LOL, remake americano de la película francesa del mismo nombre y también dirigida por Lisa Azuelos en 2008, no es nada diferente a lo que ya hemos visto en la versión original. Ciertamente, podría decirse que no es nada diferente a lo que ya hemos visto en cientos de películas de características similares, destinadas a un público parecido. Por el título podríamos esperar, al menos, reírnos a carcajadas en algún momento, pero no. Aunque no aburre, es muy tópica y es complicado encontrar algo en el filme que pueda hacer de gancho, pero quizás tampoco haya tenido ningún objetivo más allá de captar a unos espectadores concretos con el atractivo y el nombre de la mayor parte, por no decir todos, de los miembros del reparto, empezando por Miley Cirus.
Y es que la película está plagada de tópicos y personajes cliché: adolescentes americanos que mantienen relaciones complicadas con sus padres y consigo mismos, pero que al final, cómo no, terminan encontrando el modo de conseguir que sus sueños y expectativas se correspondan con la realidad. Los personajes se mueven entre la madre divorciada que intenta encontrar el modo de hacer las cosas bien buscando el equilibrio entre la permisividad y el control, hasta el adolescente dedicado a la música que, junto a su banda, se enfrenta a los deseos paternales de centrarse plenamente en los estudios, pasando por la típica mosquita muerta y la chica popular, guapa y algo fresca de la cuál sólo nos muestran rasgos negativos.
Pero es que Lola (Lol) es un tópico en si misma. Y ya hemos visto a Miley Cyrus haciendo el mismo papel en otras películas, como La última canción: una adolescente difícil con buen fondo, amiga de sus amigas, que no destaca en los estudios y también tiene mala suerte en el amor. El clásico personaje al que, por momentos, parece salirle todo mal. Personaje que escribe en un diario algunas de esas frases que un adolescente podrá escribir en su agenda escolar después de ver la película. Y que, como no, tras pensar que todo su mundo se derrumba, termina con el chico guapo, del que estuvo enamorada desde el principio, y arreglando todos y cada uno de sus problemas. La banda sonora de la película es buena, con canciones de Keane, los Rolling Stones o Foster The People, con lo que el filme utiliza el también típico recurso de insertar videoclips de manera aleatoria en momentos puntuales.
Eso sí, no todo iba a ser malo en LOL. Y es que, probablemente sea una de esas películas que sin lugar a dudas consiga contentar a aquellos a quienes pretende contentar. La actuación de Demi Moore es correcta, aunque también hay que decir que el papel no tiene grandes complicaciones, y tiene una dosis suficiente de azúcar para engatusar a cualquier adolescente, que tampoco va a ser demasiado crítico, pues se dará por satisfecho con un final feliz. Está claro que LOL no es una gran película, pero tampoco pretende serlo. Y seguramente, nadie espere que lo sea. Por eso cumple con las expectativas: contar la misma historia con otros protagonistas.
(Nota. Esta crítica la ha realizado Cristina Suárez Vega y la suya es la primera firma invitada que aparece en La Sala de Cine. Ahora sólo queda que os paséis por su blog, Caos de sentimientos, y el trabajo de animarla a que escriba más en el futuro...)
1 comentario:
Cé, pues ya sabes, yo encantado de que escribas...
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