Este, por fin, sí que es Hulk. Eso es lo mejor que se puede decir de El increíble Hulk, falsa secuela de aquel tostón que dirigió en 2003 Ang Lee sobre uno de los personajes emblemáticos de Marvel Comics. Bien es verdad que el listón que dejó aquella era bastante bajo y que ésta no es tan buena como la todavía muy reciente Iron Man, pero lo cierto es que el regusto que deja El increíble Hulk es de satisfacción. Es una película muy entretenida, muy respetuosa con el cómic, con el pertinente final abierto para continuar la franquicia en caso de éxito de taquilla, con una dirección adecuada (aunque un poco alocada en algunos momentos de las escenas de acción) y con un buen reparto.
Y el caso es que no debiera ser así. La comparación entre Hulk y El increíble Hulk debiera haber sido favorable a la primera. Un director reputado frente a un tipo que ha hecho Transporter 2. Una película que miraba más allá de los efectos especiales contra una que apostaba por la acción. Una aproximación ambiciosa a un personaje de fantasía frente a efectos especiales como protagonistas. Pero El increíble Hulk es infinitamente mejor que Hulk porque entiende mejor no sólo al personaje (en su desarrollo como personaje y también visual, más realista, menos de dibujos animados) sino también el lenguaje cinematográfico adecuado para trasladarlo a la gran pantalla. Hulk es aquí un personaje terrorífico y violento, sin medias tintas. Hulk domina una acción brillantemente coreografiada. Y tiene un villano a la altura, la Abominación, interpretado por un Tim Roth que sigue al pie de la letra el manual del villano desquiciado.
Lo del reparto es curioso, porque era el principal punto fuerte de la película de Ang Lee pero destaca más el del filme de Louis Leterrier. Edward Norton supera a Eric Bana como el torturado Bruce Banner y entra en la línea para interpretar a un superhéroe marcada por Robert Downey Jr. (quien tiene aquí un cameo para poner los dientes largos a los fans de cara al futuro de los héroes Marvel en la pantalla) en Iron Man. Liv Tyler, en cambio, se queda muy por debajo de lo que había ofrecido Jennifer Connelly en la anterior película. Ambas interpretan a Betty Ross, el interés romántico y también heroína de la función, además de hija de la némesis de Hulk, el general Ross. En este papel, al notable Sam Elliott le perjudicó el guión de la película de Ang Lee, por lo que el duelo con William Hurt estaba perdido de antemano. Hurt, que lleva años en estado de gracia (con registros tan alejados como éste y el que enseñó en Una historia de violencia), borda un personaje con connotaciones de villano y de héroe.
Además de mostrar al Hulk genuino, el propio de los cómics (no como el que nos ofreció Ang Lee), lo mejor que tiene esta película es que recupera el espíritu de las aventuras más clásicas, el que ofreció la mítica serie de televisión de los años 70, la que tenía a Bill Bixby y Lou Ferrigno (magnífico cameo el suyo en El increíble Hulk como guardia de seguridad fácilmente sobornable... con comida) como protagonistas, el mismo espíritu que tenía la serie El fugitivo. Bruce Banner huye del Ejército por diferentes partes del mundo mientras lucha desesperadamente por encontrar una cura al mal que le han causado los rayos gamma. Y por el camino dejará un detalle más para los fans, el primer apunte del villano más clásico del personaje en el cómic que, de haberla, aparecerá seguro en la secuela.
Siendo El increíble Hulk una clara apuesta por la acción como vehículo narrativo de este personaje, Louis Leterrier (debiera decir que contra todo pronóstico) no desdeña ni arruina las escenas más pausadas e interesantes de la película, aquellas en las que Bruce Banner reflexiona sobre sí mismo, sobre el monstruo que le posee cuando su corazón se acelera demasiado o sobre su relación con Betty. No es que el guión sea prodigioso, ni mucho menos, ya que tiene alguna que otra laguna, pero el entretenimiento está asegurado. Y atentos al inevitable cameo de Stan Lee, creador de éste y otros tantos personajes de este universo de cómic. No es de los mejores que ha hecho (Los 4 Fantásticos y Silver Surfer sigue teniendo ese honor), pero siempre es un gustazo verle en las películas Marvel. Una buena película de acción y fantasía.
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