No es fácil evaluar una película como Sin límites. Por un lado, es una historia prometedora que cuenta con interesantes hallazgos visuales. Por otra, tiene algunos notables agujeros en su guión y serios problemas en cuanto a sus intérpretes. Interesante, pero sabe a poco. Parece una película alargada demasiado, que no daría más que para un episodio de media hora de una serie de misterio y fantasía, pero al mismo tiempo es corta y de ritmo frenético (visual y narrativo, porque no hay apenas escenas de acción). Parece una historia con gancho, pero analizar fríamente lo que sucede en la pantalla puede provocar dudas morales en el espectador. Los actores no trabajan mal y hay muchos rostros conocidos, pero los hay que saben a poco y los hay que no parecen los ideales para el papel. Y, así, la sensación que queda tras haber pasado algo más de hora y media de entretenimiento es de cierto vacío. Lo dicho, difícil de evaluar. Seguro que hay gente que adora esta película y gente que la detesta.
De una forma que no viene a cuento relatar, un escritor fracasado (Bradley Cooper) descubre una droga en forma de pastillas que le permite explotar al máximo su cerebro, lo que le lleva, de forma sobrehumana, a adquirir todo tipo de conocimientos científicos y sociales que sólo mantiene si mantiene una dosis diaria de esa pastilla. Es decir, que una vez tomada la droga en cuestión, tan fácil le será al sujeto aprender italiano como saber en cada momento que movimiento tiene que hacer para vencer en una pelea contra seis personas. Neil Burger afronta su primera película no escrita por él, la cuarta de su filmografía (en la que destaca El ilusionista, su preciosista historia de magos, que se estrenó casi al mismo tiempo que El truco final. El prestigio, de Christopher Nolan). Pero, al mismo tiempo, es una película producida por su protagonista, Bradley Cooper. En la mezcla de ambas cosas hay que encontrar la causa de que sea una película muy reduccionista en el universo que plantea, demasiado centrada en un solo hombre y carente de credibilidad en cuanto a la existencia de un mundo que le rodea.
Bradley Cooper (Resacón en Las Vegas, El equipo A) no parece el actor adecuado para dar vida al desangelado y fracasado personaje del comienzo de la película. Él mismo, en la voz en off, se sorprende de verse así de desastrado en el inicio del filme. Y eso, que no es una broma interna sino una frase seria en el guión, parece un indicativo de lo que está por venir. Cooper tiene la etiqueta "triunfador" escrita en la frente. No parece creíble en ningún momento en el que no tiene la mencionada píldora que da poderes casi sobrehumanos a quien la ingiere. En cambio, sí encaja como hombre de éxito, como drogadicto de élite, como un hombre de clase alta. Ese desnivel entre una y otra parte de la interpretación lastra incluso alguno de los hallazgos de Sin límites, que están en el apartado visual, en la diferente iluminación del mundo visto a través de los ojos de un hombre con miedos y dudas o con la seguridad que le da la pastilla. Ahí es donde más se puede disfrutar de la película, en los bruscos y notables contrastes visuales, en la nueva visión que abre la pastilla (escenas subrayadas con música potente y machacona).
Para equilibrar la balanza, Cooper necesitaría un reparto solvente detrás. Y el caso es que lo tiene. Pero, al mismo tiempo, carece de él, por cuestiones de guión pero también por temas interpretativos. Porque, claro, ¿quién mejor que Robert De Niro para dar la réplica? No puede haber nadie... salvo que Robert De Niro hace mucho que no es Robert De Niro en el cine. No es que esté mal, ni que, ni mucho menos, dé la misma lástima que desprende cuando se convierte en una triste caricatura de sí mismo (Machete me viene a la cabeza), pero tampoco es Robert De Niro. De hecho, en la última escena de la película cabe preguntarse si sigue siendo el mismo actor que maravilló en películas como Taxi Driver, Toro Salvaje, Heat, Uno de los nuestros, Despertares, La misión y tantas otras. La réplica femenina apenas tiene protagonismo, porque todo lo que sucede en pantalla lo absorbe Bradley Cooper. Abbie Cornish, en cualquier caso, está bastante menos creíble (y eso es digno de analizar) que en la menospreciada Sucker Punch. Correcta, como todo el reparto, pero lejos de lo que necesita la película para crecer.
