Hay películas que permiten un simpático ejercicio de imaginación, el que lleva al espectador a pensar en una oficina de Hollywood en la que un guionista y/o director le propone a un productor la película que tiene en mente. Sólo con imaginarse esa escena, Turbo se gana las simpatías de cualquiera. ¿Qué cara pondría el productor de turno cuando David Soren, director debutante, autor del argumento y coguionista de Turbo le dijera que quería hacer una película... sobre un caracol que participa en las 500 millas de Indianápolis midiéndose contra coches de carreras? La propuesta, sin duda, es rocambolesca. Y eso siendo benévolos. Pero la sorpresa es que la película funciona admirablemente bien. Por supuesto, el target de edad es bastante bajo, es una historia sin ninguna sorpresa y pensada para los más pequeños, pero que divierte y está muy bien animada. No es poca cosa, teniendo en cuenta, insisto, que es la historia de un duelo entre un caracol y un bólido de carreras. Ahí es nada.
Turbo convence desde la primera escena, en la que se ve una carrera de bólidos muy bien animada, viéndose incluso los restos de goma en la pista (lo que después tendrá una explicación argumental). Por no ser lo habitual, por desgracia ni siquiera en el cine de animación, hay que destacar que el 3D es espléndido, especialmente en las escenas en el circuito, tanto del comienzo como del final. Pero más allá de la imagen, lo que convence desde el principio es que el descabellado planteamiento resulta creíble. Tenemos a un caracol, Theo, que disfruta con la velocidad, por mucho que la naturaleza no le haya dado los medios para disfrutarla. Pero un cúmulo de casualidades le dará la posibilidad de cumplir su sueño. Cabría decir que lo mejor es el arranque y el clímax final, pero la verdad es que la película no llega a decaer en ningún momento, porque los personajes, simples y arquetípicos como se puede esperar en un filme para los más pequeños, están muy bien introducidos y desarrollados.
Dreamworks sigue ofreciendo ideas increíblemente originales para ampliar su universo animado. Eso, desde luego, es un mérito que hay que reconocer. Lejos de estancarse en un modelo fijo, y aún asumiendo el segundo plano en el que Pixar ha dejado a todos los estudios de animación (y ojo, que sus tres últimas películas, Cars 2, Brave y Monstruos University no están precisamente entre las más logradas, aún siendo estas dos últimas bastante apreciables), busca nuevos mundos en los que crear sus fantasías animadas. Turbo es más simple que títulos anteriores como Los Croods, Ga'Hoole. La leyenda de los guardianes o incluso Megamind, pero es un paso en la misma dirección. Como cinta de dibujos animados, funciona. Para los adultos hay suficientes chistes y guiños como para reírse con los más pequeños. Y como película sobre deportes, si es que en algún momento se puede olvidar que uno de los participantes en una carrera automovilística es un caracol, lo cierto es que también es bastante emocionante, incluso siendo previsible.
Hay una pega. Y va con los nombres de Ryan Reynolds, Paul Giamatti, Michael Peña, Michelle Rodriguez, Samuel L. Jackson, Luis Guzmán o Richard Jenkins. Ellos ponen las voces en la versión original y no podremos escucharles en España, con lo que se perderán matices de todo tipo (entre ellos los raciales, hay hispanos y negros) y la película será menos película y más producto infantil. La culpa, en todo caso, no es de la distribuidora, Fox, sino de la educación de los espectadores españoles, demasiado acostumbrados a la versión doblada. Siendo una película para los más pequeños, es obvio que no habrá copias en versión original porque no hay mercado para ello en este alicaído momento que pasan la vida y el cine. Pero qué lástima, una vez vista doblada, repasar los créditos de la película y darse cuenta de lo que nos hemos perdido. No tengo la menor duda de que esas voces habrían enriquecido una experiencia, que, en todo caso, es muy agradable.
2 comentarios:
Hace tiempo que no comento, voy un poco a lo loco con los cambios que han habido en mi vida (de los que estas al dia por el blog)
La mitad de pelis que pones no las he visto, o no las voy ni a ver.
Esta ya la vi, y no estuvo mal, no es para nada de las que mas me ha gustado de animación pero fue graciosa.
Lo que me sorprende y comienza hacerseme pesado por previsible. Es el tema de que el personaje viva en un , poblado, pueblo, centro comercial etc, que esta casi abandonado por el publico, que sus negocios estén a punto de cerrar y gracias al protagonista, vuelvan a tener visitas y clientela, ha si ha sido , cars, aviones y esta ultima, que fijación tienen los guionistas con esto??
Vas a ver o has visto ya , vivir es fácil con los ojos cerrados?tengo ganas de saber tu opinión.
Celia, lo sé, lo sé, tú tranquila, que se te espera. No, no es que Turbo sea una maravilla, pero me gustó su osadía en el planteamiento, aunque tiene toda la razón: el entorno es muy previsible. Yo ya creo que no son los guionistas, son los estudios de mercado que dicen lo que se debe o no poner en una película de dibujos animados. Con los ojos cerrados no la he visto, no sé si la podré ver...
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