El último de estos intentos ha sido una película de animación (dirigida directamente al mercado de DVD) que lleva precisamente ese título en España: La muerte de Superman. Quizá, y sin que sirva de precedente ante las calamitosas traducciones que solemos ver por estos lares, sea mucho más adecuado que el Superman: Doomsday del original. La película es una adaptación de la saga de cómic que reventó todos los cánones editoriales (hechos que están espléndidamente narrados en un documental que aparece como extra en el DVD). DC Comics decidió matar a Superman, una decisión sin precedentes y sin aparente vuelta atrás. Tanto es así que se llegó a suspender durante algún mes la publicación de los títulos del Hombre de Acero. Pero todo el mundo sabe que Superman no puede morir. Al menos no para siempre.
La muerte de Superman triunfa sobre todo en dos aspectos. En primer lugar, en la batalla que provoca la muerte del héroe. Doosmday aparece reflejado como lo que es, como una bestia de origen alienígena pero realmente desconocido que sólo sabe hacer una cosa: asesinar toda forma de vida que se le pone por delante. No está edulcorado, no está rebajado, ES Doomsday. La espectacular batalla que libran Doomsday y Superman es vibrante y brillante, toda una lección para el actual cine americano de acción que se pierde en absurdos movimientos de cámara y situaciones que el espectador tiene muy difícil comprender visualmente según las está viendo. Claridad y clasicismo, sin necesidad de recrearse en una violencia gratuita que tampoco conduce a nada. Una gran escena.
El otro aspecto hermoso en esta película es cómo ve Lois Lane la muerte de Superman. El filme se inicia con héroe y periodista en medio ya de un relación sentimental. Para Lois no sólo muere el héroe, el icono, el símbolo. Muere también el hombre de su vida. La escena en la que Lois acude a casa de los Kent para buscar consuelo en Martha, la madre de Clark Kent, y se derrumba emocionalmente, es formidable. El resto de la película, la parte que narra el rergeso de Superman, es algo más convencional, pero aún así La muerte de Superman es una notable muestra de cine de animación adulto, con una buena historia trágica y sin necesidad de secundarios cómicos que arruinen la función.
Una de las cosas que más se ha criticado de La muerte de Superman es que le falta una gran escena de funeral, de despedida del mayor héroe de la Tierra. Pero, en realidad, no podía aparecer, porque la división de animación de Warner ya había tratado en profundidad ese aspecto en la magnífica serie de La Liga de la Justicia, en el episodio doble titulado Hereafter. En un ataque de varios villanos unidos, el Juguetero acaba teniendo suerte y con una poderosa arma experimental, borra a Superman de la Tierra. Los demás héroes de la Liga se reponen del shock y ganan el combate. Wonder Woman captura al Juguetero y está a punto de asestarle un golpe mortal. Flash agarra el brazo de la amazona y le dice: "No hacemos eso con nuestros enemigos". "Habla por ti", le responde. "Intentaba hablar como Superman", sentencia Flash. Wonder Woman, los ojos llenos de lágrimas, suelta al Juguetero con rabia.
Y así se inicia la mayor escena de duelo que se haya podido ver en una serie de animación, en la serie que demostró que se podían llevar historias salvajes, crudas y adultas a una serie de este tipo (sensación que acrecentó con su insuperable continuación, Justice League Unlimited, que no se ha podido ver todavía en España a pesar de que la serie se emitió en Estados Unidos entre 2004 y 2006). Se ve a los héroes portar el féretro (Batman no está porque se niega a creer que Superman ha muerto de verdad; ¿puede equivocarse el mejor detective del mundo?). Incluso Lex Luthor acude al funeral. Lois le recibe con gritos y lágrimas. "¡Te odio!", le dice. "Aunque no lo creas, yo también le voy a echar de menos", replica el archienemigo de Superman, que sabe que ha perdido su mayor sueño, lo que le convierte día tras día en un oponente formidable: la posiblidad de ser él quien acabe con la leyenda. Una escena formidable para un episodio magnífico y una serie sencillamente perfecta.
Superman returns también hacía frente a la posibilidad de la muerte del Hombre de Acero. En la infravalorada película de Bryan Singer, no se llega a ver al héroe morir, pero sí se plantea la posibilidad de que el mundo pierda a esa leyenda. Perry White contempla con dolor dos portadas de su Daily Planet. En una sea anuncia el adiós a Superman, en la otra aparece la noticia de su supervivencia. Los médicos no pueden hacer nada por salvarle la vida, sólo esperar. La práctica invulnerabilidad de Superman impide que le puedan sacar sangre, operar o cualquier otra práctica que pueda ayudarle a seguir entre los vivos. Lois tiene que abrirse paso entre la multitud que se congrega a las puertas del hospital y que espera transmitir toda su fuerza a Superman para que regrese.
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Ese retrato, aunque breve, supone uno de los mayores aciertos y novedades de la película de Singer, cuya continuidad en la saga parece estar en el aire. Warner ha decidido dar luz verde a una secuela, pero quiere el mismo tono dramático que ha dado Christopher Nolan a la saga de Batman. Singer ha dicho en muchas ocasiones que ya tiene en mente cómo sería su secuela, una pieza de acción salvaje y continuada, pero Warner no quedó satisfecha del punto en que quedó el héroe tras su regreso a las pantallas. Mark Millar, el autor del cómic Wanted (cuya adaptación cinematográfica, con Angelina Jolie y Morgan Freeman, se estrenará en breve), ha propuesto nada menos que una trilogía. Si lo que buscan es un relato oscuro, ¿qué mejor argumento van a encontrar que la muerte de Superman?
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