viernes, noviembre 08, 2013

Crítica doble de 'El juego de Ender'

En diciembre se cumplen siete años desde que La Sala de Cine echó a andar. Salvo alguna pequeña excepción, todas las críticas las he realizado yo. Con El juego de Ender, vamos a dar un paso más y lo que os ofrecemos es una crítica doble, escrita por dos periodistas, yo mismo y Lucía Alegrete, que colabora aquí por primera vez (¡y espero que no se la última!). Una misma película, dos puntos de vista. Esperamos que disfrutéis del experimento.
En los años 80 podría haber sido un clásico


Por Juan Rodríguez Millán

El juego de Ender es una de esas películas con elementos suficientes para convertirse en un clásico de la ciencia ficción pero que no termina de alcanzar dicha condición. Es una de esas películas que, de haberse realizado en los gloriosos años 80 del siglo pasado (casualmente la década en la Orson Scott Card escribió la novela, sobre cuyos derechos cinematográficos ha sido tan protector hasta ahora), probablemente habría logrado ese estatus. Es un más que aceptable y agradable entretenimiento de ciencia ficción, pero no consigue ser ese algo más que siempre esperan los aficionados al género. Y es un filme que se gana el derecho a que el espectador recuerde más sus aciertos, entre los que destaca una espléndida evolución de su personaje que hace el joven Asa Butterfield (La invención de Hugo) que sus puntos más débiles, a pesar de que los elementos de ciencia ficción son algo más fríos y menos rompedores de lo esperado.

El mundo de El juego de Ender arranca años después de una gran guerra contra una raza alienígena que quiso invadir la Tierra, los insectores. Aunque fue repelida, la humanidad se prepara para su regreso formando en una escuela militar a los chicos más preparados para encabezar esa ofensiva. Ender es uno de ellos, el llamado a liderar a las fuerzas terrestres en la batalla final. El escenario, el mismo de una novela a la que aparentemente sigue con bastante fidelidad, es sumamente atractivo y ofrece incontables posibilidades. Lo más decepcionante de la película, escrita y dirigida por Gavin Hood, autor de la olvidable Lobezno, es que el entorno de ciencia ficción no se eleva tanto como debería. Las batallas son confusas, hasta el punto de que parece difícil saber quién va ganando y por qué (además de las inmensas similitudes con la de Independence Day), y los efectos especiales tan correctos como rutinarios, sin llegar en realidad a alcanzar la personalidad distintiva que exigía el filme.

Con esos elementos algo disminuidos, aunque siempre dentro de la corrección que basta para que las secuencias del juego en el adiestramiento sean las más emocionantes junto con un, aquí sí, extraordinariamente bien resuelto clímax (por la historia que ya está en el libro y por la puesta en escena de Hood), gana terreno el factor más humano de la película. Y aunque hay relaciones y evoluciones que están apresurada o incluso livianamente narradas, la espléndida interpretación de Butterfield hace que la historia llegue con mucha más facilidad al espectador. Tanto Harrison Ford como Ben Kingsley le dan caché al reparto, aunque se nota que Viola Davis no acaba de encajar en este entorno. Hood consigue equilibrar bastante la balanza entre la ciencia ficción más pura y el drama iniciático. Hay elementos de ambas y por eso la película se abre a un público más amplio que el que ofrecería una película de efectos especiales.

No obstante, El juego de Ender podría haber llegado mucho más lejos. Los elementos morales y éticos que se van planteando en la historia, desde el reclutamiento de niños para escuelas militares, la violencia que hay dentro de Ender o el decisivo condicionante del clímax del filme apenas están dibujados. Presente de una forma clara en la historia, pero sin tanta fuerza como para ser su espíritu. Y es por eso que, en realidad, le falta algo de fuerza y espectacularidad al filme dentro de su corrección, y eso se deja ver en el doble epílogo que tiene la película, uno que, volviendo al punto de partida, en los años 80 habría podido redondear un clásico. Entonces, aún sin los sofisticados efectos especiales por ordenador que hoy en día lucen ya en cualquier película, los cineastas conseguían sacar más emociones de trajes de látex o incluso de muñecos de plástico. Con todo, El juego de Ender cumple razonablemente bien para aficionados al género e incluso para quienes no lo son.

