lunes, febrero 03, 2014

'Al encuentro de Mr. Banks', magia convertida en cine

Con demasiada frecuencia olvidamos que una de las pretensiones del cine es generar magia. Walt Disney fue un genio entendiendo esa concepción del arte cinematográfico, y Al encuentro de Mr. Banks es una película deudora de esa forma de entender las películas. Lo que cuenta es cómo fue posible hacer Mary Poppins, cómo Walt Disney consiguió que la autora de las novelas del personaje, Pamela Travers, acabara cediendo los derechos a pesar de ser muy reacia a hacerlo. Es, por tanto, la historia de un sueño, de una ilusión, de la magia que se esconde detrás de esas historias que enternecen y emocionan. De esa manera, Al encuentro de Mr. Banks consigue despertar las mismas emociones con sensibilidad y con talento, con un reparto formidable y unas buenas intenciones que por desgracia escasean en el cine contemporáneo. Pero éste, el de Al encuentro de Mr. Banks, es un cine que no se puede perder. Es pura magia. Magia Disney, por supuesto. ¿Pero quién sabe de magia más que Disney, aunque sea esta vez como un personaje?

Es evidente que Al encuentro de Mr. Banks es un caballo ganador desde el mismo momento en que vincula su historia a la de Mary Poppins, uno de los títulos que forma parte del descubrimiento de la magia en el cine para incontables generaciones. Arranca con una de sus melodías musicales y, de esa forma, ya apela al corazón. Pero lo que llega a partir de ahí es otro cuento más de Disney, como marca (y recuperando además para la ocasión una manifestación muy clásica de su logotipo inicial) y como personaje. Es la historia de una promesa, de un sueño, de una ilusión, de varias vidas, es una historia de perdón e incluso de redención. Hay magia en cada instante, en cada escenario, en multitud de escenas. Es la magia del cine dentro del cine, sí, pero esa es una que no siempre funciona. Y aquí lo hace, lo cual, por muy ganado que esté el espectador, no deja de ser curioso siendo el director del filme John Lee Hancock, responsable de la sobrevalorada y bastante más insulsa de lo que se dijo Un sueño posible.

Sería fácil decir que buena parte de la magia que esconde Al encuentro de Mr. Banks está en el magnetismo de Tom Hanks dando vida a Walt Disney, o en la enorme maestría que hay en cada gesto de Emma Thompson recreando a Pamela Travers con una evolución tan precisa desde el punto de vista técnico como hermosa desde el humano, pero sería injusto con la película reducir sus méritos a ellos dos. Ni siquiera limitando el análisis a un formidable reparto, en el que también lucen Paul Giamatti (uno de esos actores que es imposible que estén mal), Colin Farrel o Ruth Wilson. Pero es que la película va mucho más allá. Y sí, sería injusto decir que sólo brillan Hanks y Thompson cuando hay tanto acierto en sus dos narraciones, la de Pamela de niña por un lado y la de la gestación de Mary Poppins por otro, espléndidamente montadas, en una puesta en escena admirable, en unos diálogos formidables, tiernos y divertidos, o en una banda sonora sensacional, una más a cargo del gran Thomas Newman, que cuela sus notas entre las inmortales melodías de la propia Mary Poppins para que la experiencia sea completa.

La música y la nostalgia son otros dos elementos que pueden incitar a valorar la película por debajo de lo que se merece. Los méritos de Al encuentro de Mr. Banks no están exclusivamente en Mary Poppins, aunque utilice con habilidad el recuerdo de aquella para convencer en ésta. Los méritos están en que es, y no hay por qué rebajarlo, una de las películas más bonitas de los últimos años, una que encaja en una forma de hacer cine y tocar el corazón del espectador que se asemeja, también en su temática, a la que empleó Descubriendo Nunca Jamás, una que se basa en la emoción y en los personajes, en conseguir sonrisas y lágrimas en el espacio de dos horas. Pero es que tampoco se limita a ser la cucharada de azúcar que proponía Mary Poppins. Es más que eso. Obviamente, haber visto o al menos conocer Mary Poppins hará que la película conmueva mucho más, pero Al encuentro de Mr. Banks se sostiene sola como lo que es, un hermoso viaje vital y emocional que abandera un cine en desuso. Por eso ha sido una de las olvidadas de los Oscars. Las estatuillas se lo pierden.

5 comentarios:

Saramaga dijo...

Me muero de ganas de verla. Mary Poppins no es sólo una de mis películas favoritas, sino que forma parte de mi vida. (Qué intensa me he puesto ;-)
En serio, de pequeña mi madre me ponía unos discos con fragmentos de Mary Poppins, y canciones. Me encantantba. Y recuerdo cada Navidad, en casa de mi bisabuela, con todos los primos alrededor de la tele "Que empieza Mary Poppins".
Además.. lo de ordenar la habitación chasqueando los dedos, siempre fue uno de mis sueños.
Espero verla pronto. Ahora con tu reseña tengo aún más ganas!
Besos!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Saramaga, no me extraña nada esa devoción por 'Mary Poppins'. Creo que es imposible quererla y no disfrutar de ésta... Ya me contarás qué te ha parecido...

Montse dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Celia dijo...

La vi ayer, me encanto me emocione. Es preciosa.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Celia, justo ese es el adjetivo, "preciosa". A mí me llegó muy dentro, me encanta este tipo de cine tan bonito y que cada vez se hace y reconoce menos. Y encima 'Mary Poppins'...