sábado, abril 30, 2011
Más luces que sombras para un notable y entretenido 'Thor'
Thor es el dios del trueno de la mitología nórdica, convenientemente adaptado para el universo Marvel por Stan Lee (otro gran cameo el suyo, atentos a la camioneta que intenta levantar el martillo), Larry Lieber y el gran Jack Kirby. Su adaptación al cine sólo podía hacerse con generosas dosis de grandiosidad. Asgard, hogar de los dioses, se ve con todo su esplendor y el gran acierto de la película en centrar el comienzo de la historia allí, en los reinos fantásticos de esta mitología. El camino fácil, y evidentemente mucho más barato de rodar, sería el que tantos otros personajes de ficción han seguido, enviarle directamente a nuestra Tierra para explotar las virtudes cómicas de colocar a un extraño en el mundo que conocemos. Pero Thor apuesta por otro camino y brinda unos tres cuartos de hora iniciales llenos de acción y efectos especiales, visualmente fantásticos (aunque las comparaciones en algún caso con El Señor de los Anillos seran inevitables... y siempre a favor de la aún no superada saga de Peter Jackson) y narrativamente interesantes. Es ahí donde se ve al Thor arrogante, ambicioso y belicoso, bien llevado por un actor limitado, Chris Hemsworth, pero que visualmente es perfecto.
En ese tramo de la película, después de un magnífico prólogo (y de una superflua escena inicial), es donde está lo mejor de Thor. Su relación con su hermano Loki (Tom Hiddleston) y con su padre Odín (Anthony Hopkins), el equilibrio de paz entre los reinos de Asgard y Jotunheim (gobernado por los gigantes de hielo), su amistad con la dama Sif (Jaimie Alexander; ¿alguien ha pensado que podría ser ella la heroína que permitiera a Hollywood por fin hacer una película de fantasía con una mujer como protagonista?) y los tres guerreros, Volstagg, Fandral y Hogun (Ray Stevenseon, Josh Dallas y Tadanobu Asano), y la visión del puente de arco iris que une los Nueve Reinos y el guardián que lo custodia, Heimdall (espléndido personaje y magnífica caracterización, aunque la elección de Idris Elba, un actor negro, para interpretar a un dios nórdico se quedé como un anecdótico, algo absurdo y conseguido intento de que se hablara de la película mucho antes de su estreno). Ver el esplendor visual que se alcanza en este tramo, el adecuado nivel de brutalidad en las luchas y la pasión en el retrato de personajes y escenarios hace anhelar una futura secuela en la que se narre la etapa que en el cómic de Walter Simonson llevó a Thor a visitar el reino de Hel (el equivalente nórdico del infierno), gobernado por Hela.
Con la entrada en escena de Jane Foster (Natalie Portman), el tono de la película se rebaja y se hace más cómico. Acertadamente cómico, por cierto, pero de ritmo más lento. La historia de amor no sólo era inevitable, sino que también se agradece, porque da más sentido a la evolución de Thor. Pero ahí es donde se empiezan a notar los fallos del guión de la película. Introducir demasiados elementos en dos horas de película suele conducir irremediablemente a que algunos queden desdibujados, y eso queda en evidencia con la batalla entre Thor y el Destructor (un gigante mágico de aspecto metálico que dispara unos poderosos rayos desde el rostro). Se desvirtúa con tanta facilidad a los otros asgardianos que ahí es difícil de creer el heroísimo sin medida de Thor y el carácter supuestamente invencible de su adversario. Del mismo modo, es absurdo transformar a Jane Foster desde la enfermera que es en el cómic a la científica que es en la película (triste pago de los tiempos políticamente correctos que corren), y ese aspecto es quizá lo más endeble de la trama, gracias también a que Natalie Portman no destaca en papeles así. Como también termina por ser endeble el retrato de Loki, cuyas motivaciones quedan demasiado en el aire y desvirtúan lo que sólo se había apuntado en los dos primeros tramos del filme.