Lograda odisea espacial

Por Lucía Alegrete

La reconocida novela de ciencia ficción del escritor estadounidense Orson Scott Card, publicada en el año 1985, es llevada finalmente a la gran pantalla, de la mano del director Gavin Hood y cuenta, entre su elenco protagonista, con el mítico Harrison Ford. La taquilla estadounidense ha sido una gran sorpresa para los productores y realizadores, quienes no esperaban un éxito tan inmediato, habiendo recaudado ya casi 30 millones de dólares. El juego de Ender es el primero de los cuatro libros conocidos como la Saga de EnderLa historia está ambientada en un futuro distópico, donde la tecnología ha avanzado enormemente y la humanidad debe enfrentarse a una nueva especie alienígena, los insectores, si quiere garantizar su supervivencia. Para ello se ha creado un programa de entrenamiento y lucha para menores que se desarrolla en la Escuela de Batalla, una estación espacial usada como complejo militar, dirigida por el coronel Hyrum Graff (Harrison Ford) y Stilson (Brendan Meyer).

Allí unos pocos niños elegidos son preparados para la gran lucha final. Entre ellos se encuentra nuestro protagonista Ender Wiggin (Asa Butterfield, La invención de Hugo), un niño sumamente inteligente pero, al mismo tiempo, introvertido y problemático. Una de las causas que explican su conducta y su gran impulsividad tiene que ver con su ámbito familiar y, más concretamente, con los problemas con su hermano mayor, Peter, quien le guarda una enorme animadversión fomentada en la envidia y la rivalidad. En la otra cara de la moneda encontramos a su compasiva y bondadosa hermana Valentine, quien sirve como soporte y ayuda para los miedos y dudas que atormentan a Ender.

Es impactante la gran evolución que sufre el personaje, un niño retraído e inseguro se torna en un líder nato, un estratega que comandará la suerte y el destino de miles de personas. En sus manos recaerá el peso y la responsabilidad del futuro de toda la humanidad. Ayudado siempre por su leal compañera y amiga de batalla, Petra Arkanian (Hailee Steinfeld, Valor de ley) quien se convertirá en una figura clave en la vida de Ender. Lo mejor de la película tiene dieciseis años y se llama Asa Butterfield. A pesar de su corta edad y experiencia, plasma perfectamente las sensaciones y sentimientos del protagonista, sus miedos, dudas y errores, y sobre todo su transformación durante el transcurso de la historia. Todo ello se acompaña de grandes secundarios que realizan una labor más que correcta, y ayudan a mantener el buen ritmo que sigue la trama. También es destacable el gran despliegue de efectos especiales, y el buen uso que se hace de ellos, no enormemente marcados pero si bien utilizados, acompañado todo ello de una excelente banda sonora.

Quizás la parte negativa de la película es que, a pesar de saber que es una fiel adaptación de la novela, me es imposible eliminar ese sabor amargo de que se rige por un esquema premeditado de película americana, donde siempre vencen los buenos, y la moralidad y la justicia se acaban imponiendo por encima de cualquier fuerza  contraria. También debido a la limitación temporal que conlleva una película de este tipo, la trama final se ve acelerada y los hechos se suceden rápidamente, dando al espectador una sensación de confusión y desconcierto. Sin embargo, el clímax final compensa esas sensaciones, y nos deja un efecto positivo, una buena reflexión sobre un mundo bastante más parecido al nuestro de lo que creemos.

3 comentarios:

Doctora dijo...

Bienvenida, Lucía Alegrete :)

Hmmm... yo creo que "La amenaza fantasma" dejó claro que el realismo de los efectos especiales no podía competir con el aura que tenían las pelis de ciencia ficción antes.

Los fans del libro han quedado muy, muy decepcionados con la peli. Yo no leo libros de este género, pero ya me llama más la atención esta peli que las de "Los juegos del hambre", por ejemplo.

Key Hunters dijo...

Creo que ésta me la voy a saltar en el cine, porque he oído el doblaje de Ender sólo en el trailer y ya me ha puesto de los nervios. El problema va a ser que yo también tengo en mente un esquema claro generado por la novela, y ahora cualquier cosa que salga de ahí me va a decepcionar. De todas maneras, la acabaré viendo seguro, así que ya veremos qué pasa.
Saluditos a los dos :)

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, pues sí puede ser ese el punto de inflexión. Luego hay películas que han sabido moverse mejor y peor en el entorno digital, pero ahora mismo sorprende menos casi siempre. También he escuchado y leído a fans del libro que sí están contentos. A mí la primera de 'Los juegos del hambre' me dejó muy, muy, muy frío. A ver la segunda...

Key, lo confirmo, el doblaje es horrible. Si el espectador se acostumbrara a la versión original, primero vería que leer subtítulos no es tan exigente y segundo, sobre todo, que se está perdiendo parte de la experiencia que se le propone. Entretiene, puedes ir sin prejuicios negativos.

Gracias a las dos por los saludos a Lucía.