Stoker sorprende desde su arranque. El surcoreano Chan-wook Park, que da con esta película el salto al cine anglosajón, trenza una historia perversa y turbadora, a ratos salvajemente hermosa en su historia y sobre todo en sus imágenes con su magnífico uso del color, pero también desigual y discutible en algunos momentos. Impactante en todo caso, porque compone un thriller muy original partiendo de una familia disfuncional admirablemente interpretada por Mia Wasikowska, Matthew Goode y Nicole Kidman, porque se mueve en terrenos moralmente tan atractivos como peligrosos y porque es valiente en el fondo y en la forma. Es una de esas películas que deja sensaciones encontradas y contradictorias, que deja tantas cosas para admirar como para dudar. Y eso, en realidad, no puede ser malo. Una película que obliga a seguir pensando en ella tiempo después de haberla visto, es que tiene algo de esa magia que hace del séptimo arte algo maravilloso, incluso renegando de algunos detalles tras esa reflexión.
India (Mia Wasikowska) cumple 18 años y ese mismo día su padre (Rupert Everett) muere en un accidente de coche, quedándose sola con su madre (Nicole Kidman). En el funeral aparece su tío Charlie (Matthew Goode), del que la joven nunca había oído hablar y comienza así un extraño juego de sensaciones, afectos y rechazos, intensificado por la elecciones audiovisuales del director, mientras todos tratan de adaptarse a su nueva vida tras la pérdida que han sufrido. La disfuncionalidad de la familia que retrata Stoker nace de un accidente que se intuye pero no se ve y por la ausencia de un personaje que tarda en ser visto (en cierto modo, reutilizando aunque no del todo el recurso del que Hitchcok hizo arte en Rebecca). Y se desarrolla la historia por la propia extravagancia de los personajes dentro de un mundo aparentemente normal que, en realidad, nunca lo es. El encaje de esa manera de las obsesiones, miedo e ilusiones de India, su madre y su tía forman un juego morboso y atractivo.
Park consigue que Stoker sea una experiencia desasosegante de principio a fin. Lo hace con el sonido, con la imagen y con las interpretaciones de sus protagonistas. Bien Nicole Kidman, que no necesita de artificios para construir un buen personaje, aunque quizá sea la que más desdibujada queda en el filme, porque no está puesto el foco en su papel. Muy bien Matthew Goode, para algunos el mayor error de casting de Watchmen y sin embargo aquí es un actor que siempre motiva alguna reacción, alguna sensación, incluso algún terror. Y extraordinariamente bien, aunque no siempre, Mia Wasikowska, una actriz que en ocasiones transmite una frialdad que no parece estar en los guiones que acepta (y que contaba con el lastre de ser la sosa protagonista de la probablemente peor película de Tim Burton, Alicia en el País de las Maravillas), pero que por momentos, y especialmente en la segunda mitad del filme, se muestra como lo mejor y más sorprendente de este contundente cóctel psicológico.
Hay elementos más que cuestionables que seguramente no gustarán a todo el mundo. La evidente conexión entre el despertar sexual y la fascinación por la muerte no creo que sea lo mejor de la película, por mucho que en este sentido Park ofrezca una de las escenas más provocadoras del cine contemporáneo (únicamente por inusual, no pretendo censurar lo que muestra). Y el final da para mucho debate. No era nada fácil poner un cierre a esta historia y el que escoge Stoker deja algunas dudas. En todo caso, son 99 minutos diferentes, intensos y perversos, donde casi nada es lo que parece y los secretos, incluso los que cada personaje se esconde a sí mismo, consiguen mantener hasta el final la atención del espectador. E incluso que se piense en un segundo visionado para poder extraer conclusiones más pacientes y meditadas. Eso, insisto, hace que el juicio tenga que ser indudablemente positivo, aunque no sea una película pensada para agradar a todo tipo de públicos.
3 comentarios:
Esta no creo que vaya a verla al cine, tengo mis dudas de que me guste. Un besote!!
Meg, dudas lógicas porque es algo muy, muy diferente. Eso es lo mejor que tiene, sin duda, su personalidad única, aunque a mí hay detalles que no me convencen.
Deseando verla... a ver cuándo tengo la ocasión, espero que pronto. La verdad es que me llama la atención todo lo diferente y particular que comentas que es, creo que hoy en día falta riesgo en muchas películas y espero encontrar un poco aquí. Aunque luego no me convenza tampoco al 100%, probablemente. ;)
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