En el aspecto visual, fantástico en líneas generales (se ve a Thor y a su mundo haciendo todo lo que hace de él un personaje apreciado en el cómic), sólo cabe hacer dos reproches. Uno, el ya habitual, es el 3D, que oscurece demasiado una película que clama por ser luminosa para hacer justicia al trabajo de sus diseñadores. Otro, que Branagh, al tiempo que triunfa con arriesgados planos en diagonal, se pierde demasiado en las peleas. Domina muy bien los efectos especiales, y eso tiene mérito teniendo en cuenta su filmografía tan alejada hasta ahora de este campo, pero las coreografías de batalla a veces se pierden como en tantas otras películas de acción (siempre quedará ahí la brillante música de su inseperable compositor, Patrick Doyle). Branagh, en todo caso, consigue dar coherencia al resultado final y salir triunfante. La misma crítica que le encumbró en sus inicios casi como el nuevo Orson Welles ahora disfruta criticando todo lo que hace (aunque con menos intensidad, recuerda al fenómeno que sufre M. Night Shyamalan), pero no hay motivo. Thor funciona y encaja en el cine de Branagh porque, aunque a veces se quede en la superficie, la tragedia shakespeariana es un elemento fundamental de esta saga de dioses nórdicos y su relación con los humanos.
Antes de esa mencionada escena final, de la que es mejor no revelar más detalles para no estropear la sorpresa, la película concluye con un mensaje: "Thor regresará en Los Vengadores", lo que inevitablemente despierta el ansia del fan. ¿Algo más que buscar en Thor para entender mejor la conjunción de esta película en este magníficamente bien trazado Universo Marvel cinematorgáfico? Obviamente, la presencia del agente Coulson de SHIELD (que ya apareció en los dos entregas de Iron Man), pero también el debut en pantalla, apenas un cameo, de Ojo de Halcón (Jeremy Renner), la duda de si esa misma escena esconde algo más y la mención a Stark (Tony Stark, el hombre bajo la armadura de Iron Man). Marvel sigue sumando y queda todavía un capítulo, Capitán América, antes de la explosión definitiva de sus personajes en la gran pantalla con Los Vengadores. Para eso habrá que esperar hasta mayo del año que viene. Y visto el buen nivel de Iron Man y su secuela, de El increíble Hulk y ahora de Thor, sólo cabe esperar lo mejor del filme que está ya dirigiendo Joss Whedon.
miércoles, abril 20, 2011
'La legión del águila', decente y desconcertante
El peligro de decepción es innegable cuando se vende como algo que en realidad no es. Y La legión del aguila no es una película de romanos. Al menos, no una al uso. Es decir, romanos aparecen, pero Roma no. La película tiene dos partes bien claras. En la primera, Marcus Aquila (un sosísimo Channing Tatum) intenta ganarse el respeto de los suyos en un puesto en la Britania ocupada por el Imperio, a pesar de que pesa sobre él la desgracia de ser el hijo de un militar romano que desapareció con la preciada águila dorada de la novena legión (la que da título a la película en España) y del que se rumorea que es un traidor. En la segunda parte, y tras ser apartado del ejército por razones que conviene ver en la pantalla, se introduce junto a su esclavo Esca (un mucho más interesante Jamie Bell) en territorio enemigo para localizar el águila y saber qué fue de su padre. Si la primera parte sí es de romanos, la segunda es fácilmente intercambiable con cualquier otra película medieval, de espadas o de culturas extrañas. Falta coherencia narrativa y visual como para que la película triunfe.
La primera mitad eleva el filme por encima de la media de títulos similares que se han visto en los últimos años (de romanos o no) como la mencionada Centurión o El Rey Arturo. Es un segmento bien rodado y muy bien ambientado. Lástima no disponer de un protagonista con más carisma. O de haberlo rodeado mejor. Porque Donald Sutherland, llamado a ser uno de los nombres de la película, se conforma con un papel secundario y bastante inane, que simplemente se pasea por la pantalla sin encontrar un motivo real por el que está en ella. Bell, en cambio, sí ofrece todo lo interesante que tiene narrativamente la película. Su personaje de esclavo que poco a poco se gana la confianza de su amo es bastante tópico, pero sabe hacerlo suyo. Seguro que con unos centímetros más y un buen entrenamiento físico, Bell podría haber hecho un mejor protagonista que Tatum. Ni el habitualmente fascinante Mark Strong (cuesta incluso reconocerle) consigue levantar la segunda mitad de la película con un personaje confuso y difuso.
