El problema de La venganza del hombre muerto está en que su guión tiene tantas ganas de impresionar con sus giros que acaba convirtiéndose en algo extraño, difícil de creer e incluso en algún momento inverosímil hasta el sonrojo. Sin embargo, la película sobrevive gracias a que cuenta con buenos personajes, a los que especialmente Colin Farrell y Noomi Rapace dotan de verosimilitud y profundidad, probablemente más de la que hubiera en el discutible libreto de de J. H. Wyman (The Mexican) y a pesar de que ambos acuden a registros que ya han explotado en otras ocasiones, especialmente él, muy acostumbrado a películas de ambientes sórdidos. La venganza del hombre muerto, un título por cierto poco afortunado (el original es Dead Man Down), es la primera película norteamericana de Niels Arden Oplev y la primera que dirige tras Millennium. Los hombres que no amaban a las mujeres, la primera versión cinematográfica de la archiconocida novela de Stieg Larsson.
Y hay que reconocerle al director que su pulso narrativo y cinematográfico ha mejorado mucho en estos cuatro años, porque se ve en La venganza del hombre muerto mucho más de lo que se veía en Los hombres que no amaban a las mujeres (película que quedó como un telefilme tras ver la mucho más apreciable versión de David Fincher). Sin embargo, sufre por un guión lleno de trampas, sobre todo en su arranque, y de rocambolescos giros de guión, incluso en su final. Es una lástima porque el retrato de los dos protagonistas, Victor (Farrell), uno de los sicarios de Alphonse Hoyt (Terrence Howard), y Beatrice (Rapace), su vecina, cuyo rostro ha quedado desfigurado tras un accidente de coche. Ambos son personajes trágicos, amargados y solitarios, y su relación es, salvando algunos excesos en el arranque y en el final, es lo mejor que tiene que ofrecer la película.
El fallo está en que la película tiene tantas ganas de sorprender, que esos intentos acaban cayendo en el ridículo y limitan las posibilidades de dar con un final redondo. Por fortuna, esos momentos bajos son pocos y no terminan de sacar de la película gracias al buen hacer de los actores. La madre de Beatrice (Isabelle Huppert) es un personaje que roza esa frontera del decoro continuamente, pero se salva por el buen hacer de la actriz. Y el amigo de Victor, Darcy (Dominic Cooper), es un personaje muy mal definido que en cambio, y por el trabajo de su intérprete, acaba convertido en uno de los mejores recursos del filme. Ellos no pueden evitar el mal uso del tiempo, la simpleza de algunos planteamientos, las trampas de algunas escenas (la de Alphonse hablando con Victor, la conversación en el restaurante entre Victor y Beatrice) o las exageraciones de su climax, en el que su protagonista de repente se convierte en una mezcla entre los más exagerados héroes de acción del cine de los 80.
La venganza del hombre muerto, incluso con los excesos y errores mencionados, acaba siendo un thriller más o menos solvente. Es cierto que eso parece más achacable al trabajo de su reparto (incluso de pequeñas apariciones como la de Armand Assante, cuya simple presencia llena la pantalla) que al guión o la historia. Aún así, entretiene bastante, aunque se mueve por terrenos bastante tópicos en el género, sobre todo en los momentos en los que mejor funciona. Historias de venganza como ésta se han visto muchas, y más todavía se verán, dando el género por agotado en cuanto a grandes ideas (a la espera de un Seven que vuelva a revolucionarlo) pero efectivo en cuanto a sus resultados. Y también se ha visto mucho a Colin Farrell con este aspecto y con personajes sumamente parecidos. Pero funciona y la película se ve con agrado. No es poco.
2 comentarios:
En principio la historia me recuerda un poco a la de "Una bala en la cabeza" o "Mátalos suavemente", pero tras leer tus sensaciones me da la sensación de que viene a ser algo más parecido a "Jack Reacher", un thriller simple, con un final exagerado.
La veré, pero sin mucha fe tras tu crítica.
Doctora, la historia puede tener toques parecidos a esas, pero el tono no, nada que ver en realidad con ninguna. La verdad es que es difícil vincularla a otras películas más allá de que el papel de Colin Farrell se parece tantísimo al de otras películas suyas... Entretiene y poco más.
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