Las dudas temáticas que ofrece no son fáciles de debatir si no se ha visto la película (salvo que se quiera destriparla). Van sobre el modelo de triunfador de la sociedad actual, sobre qué haríamos con nuestra vida si lo tuviéramos todo a nuestro alcance, sobre las consecuencias de nuestros actos. Sin límites da para muchos debates, porque son muchas las circunstancias a las que tiene que hacer frente el protagonista en la película. Eso es otro gran punto a favor, que deja sobrados elementos para conversar tras ver la película. Pero, ojo, porque moralmente es un filme que camina por la fina frontera entre la sugerencia y la moralina, con lo que corre el riesgo de ofender a los más susceptibles en algunas de sus conclusiones. Porque ya lo creo que hay conclusiones, aunque hay muchos interrogantes y no todos reciben respuesta. Pero puede que sus responsables no hicieron esta película para pensar en esos detalles y, quizá, sólo crearon un divertimento pasajero. En eso triunfan razonablemente bien, pero...
6 comentarios:
Yo creo que pensaron en un divertimento pasajero. Hace ya tiempo que la vi, y el hecho de que no la tenga muy presente me dice mucho sobre ella, si exceptuamos el rítmo vertiginosos y algunos aspectos visuales destacables pero...desde mi punto de vista el casting no funciona; ni Bradley cooper hace creíble su personaje ni De Niro el suyo; el primero por guaperas y el segundo porque ya no te lo crees de malo. Lo de la moralina no me meto pero, a ver si no vamos a empezar a dar ideas a todos los psicópatas que se creen las pelis y pìensan que pueden asesinar y salir indemnes y forrados.
En fin, creo que me resultó entretenida e interesante, con escenas demasiado largas y como bien dices, agujeros de guión importantes, pero no me dejó buen sabor de boca!
Besos
Yo creo que pensaron en un divertimento pasajero. Hace ya tiempo que la vi, y el hecho de que no la tenga muy presente me dice mucho sobre ella, si exceptuamos el rítmo vertiginosos y algunos aspectos visuales destacables pero...desde mi punto de vista el casting no funciona; ni Bradley cooper hace creíble su personaje ni De Niro el suyo; el primero por guaperas y el segundo porque ya no te lo crees de malo. Lo de la moralina no me meto pero, a ver si no vamos a empezar a dar ideas a todos los psicópatas que se creen las pelis y pìensan que pueden asesinar y salir indemnes y forrados.
En fin, creo que me resultó entretenida e interesante, con escenas demasiado largas y como bien dices, agujeros de guión importantes, pero no me dejó buen sabor de boca!
Besos
Diste en el clavo con tu cometnario inicial. Es una pelicula con enormes agujeros sin llenar. Un personaje poco creible. Bradley Cooper no tiene con que llenar un personaje que pudo ser bueno y el peso de Robert de Niro es practicamente de renombre porque su actuacion es mediocre y sin realce. La historia se queda a medias y a ratos el guion te deja muchas interrogantes.
LE doy un 6 de 10 , solo porque me entretuvo.
Me lo apunto para verla una tarde para pasar en rato, pero no en el cine! Estoy de acuerdo, sin haber visto esta película, sobre tu comentario sobre Robert de Niro, uno de los actores que siempre había considerado de lo mejor y que en sus últimas cintas no hace más que decepcionarme. Besos
Jo, es verdad, se olvida con mucha facilidad. Y creo que es evidente que el casting no funciona, sí. Para mí el sabor de boca no fue malo, pero todo esto pesa mucho...
Gallo, creo entonces que más o menos estamos de acuerdo en casi todo, incluso en la nota final.
Van, qué pena da lo de Robert De Niro, ¿verdad...? Después de tantos grandes momentos y llevar tantos años arrastrándose por las pantallas...
Mi opinión sobre esta peli coincide más o menos con la tuya (ya no recuerdo bien, la vi hace un par de semanas)... la película podría haber sido mucho más, pero creo que quien tomó la decisión de poner a Bradley Cooper en un papel así se equivocó de pleno. Y los demás personajes no pintan nada. La premisa era interesante, pero al final acaba siendo una peli del montón.
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