, el nivel de tragedia que se ha introducido en la historia manteniendo además a la relación familiar como uno de sus temas centrales) que hacen que el conjunto crezca, pero la historia es simple. Eso no impide que Thor. El mundo oscuro sea un entretenimiento de primer nivel que mejora al filme original. Y ojo a los cameos, tres esenciales. Uno inesperado en una de las escenas más divertida de la película. Otro, el de Stan Lee. Y el tercero, en la primera de las escenas postcréditos que tiene la película, deja la boca abierta por las implicaciones para el futuro (aconsejable tener cerca un conocedor del cómic para interpretarla). Para la segunda hay que esperar a que desfilen todas las letras sobre fondo negro, sí.
2 comentarios:
Ya en los trailers quedaba claro que Loki iba a tener más peso, es normal, su personaje mola más que Thor y el actor tiene también más gancho.
Tiene mejor pinta que la primera, pero es un personaje que no acaba de llamarme.
Sigo sin entender por qué ponen esas escenas durante los créditos, son ganas de putear a la gente.
Doctora, a mí me gustan las etapas clásicas del cómic, sobre todo la de Walter Simonson (que ahora reeditan otra vez), y creo que tiene potencial. En la primera película no terminaron de encontrarlo, aunque su arranque me encantó y creo que en esta segunda lo explotan mucho mejor. Me sobra algo de comedia, pero me lo pasé francamente bien. ¿Las escenas después de los créditos? Bueno, la segunda es un poco abuso, aunque hay que verla...
Publicar un comentario