The East es una película correcta, aceptable y entretenida. Nada novedoso hay en este relato de un grupo ecoterrorista y medio hippie en el que se infiltra una agente de una empresa privada, pero funciona de principio a fin con cierta solvencia. Pero tiene un problema fundamental, y es que no concentra en sus casi dos horas la mejor película que podría haberse obtenido con este material. Por ejemplo, su resolución abre puertas que parecían más interesantes y el personaje que interpreta Ellen Page habría dado para mucho más de lo que da desde su órbita secundaria. Surgen ahí dos hipotéticas películas que caen en el olvido y que, de alguna manera, muestran picos de interés mayores que el que provoca lo que finalmente ha sido The East. De hecho, el estallido de la segunda de esas líneas deja en evidencia un crecimiento intenso en el filme que obliga a pensar que la hora anterior no ha cautivado de la misma manera. Al crecer, The East se destapa como una gran reflexión personal y social. Pero no siempre consigue ese nivel.
No quisiera que quede la impresión con lo anteriormente dicho de que The East es una mala película, porque no lo es. De hecho, por momentos se acerca mucho a lo contrario. El tema es interesante, reflexivo y bien tratado. Sarah Moss, una antigua agente del FBI (Brit Marling, también coproductora y coguionista del filme), trabaja ahora para una empresa privada de inteligencia dirigida por Sharon (Patricia Clarckson). Su encargo es infiltrarse en un grupo anarquista y ecoterrorista llamado The East, liderado por Beni (Alexander Skarsgard) y en el que encuentra la mayor oposición en Izzy (Ellen Page). Conviviendo con ellos y formando parte de los tres golpes que se plantean dar, Sarah va entendiendo cada vez más sus motivaciones hasta el punto de cuestionarse su propia vida. El argumento, insisto, es interesante, actualización contemporánea de muchas películas de corte social. Algunas de las ideas que va soltando Zal Batmanglij en su segundo largometraje, muy atractivas. Pero, después de un inicio prometedor, tarda en arrancar.
Y tarda en arrancar precisamente porque busca hacer un retrato tan extenso como impreciso (la chica muda, la experta informática, la escena del juego de la botella...) de todo el grupo anarquista en el que se infiltra Sarah, ofreciendo una imagen cuasi mesiánica de su líder y unas creencias basadas casi en la fe para después diluir todo lo que ha mostrado en la primera hora de la película con un escenario mucho más terrenal. No terminan de encajar esas dos visiones de la película, de sus mensajes y de sus personajes principales salvo por algunos detalles. Y uno de ellos es Ellen Page, que con su personaje es quien hace crecer la película en su ecuador. Es ahí donde el gran asunto de fondo cobra la humanidad y unos tintes personales que encajan a la perfección. Es en ella, probablemente, donde habría residido la película más interesante de contar (con permiso, insisto, del punto en el que acaba), de la que salen los momentos más impactantes y los dramáticamente mejor construidos (la conversación en el hotel o la tensa confesión posterior junto a la fábrica).
Lo que Batmanglij y Marling sí consiguen es que personajes muy cambiantes y no siempre demasiado bien explicados (¿por qué de una escena para otra Sarah pasa de vivir una relación sentimental que compensa todo lo demás a encontrarse conviviendo con un extraño?) impacten en cada momento por separado y encajen en una trama social y reivindicativa que siempre se mueve sobre el delgado alambre que separa la simpatía de la antipatía. Es precisamente en las dobleces morales que se exponen en algunas escenas donde The East cobra la fuerza que hace que se sostenga como película sin demasiados problemas, donde el filme se cierra como una obra que entretiene a pesar de sus defectos y donde los actores pueden dar lo mejor de sí mismos. Y aunque la presencia de Patricia Clarkson es siempre muy agradecida, lo mejor en ese terreno lo ofrece Ellen Page, en el marco de una película satisfactoria aunque algo difusa.
2 comentarios:
Buff, no me llama nada el argumento. Respecto a Ellen Page, no me desagrada, pero va a quedarse eternamente con ese aspecto adolescente y en muchos papeles no me la creo.
Para mí siempre será "Juno" (y como no ha cambiado nada pues...).
Doctora, también he pensado que a Ellen Page le vendría fenomenal una película que rompiera por completo su aspecto, sí...
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