Puestos a pensar en remakes recientes, se me ocurren pocas formas más inteligentes de hacer uno que la de Robocop. Dicho esto, conviene hacer unas cuantas precisiones para ponernos en situación. La primera, que esta nueva versión de José Padilha es inferior a la original de Paul Verhoeven, estrenada en 1987, en muchos aspectos, en especial en lo rompedor del planteamiento de aquella en una era en que la ciencia ficción y los efectos especiales estaban a otro nivel. Pero eso no tiene por qué llevarnos de forma automática al terreno de lo desdeñable, como suele suceder cuando alguien dice que un remake no supera al original. No es esa la única razón de ser de una película. Para empezar, en este caso es complicado, porque el cine de ciencia ficción ha cerrado ya muchos de los caminos que permiten ser rompedor a estas alturas. Pero Robocop, y ahí va la segunda precisión vital para entender la película, busca su propio camino. Es Robocop, es Alex Murphy, es un policía al que se salva la vida implantando lo poco que queda de su cuerpo en un robot. Pero hasta ahí las similitudes. Por eso es ésta una buena forma de hacer un remake.
Se respeta el concepto, se crea un mundo nuevo. Y es ahí donde hay buenas opciones de hacer algo más en Robocop, aunque es cierto que no terminan de aprovecharse del todo. Se intuye que en la película entran en conflicto ideas de diferentes fuentes y que unas se imponen sobre otras. Porque Robocop arranca siendo una apasionante reflexión sobre el uso militar de drones y robots (magnífica la secuencia de apertura de la película, con un desatado Samuel L. Jackson interpretando a un presentador de televisión que conecta con una misión estadounidense en Irán en la que se ve la artillería militar en todo su esplendor) y el deseo de algunos de aplicar esa tecnología en suelo norteamericano para velar por la seguridad ciudadana, pero acaba como un relato de venganza, la de Murphy sobre quienes trataron de asesinarle. Por el camino lo que transcurre es una historia muy entretenida, con pinceladas de algo más que no terminan de cristalizar del todo pero que no impiden disfrutar de la película.
En ninguno de dos esos dos aspectos sigue este Robocop el camino de la película original, y eso es digno de elogio. Nada de copia, nada de remake en la peor acepción del término. Esta es una película nueva que se basa en un concepto clásico, ni mucho menos perfecta, pero con muchos puntos a valorar. Por ejemplo, el mismo aspecto de Robocop. Cambiante durante la película (además, con algunos gags espléndidos relacionados con este asunto), con homenaje incluido a la armadura original de los años 80, pero que en su versión definitiva de color negro convence bastante, incluso a pesar de que era uno de los elementos que más miedo despertó en el aficionado cuando se filtraron las primeras fotos. Para continuar, la forma en que se homenajea al uso de los informativos televisivos en el Robocop original, con los programas que conduce un Samuel L. Jackson brillante como hace tiempo que no lo estaba. Y para seguir unos brillantes efectos visuales, que dan sobre todo al clímax la espectacularidad que nunca tuvo el filme de Verhoeven sencillamente porque no había tecnología para ello.
Y el reparto también merece elogios. La disputa entre el presidente de OmniCorp (Michael Keaton) y el científico que les ofrece a Robocop (Gary Oldman) fascina en bastantes momentos, como también la mayor presencia de la familia de Murphy (su mujer es interpretada por Abbie Cornish) dentro del conflicto personal que vive. Ninguno de estos elementos termina de cobrar el protagonismo que demanda, y eso viene a ser un pequeño punto en contra de la película, que no desarrolla bien algunas cuestiones. Ese es un mal endémico en el cine espectáculo hollywoodiense y que se nota en Robocop, aunque ésta esté muy por encima de la media en otros aspectos. Y es que Robocop, una película sobre la que probablemente muchos ya habían decidido que sería un desastre, resulta ser un muy buen entretenimiento, y como son muchas las ventanas que abre y los temas que expone, quién sabe si el comienzo de una atractiva franquicia de ciencia ficción y acción. Desde luego y probablemente contra todo pronóstico, su arranque merece la pena por mejorable que sea en algunas cuestiones.
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