miércoles, julio 14, 2010

¿'Dorian Gray'? ¿Dónde...?

Hollywood ha perdido desde hace ya unos cuantos años la capacidad de adaptar con interés las novelas clásicas de la literatura. Como en todo, hay excepciones, claro, pero si uno mira al cine norteamericano de los años 40 a 90, hay muchas películas que hoy consideramos clásicas que, lo supiéramos o no, están basadas en grandes novelas. De ahí en adelante, más bien pocas han encontrado un lugar en la memoria inmortal del cine. Los títulos míticos del arte de escribir siguen siendo un caramelo muy goloso para muchos directores y por eso seguiremos teniendo en nuestras carteleras versiones de grandes obras literarias, pero pocas llegan ya al corazón. El retrato de Dorian Gray, de Oliver Parker, no sólo no es una excepción sino que el claro paradigma de esta tendencia de deshumanizar historias muy humanas en detrimento de una aparentemente atractiva fachada y una pretendida modernización del argumento.

Oliver Parker lleva años sumergido en adaptaciones. Ya había llevado al cine otras dos obras de Oscar Wilde (Un marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto) y una de William Shakespeare (Otelo). Sin embargo, aquí no adapta, aquí transforma. Y cambia tanto que es difícil encontrar a Dorian Gray en la película. Sí, tenemos el famoso cuadro que refleja todos los pecados y atrocidades que comete el protagonista, pero muy poquito más. La modernización de la obra de Wilde se convierte en una desnaturalización. No es, en realidad, Dorian Gray el que vemos en pantalla. Le falta su personalidad, su carácter, su motivación, su narcisismo. Parker parece empeñarse en presentar a Dorian como una buena persona, como un protagonista ideal para una historia de redención y culpa, la historia en la que se intenta convertir la tragedia de Wilde. Sin éxito, claro.

Esta última revisión de El retrato de Dorian Gray se aleja del original literario en casi todo. No hay en ella nada del espíritu crítico contra la sociedad victoriana que Wilde plasmó en sus páginas (sólo un leve intento en la escena en la que Dorian toca el piano ante una selecta audiencia), poco de su tema central, el narcisismo (se ensalza más la juventud que la belleza), y nada del terror gótico que narraba la novela. Por descontado, el grado de lejanía que quiera adoptar una película con respecto a la novela original no depende más que de su director y de su guionista, y por eso mismo es una decisión totalmente legítima (y a veces incluso necesaria para que la película triunfo) a la hora de adaptar una obra literaria, pero es una opción que no puede funcionar en un título tan reconocible y tan extremo como éste. Si no se ve a Dorian Gray en pantalla (ni tampoco a Lord Henry), ¿cómo se va a valorar positivamente una película titulada El retrato de Dorian Gray?

Hay un problema de base en la película, y es su protagonista. Ben Barnes (Las crónicas de Narnia. El príncipe Caspian) puede dar la talla desde el punto de vista estético, pero carece de toda la maldad, toda la ambigüedad y todo el magnetismo de Dorian Gray. Puede ser un héroe de acción, incluso un galán, pero no un alma torturada. Colin Firth es la mejor baza de la película, pero su Lord Henry se queda en la superficie, algo que parece más responsabilidad del guión y la dirección que del notable trabajo del actor protagonista de Un hombre soltero. Al final, la única fuerza que emana de la película procede de sus actrices, Rachel Hurd-Wood (la niña de Peter Pan. La gran aventura; su personaje pierde la capacidad generadora del cambio de Dorian que sí tiene en la novela; los culpables parecen los mismos que en el caso de Lord Henry) y Rebecca Hall (Vicky Cristina Barcelona o El desafío. Frost contra Nixon), además de otras veteranas intérpretes como Fiona Shaw y Caroline Goodall.

Tampoco funciona la parte de terror que sí tiene el escalofriante relato de Wilde. Convertir al cuadro es una especie de ser animado sobrenatural no parece la mejor de las soluciones para generar miedo. Tampoco es un acierto es el juego de misterio para ver o dejar de ver la transformación del cuadro, ya que cuando realmente podemos verlo acaba por no ser el momento culminante que uno espera. No es tan aterrador, no refleja lo que de verdad sucede en el alma de Dorian Gray, del mismo modo que la película no consigue hacernos entender por qué su alma es tan sórdida o por qué su comportamiento le convierte en un monstruo (no hay nada excesivamente complejo de mostrar en pantalla a pesar de ese anhelo de modernización). Una oportunidad perdida y una lástima, pero aquí no encontraremos a Dorian Gray.

8 comentarios:

María dijo...

Veo que no te ha convencido del todo.
Yo no la he visto y no sé si atreverme. En un principio me podría parecer atractiva pero claro, siempre hay que tener en cuenta que es una adaptación del magistral libro y eso también hay que tenerlo en cuenta.
Me ha gustado mucho tu artículo.
Un saludo!

Sonix dijo...

Jo, mira que no he leído ni una sola crítica positiva de esta peli. Parece que la han cagado pero bien, vaya cosa... y me pasa como a María, que no la he visto pero no sé si hacerlo.
Un beso!!

Jo Grass dijo...

Vaya, no la he visto pero la tenía pendiente, con algunas dudas pero pendiente, entre otras cosas porque la novela es fascinante, e imaginaba que la adaptación se haría para contentar a un público que seguro no la ha leido, o cuyas espectativas para pagar una entrada en el cine quedarían satisfechas. La elección del protagonista me proporciona esa idea, y probablemente por ese motivo y por las razones que tú apuntas con maestría y precisión, es por lo que no he ido a verla.

Bueno, si sucumbo cuando me vaya de vacaciones, porque no haya nada más interesante, ya te contaré.
Besitos

José Vte. dijo...

Yo no la he visto, pero por lo que comentas parece un paso mas hacia el espectaculo efectista en detrimento del cine de calidad que tan de moda está en el Hollywood actual.
Es una pena por la gran novela que es, esperaremos a verla para confirmar o no.

Un saludo

Juan Rodríguez Millán dijo...

María, no, la verdad es que no me convenció nada. Pero ya sabes, para gustos los colores... Muchas gracias por pasarte y por tus palabras.

Sonix, igual alguna de vosotras sí le encuentra más de lo que yo le vi, tampoco quiero desilusionar a nadie, je, je...

Jo, pues si sucumbes, ya sabes, encantado de comentarla contigo. Pero me da que no vas a ir muy desencaminada en tu opinión...

José Vte., no estoy para nada en contra del cine espectáculo, pero incluso ese tiene sus normas y su forma de lograr calidad. Creo que aquí no la hay, al menos no en cantidad suficiente como para que me haya gustado. Ya me dirás si la ves.

VAN dijo...

Yo la fui a ver y salí con la misma sensación que tú, no sé por qué pero le falta algo... bueno, le falta mucho... y estoy de acuerdo en que al protagonista, que puede dar perfectamente la talla en el físico que uno podía imaginar, no transmite lo que uno espera.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Van, ¡me alegro mucho de que te hayas pasado por mi pequeño rincón cinéfilo! Ya sabes que eres bienvenida siempre y espero que te dejes ver cuando quieras. Una pena lo de esta película, ¿verdad? Con la de posibilidades que daban la novela y el personaje...

Unknown dijo...

La verdad es que con la critica lo has clavado. Cuando la vi no había leido ninguna reseña y cuando entre al cine tenía muchísimas expectativas. Y así salí después... Fatal, se han cargado la historia...