Somos los Miller quemó sus bazas antes del estreno. Tanto hablar de la película por la escena de stripper que protagoniza Jenniffer Anniston, y que está prácticamente incluida en su totalidad en el trailer, que tampoco hay mucho más que aportar. La película es no es mala, tiene algunos momentos gamberros y divertidos, pero no ofrece nada nuevo dentro de la comedia de esta época bastante inofensiva del género. Esa escena está pensada para ser su baza principal, porque en este mundo del espectáculo moderno parece que vende más un desnudo, siquiera parcial, de una estrella que un producto bien hecho. Y la muestra de que la película sale de una aparente improvisación constante (¿sólo por parte de los actores?) está en las tomas falsas que están empezando a convertirse en habituales en los créditos de las comedias modernas (¿esto no era un extra del DVD?). Y no deja de ser curioso que el punto más divertido de la película esté precisamente ahí... y que no tenga nada que ver con la película.
Estamos obviamente ante una comedia y sólo con ver en el cartel el nombre de Jason Sudeikis (Cómo acabar con tu jefe, En campaña todo vale) se puede asumir el tipo de humor en el que se basa. La película narra las aventuras de un camello de poca monta que sigue viviendo en los treintaytantos como si estuviera aún en la universidad y que, para pagar una deuda, se ve en la obligación de ir a México para pasar una cantidad de droga por la frontera hacia Estados Unidos. Para hacerlo, decide reclutar a una vecina stripper, a una chica que se ha escapado de casa y un chaval que vive en la puerta de al lado y cuyos padres no le prestan atención para crear una familia falsa con la que guardar las apariencias. Esa mezcla también da una idea de que el humor por el que se apuesta es gamberro y muy basado en bromas de carácter sexual, lo cual tampoco es una novedad en la comedia contemporánea (como tampoco en el cine en general que su doblaje sea bastante flojo en algunos personajes).
Obviamente, el éxito de la película está en la conexión que establezca cada espectador con su humor. En conjunto, muy irregular. Y cabe destacar que hay momentos salvajemente divertidos (el motivo por el que les registran en la frontera... delirante para bien por el tema y por su visión del mismo) que sacan de la rutina en la que cae la película en el momento en el que los personajes quedan delimitados. El guión, escrito nada menos que por cuatro autores, no termina de sacar partido de las mejores situaciones que plantea y se limita a servir como vehículo de lucimiento de los actores. ¿Y estos cumplen? Básicamente sí, aunque en realidad es difícil que en una comedia pensada para pasarlo bien (los actores los primeros) algún actor chirríe de forma descarada. Sudeikis y Anniston llevan la voz cantante, optan por lo seguro y se salen más bien poco del camino previsto, como sus hijos de ficción, Emma Roberts y Will Poulter.
Lo cierto es que Somos los Miller es una comedia, aunque por momentos suficientemente divertida, más tibia de lo que podía parecer con su propuesta inicial. Se basa en una trama sumamente endeble y que avanza buscando el chiste más que una historia. Al final, da un poco igual la droga, la frontera, la familia, el beso, la chica o incluso la araña. Ese es, de largo, el punto más débil de la película, que no genera la más mínima implicación en la historia, como sí pueden hacerlo en algún momento muy localizado alguno de los personajes. Por eso acaba siendo más de lo mismo. Divertido, si se acepta el humor que propone, pero nada nuevo en el horizonte porque acepta la previsibilidad de la historia y se siente a gusto con ella. Para fans de sus actores y quienes quieran un respiro de 110 minutos, pero que nadie espere la comedia del siglo porque la tercera película de Rawson Marshall Thurber, director de Cuestión de pelotas, no lo es precisamente.
3 comentarios:
El humor es del tipo la boda de mi mejor amiga? es la que se me ocurre ahora que puede ser similar, sin ser una comedia romantica...
No pensé que fuera como para gastarse el dinero en el cine.
Es de las pocas que dejo escapar y que luego podre ver en casa.
viste una cuestión de tiempo.
Se que es extremadamente buenrollista y romántica pero ME ENCANTO!
Celia, la verdad es que no he visto 'La boda de mi mejor amiga', así que no te la puedo relacionar con esa... Quiere ser un humor gamberro. Y no, aún no he visto 'Una cuestión de tiempo', y a esa sí que le tenía ganas. ¿Buenrollismo? ¡Qué falta nos hace a todos de vez en cuando!
Esta tampoco he logrado acabar de verla. jajaja. Últimamente estoy de un tiquismisquis...
Ves muchíiiisimo cine!! Creo que me quedaré tu blog como guía cada vez que tenga que elegir una peli.
Besos!
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