Es curioso que lo primero que haya que decir de la nueva película de James Bond es que Sam Mendes haya entendido el profundo impacto que Christopher Nolan, y especialmente El Caballero Oscuro, están teniendo en el cine moderno. Con Skyfall, ha decidido aplicar lo que el director de Origen trasladó a Batman a las aventuras del agente secreto más famoso del cine. Es decir, la mezcla perfecta entre el espectáculo y el desarrollo de tramas y personajes. Es, quizá, una pequeña reinvención del recientemente reinventado James Bond, pero esta nolanización de 007 es brillante y respetuosa tanto con la mitología de un personaje que cumple 50 años como con lo que se ha establecido en su cronología desde que Daniel Craig le dio vida por primera vez en Casino Royale. Skyfall tiene algunos ligeros problemas, pero es en su conjunto un modélico filme de Bond y una espléndida película vista de forma independiente. Sé que aquí marco una clara línea divisoria con lo que todo el mundo va a escribir de Skyfall, pero lo que menos me ha convencido en un conjunto brillante es el villano al que da vida Javier Bardem.
Empecemos por ahí y, siguiendo la costumbre, tratando de desvelar lo menos posible de la película (algo de lo que ya se ha encargado el marketing, por cierto, en sus aciertos y en sus despistes). Bardem da vida a Silva, en muchos aspectos el malo que siempre hay en una película de Bond. Pero es un villano con el que se ha querido mostrar algo rompedor antes que algo funcional. Y, por eso, de lo que más se va a hablar en realidad es de si es el primer enemigo gay de 007 (¿puede haber alguna duda después de ver su primera escena?) o de su rubia cabellera. Antes de que Silva aparezca en escena, se le pinta como un hombre temible y, la verdad, no creo que llegue a esa altura. Funciona mucho mejor la situación que plantea la película que el encaje del personaje en la misma. Y siento no ser más específico, pero, insisto, no quiero cargarme lo que la película quiere que sea sorprendente. Bardem nunca ha sido santo de mi devoción y, aunque la crítica se volcará con él, me parece mucho más atractivo como rival de Bond es Le Chiffre de Mads Mikelsen en Casino Royale.
Pero se hablará de Bardem y eso, al fin y al cabo, es lo que se busca con un gran estreno como este. A mí me impresiona mucho más, y le veo vencedor en los duelos interpretativos, la seriedad de Daniel Craig. Es James Bond. Sí, Pierce Brosnan me gustaba y Sean Connery puede seguir siendo el 007 definitivo, pero la humanización del personaje que ha hecho Craig es sobresaliente. Skyfall profundiza en la personalidad de Bond como solo lo había hecho Casino Royale (por eso la duración, como en aquella, se va hasta los 143 minutos, muy por encima de los 106 de Quantum of Solace). Y haciendo justicia a lo que cabía esperar de la presencia de un director como Sam Mendes, la película encierra muchas más cosas que simple acción (que en Bond nunca es simple sino sobresaliente, y aquí hay una pieza de acción inicial en Estambul que vale por sí sola el precio de la entrada). Skyfall lidia con la muerte, con la traición, con la venganza, con la responsabilidad, con las huellas del pasado. Lidia con temas que encajan en Bond, hayan sido tratado antes o no en la saga. Y lo hace con maestría.
Tras esa escena inicial, larga y brillante, llegan los créditos. Y para entonces ya estás atrapado en la espiral de Bond (buena y muy adecuada canción interpretada por Adele). A partir de ahí comienza una auténtica montaña rusa en la que tienen cabida todos los elementos que uno espera de una película de Bond. Hay sexualidad y sensualidad, mucho más interesante la que emana de Bérénice Marlohe en su primera aparición (y lástima que no se aprovechara más el personaje) que de la homosexualidad de Silva o de escasa química que hay entre 007 y la agente Eve (Naomie Harris), y esto último es una lástima porque el personaje y la situación daba para mucho más. Tenemos los coches, tenemos las persecuciones y grandes piezas de acción (me quedo con la maravillosa reinvención de las peleas a puñetazos con la que Mendes rueda en Shanghai, a contraluz y con un suave zoom), siempre usando escenarios exóticos y emblemáticos, tenemos a Q (Ben Wishaw mantiene la vis cómica que requiere el personaje) y a M (formidable Judi Dench una vez más), tenemos al MI6 en el centro de toda la acción y un imponente Ralph Fiennes introduciendo la vertiente más política de la película.
Skyfall es una gran y brillante película de Bond por incontables motivos. Dicen que porque el retraso en la producción permitió limar algunos defectos del guión, pero es evidente que Sam Mendes ha sabido llevar la película a su terreno y hay muchos temas personales e intimistas que no son tan habituales en 007. Pero al mismo tiempo es la fusión perfecta entre el nuevo Bond de Daniel Craig y la tradición del personaje, que con este filme, el vigésimo tercero de la saga oficial, alcanza el 50 aniversario de la saga en el cine. Son incontables los guiños al Bond más clásico (aunque, sí, choca verle bebiendo una cerveza), pero son más que eso, pues se convierten en elementos que hacen avanzar la nueva cronología oficial del espía iniciada en Casino Royale y continuada en Quantum of Solace. Al mismo tiempo, es un filme independiente de los dos anteriores en su trama, pero deudor de sus logros. Y es la reverencia perfecta al cine moderno de acción y aventuras que abandera Christopher Nolan. Me fallan algunos aspectos del villano, pero todo lo demás conforma un entretenimiento superlativo que, además, tiene un final que obliga a salir del cine con la sonrisa inocente del niño que creció con James Bond. Y de esos hay muchos ya en unas cuantas generaciones.
Aquí, otra crítica en Suite 101.
Aquí, photocall en Madrid con Sam Mendes, Daniel Craig, Javier Bardem y Naomie Harris, en A través del Objetivo.
Aquí, información en Suite 101 sobre la rueda de prensa en Madrid
2 comentarios:
Pues me encanta que se la hayan llevado a temas mas intimistas y personales, pero claro mi opinion no se si es valida , no me gusta las pelis de acción y solo las veo por complacer al que luego me acompaña a ver las que me gustan a mi. Pero en vista de que la ultima de batman me encanto le veo muchas posibilidades a este nuevo james bond.
Celia, toda opinión es válida, ya lo creo que sí... Creo que la trilogía de Batman de Christopher Nolan es el ejemplo perfecto de películas para fans que pueden llegar a todo tipo de públicos. Yo siempre he pensado que el cine de género puede ofrecer más que simple acción, y creo que Batman y James Bond lo hacen. Hay mucha historia, hay mucho personaje, hay mucho conflicto, lo demás es el envoltorio. Ya me dirás qué tal si la ves...
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