Disney, Pixar, Dreamworks, Warner... La animación lleva en nuestros días, desde siempre en realidad, nombres de estudios norteamericanos. Hollywood manda en casi todo. Pero por mucho que dominen, con o sin merecimiento, que opiniones sobre eso habrá tantas como espectadores, nada acaba allí. Los dibujos animados por supuesto que no. Y si en España Las aventuras de Tadeo Jones ya fue un aviso con sus pros y sus contras, Francia es otro país que lleva reclamando atención en este terreno, incluso en tierras americanas como demostró la nominación al Oscar de El ilusionista. Zarafa es otro tipo de película, es una que busca claramente al público más infantil, pero que al mismo tiempo cierra una historia bonita, con una realización más que correcta y un leve atrevimiento en sus temas para tocar palos que la animación normalmente no gusta de remover.
Zarafa es la historia de una jirafa. Pero no estamos ante un producto de estilo Disney en el que los animales son personificados con voz y carácter humanos. El protagonista es Maki, un niño que ve su destino unido al de una jirafa que tiene que convertirse en el regalo de Egipto a Francia como modo de persuasión para que los europeos ayuden a los africanos en el asedio de los ejércitos de Túnez a Alejandría a comienzos del siglo XIX. La mezcla entre historia, aventura y fábula funciona admirablemente bien. No es una película que se decante por los vericuetos más oscuros y dramáticos de su propuesta, pero tampoco los rehuye. Hay que tener muy presente que arranca con un tema tan difícil de tratar en una película de dibujos animados como el esclavismo. Aunque no llega a verse, Maki es un niño procedente de una aldea arrasada, y el villano del filme es un traficante de seres humanos, aunque en aquella época fuera una profesión más común.
Ante la asunción de que técnicamente es una película con medios mucho más modestos de los que utilizan los títulos más comerciales (lo cual, ojo, no impide corrección y un producto solvente), hay un claro deseo de que sea el guión lo más atractivo de Zarafa. Por eso, sus personajes están construidos con mimo y la narración se hace desde dentro de la película: un anciano cuenta la historia de Maki, la jirafa y sus compañeros de viaje a un grupo de niños, que asisten con asombro a las hazañas que escuchan, en una bonita analogía con los más pequeños que pueblen el patio de butacas. Y siendo una película pensada para ellos, es innegable que funcionan francamente bien sus cambios de escenario (el desierto, la montaña nevada o la urbe parisina), al igual que el carisma de los personajes, que esquivan con mucha habilidad la posibilidad de responder a estereotipos que siempre tiene una película de dibujos animados.
Hay en Zarafa dosis de historia, de cultura y de magia, en un conjunto en el que ninguna de las tres asume el protagonismo por encima de las otras. Contar con un protagonista de tan corta edad es siempre un reclamo evidente para los niños, pero los adultos pueden disfrutar de la rivalidad entre Hassan y el esclavista Moreno o con el desparpajo de la pirata Bouboulina. Esos detalles hacen que la película no sea tan infantil como puede dar a entender el cartel o algunas sinopsis. Es, evidentemente, un producto para los más pequeños, pero también una correcta cinta de aventuras, con las adecuadas dosis de diversión, drama y acción, que incluye aspectos didácticos en su guión para explicar algunas secuencias (como la del espejismo) y que saber aprovechar sus bazas. Más que correcta.
3 comentarios:
Hmmm... tiene pinta de drama.
El dibujo es muy bonito, y seguramente esté bien, pero no sé si será muy divertida.
Se ve interesante, habrá que echarle un ojo uno de estos días. Espero sea entretenida. Saludos
Doctora, sí, es un drama, pero sobre todo una película de aventuras. A mí me entretuvo bastante, es bonita.
Felipe, a mí sí me hizo pasar un buen rato. Lo infantil que pueda parecer su planteamiento se compensa con los buenos toques dramáticos que tiene.
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