El descenso de ritmo que acusa la película después de la batalla junto a las puertas del puesto romano es enorme. El mal uso del tiempo y las elipsis a partir de ahí, una lástima. Y eso que el director de la película ya ofreció en sus dos anteriores trabajos (La sombra del poder y El último rey de Escocia) dos notables ejemplos de cómo conducir una buena historia. Bien es verdad que en aquellos dos títulos había un fuerte sustento en el reparto que aquí, por desgracia, no consigue. En cualquier caso, sí hay algunos apuntes interesantes en ambas partes del filme, que son los que hacen que el interés se mantenga a pesar de los defectos de la narración. Entretiene pero no emociona. Sus escenas de acción (el mencionado ataque y el clímax final, una vez aceptado el inverosímil giro que iguala las fuerzas en liza) son efectivas. Algunos diálogos, más que interesantes. Pero el conjunto flaquea. Seguiremos a la espera de que el cine de romanos recupere el esplendor perdido, pero al menos tenemos productos como éste para ir saciando el hambre.
jueves, abril 14, 2011
Correcta 'Invasión a la Tierra'
lunes, abril 11, 2011
'Caperucita roja', fallida reinvención del cuento
Gary Oldman, Virginia Madsen y Julie Christie están llamados a darle un toque de distinción a la película. Los dos son grandes actores, pero ninguno parece creerse del todo sus papeles. Christie da vida a la abuela del cuento, y con ella se pretende precisamente establecer un vínculo entre la historia clásica y esta película, pero lo más probable es que la escena escogida para llevar a cabo esa misión provoque risas en el auditorio. Madsen es quizá el personaje más estimulante de la película, puesto que Oldman da rienda suelta al histrionismo que caracteriza a algunos de sus personajes anteriores y, aunque eleva el nivel de entretenimiento, resulta demasiado tópico. Por desgracia, como casi todo en Caperucita Roja. Incluso, por si alguien se queda tanto tiempo en la sala de cine en la que vea la película, el susto final después de los títulos de crédito, que también se ve venir. Lukas Haas da vida al cura local y es, seguramente, lo menos tópico de la película. Lamentablemente, su personaje se queda muy desaprovechado y apenas aparece en una película que no pasa de ser un divertimento juvenil.
viernes, abril 08, 2011
'Soy el número cuatro' y el enésimo comienzo de una saga fantástica juvenil
miércoles, abril 06, 2011
'Furia ciega', de lo malo... lo entretenido
sábado, abril 02, 2011
Los superhéroes que vienen
En los próximos meses son muchos los superhéroes que darán el salto de los cómics al cine. Además de los aquí mencionados, también habría que hablar de la esperadísima The Dark Knight Rises (tercera entrega de Batman a cargo de Christopher Nolan, con los añadidos de Anne Hathaway como Catwoman y Tom Hardy como Bane), Superman: Man of Steel (el nuevo reboot sobre el héroe de Metrópolis que tendrá a Nolan al guión y en la producción, a Zack Snyder como director, a Henry Cavill com Superman, Amy Adams como Lois Lane y Kevin Costner y Diane Lane como Jonathan y Martha Kent) o The Avengers (la reunión a cargo de Joss Whedon de todos los héroes Marvel que han saltado a la gran pantalla en los últimos años), pero éstas no han comenzado a rodarse y no hay fotos promocionales todavía disponibles, así que tendrán que quedar para un próximo repaso...
El nórdico dios del trueno salta al cine de la mano de Kenneth Branagh. Muchos le consideran undirector acabado, y es cierto que hace años que no muestra la maestría de sus inicios, pero creo que Thor ha puesto ante él una oportunidad de redimirse, de demostrar que tiene futuro y para abrirse camino en un cine de acción serio y adulto. Eso no quita para que las primeras fotos que se distribuyeron asustaran lo suyo. Más que dioses de Asgard parecían Caballeros del Zodiaco, pero el trailer y los nombres de la película tranquilizaron lo suyo, porque el casting parecer acertadísimo. Chris Hemsworth encarna a Thor y Anthony Hopkins a Odín, encabezando un reparto fantástico repleto de nombres conocidos y en el que también destaca Natalie Portman como Jane Foster, la humana de la que se enamora el dios nórdico en la Tierra. Promete ser un festival de acción novedoso para Branagh, pero también tener un poso trascendente que sí le va como anillo al dedo a un director que se hizo un nombre en el cine adaptando a Shakespeare. Llega a finales de abril y ya la espero con impacencia.
Ryan Reynolds no es en absoluto el mejor Hal Jordan posible. Quizá algún otro de los Green Lanterns del cómic sí podría haber sido, pero es difícil encajarle como Hal Jordan, y más después de verle como Deadpool en Lobezno o descubriendo la vena más o menos cómica que, a tenor del trailer, va a tener esta película. Eso es lo que puede hacer que patine. A su favor juega lo que se intuye como un gran espectáculo visual (aunque el rediseño del traje, hacia algo totalmente diferente a lo que muestra el cómic, y de algunos personajes como Kilowog son también puntos negativos e innecesarias puñaladas al aficionado de siempre) y el oficio que suele desplegar Martin Campbell desde la dirección en películas de género (suyas son la endiabladamente entretenida La máscara del Zorro o las primeras películas de Pierce Brosnan y Daniel Craig como James Bond, Goldeneye y Casino Royale). Ver a Mark Strong como el diabólico Sinestro sigue siendo a día de hoy el mayor aliciente de esta película. El cóctel puede ser muy interesante o quedarse como una peliculita más de superhéroes. Se estrena en la segunda quincena de junio.
Huele a desastre desde el principio. Jason Momoa recogerá el testigo que dejó Arnold Schwarzenegger como Conan en la primera mitad de los años 80, y eso ya es mucho decir. Cierto es que Arnie no era exactamente la versión del héroe que se mostraba en los cómics, pero físicamente era insuperable. Momoa ni se acerca a lo que uno espera ver de Conan y mucho va a tener que remar para convencer a la gente. Se ha difundido ya un primer trailer en el que apenas se ven unas pocas imágenes difuminadas en humo. Si estando ya tan cerca del estreno, en agosto, no hemos visto todavía una escena en movimiento de este Conan lo más probable es que signifique que no se lo creen ni sus mismos responsables. Que la dirija Marcus Nispel (autor de los remakes de La matanza de Texas, El guía del desfiladero o Viernes 13) tampoco parece una buena noticia para los aficionados del bárbaro de Cimmeria. Alguna foto y algún poster sí lucen decentemente, y da la sensación de que el aspecto de este mundo salvaje puede ser lo más rescatable. Quizá sorprenda, pero no parece probable.
Años y años de de especulaciones sobre una película de Wonder Woman han acabado con el anuncio de que será una serie de televisión... si el episodio piloto convence. No obstante, todavía no está enterrada la idea de hacer un filme, que podría incluso convivir con la adaptación de la pequeña pantalla. Hace no muchos días se hizo pública la primera foto de Adrianne Palicki vestida como la amazona más famosa de DC Comics y unos días después se vieron las primeras imágenes del rodaje... donde el traje ya había sufrido modificaciones. Luce mejor en el rodaje que en su debut, pero sigue pareciendo raro. Como raro es ver a Palicki intentando ser Wonder Woman, quizá la heroína con la que parece más difícil acertar (en buena medida porque Lynda Carter en la serie de los años 70 lleva mucho tiempo siendo una especie de Wonder Woman definitiva). Se ha querido mezclar el uniforma tradicional y su más moderna modificación y de momento queda una amalgama rara. Si tiene un buen guión y se rueda con eficacia, convencerá. Si no, lo tiene difícil. Todavía no se sabe cuándo se estrenará el episodio piloto.
Otro final controvertido para una trilogía, la de Spiderman de Sam Raimi, derivó en un reboot. Y un reboot que tiene su miga, porque se lo encomendaron a un semidesconocido, Marc Webb (director de 500 días juntos). Andrew Garfield demostró en La Red Social que es un buen actor y que puede ser un gran Peter Parker, aunque su edad no encaje con el Spiderman adolescente que al parecer se quiere recuperar en esta película. Emma Stone también pinta bien como Gwen Stacy, la primera novia del héroe en los cómics. Las primeras fotos promocionales y del rodaje han sentado como jarros de agua fría, porque el traje del héroe es extraño, diferente al tradicional. Da la sensación de que quieren innovar mucho y acercarse más a la versión Ultimate que a la clásica del héroe de Marvel. A estas alturas no se sabe mucho de la historia, sólo que el villano será el Lagarto, lo que convierte a esta película es una enorme incógnita. Sam Raimi dejó el listón muy alto, sobre todo con sus dos primeras películas, fabulosas demostraciones de que el cómic y el cine de acción real son un matrimonio capaz de ofrecer diversión y entretenimiento a raudales. La veremos dentro de mucho, en julio de 2012.