jueves, noviembre 15, 2007

Irak según Brian De Palma, Afganistán según Robert Redford

Me gusta que el cine no eluda las cuestiones más polémicas, que no esquive la política, que se moje en temas importantes, que sea reflejo de su tiempo. Me gustó la valentía de hacer películas sobre el 11-S como World Trade Center o United 93. Me encantó ver una película sobre la corrupción política que pasó muy desapercibida el pasado año, Todos los hombres del rey. Me maravilla ver cine europeo como Las vidas de los otros. Y ahora me gusta que Hollywood lance una mirada crítica hacia la intervención del Gobierno norteamericano en Irak y Afganistán. Y me encanta que detrás de estos proyectos haya nombres importantes. Redacted y Leones por corderos son películas valientes. Y por eso, por encima de todo, me gustan.

Redacted la he podido ver en un preestreno (llega a los cines mañana viernes) y, como dije en mi blog Un mundo peculiar, tuve la suerte de poder comentarla a la salida con una persona que conoce de sobra la situación de Irak tras la guerra iniciada por Estados Unidos, el periodista Jon Sistiaga. Éste nos contaba que la película refleja muy bien esa realidad, como en las escenas sobre los controles de carretera del ejército norteamericano. Nos decía que, a pesar de que sea una película sobre Irak, cosas como las que se relatan pasan en todas las guerras. En todas partes, decía, sólo hace falta un loco para que estalle un conflicto. En Redacted se ven dramatizaciones de vídeos colgados en Internet, desde denuncias en Youtube hasta reivindicaciones y asesinatos en webs islamistas. Me dio la sensación de que esto fue lo que más poco creíble le pareció.

Brian de Palma ha hecho una película diferente a lo habitual. Es un falso documental. Vemos a un soldado americano grabar con su cámara digital sus experiencias en Irak. Vemos a periodistas franceses rodar imágenes del conflicto. Y vemos vídeos colgados en Internet. Sólo al final vemos imágenes reales. Fotografías de víctimas civiles en Irak. Instantáneas durísimas, como toda la película. Cuando acaban las imágenes y empiezan unos títulos de crédito sin música alguna, el silencio se apodera de la sala. Algún crítico lo ha interpretado como indiferencia ante la película. Yo creo que te deja tan hecho polvo lo que ves que tardas en reaccionar.

Es obvio que De Palma ha hecho una película claramente partidista. Como nos decía Jon Sistiaga, algunas situaciones están muy exageradas (especialmente la del coche que se salta el control de carretera; los americanos disparan y matan a una mujer embarazada. Podría haber sido un hombre de 47 años o incluso uno de esos que ahora llaman "insurgentes", pero no, era una mujer embarazada) para reforzar el mensaje en contra de esta guerra de Irak. Pero no es un panfleto. No me gusta que en el cartel se haya escrito que ésta es "la película que Bush no quiere que veas". Esos mensajes le restan credibilidad y provocan que la gente se crea que va a ver un panfleto ideológico.

Redacted no es un panfleto. Para mí es una película necesaria. Cuenta los hechos anteriores y posteriores a la violación y asesinato de una cría iraquí de 15 años a manos de dos soldados norteramericanos. No es un tema nuevo para De Palma. Hace muchos años, con Corazones de hierro (una película que no sé si muchos recuerdan, fue el mayor intento de Michael J. Fox de convertirse en actor serio, y contaba con el tan espléndido como comprometido Sean Penn), trató un tema bastante similar con la guerra de Vietnam de fondo. Pero como estas situaciones siguen produciéndose en escenarios bélicos, los medios de comunicación (y el cine no deja de serlo) tienen la obligación de ser reflejo de la realidad. De Palma dramatiza y exagera, desde luego, aunque tenga un tono de falso documental, es una película de ficción que además toma partido. Pero no por ello engaña. Merece bastante la pena.

Muy distinta es Leones por corderos. No en cuanto a calidad, porque ambas películas me han parecido bastante buenas, de una calidad más que aceptable y con indudables aciertos cinematográficos. Pero ésta sí es una historia abiertamente de ficción. En realidad son tres historias entrelazadas. Vemos por un lado a dos soldados norteamericanos (un hispano y un negro) que han decidido alistarse en el ejército en contra de la opinión de su idealista profesor y que participan en una misión sobre el terreno en Afganistán. Vemos al senador que ha diseñado esa operación contestar a las preguntas de una veterana periodista que duda de todo. Y vemos a aquel profesor tratar de enseñar a uno de sus alumnos más cualificados que ha caído en la apatía, en esa sensación de que nada de lo que hagamos merece la pena porque no vamos a cambiar nada.
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Lo mejor de la película dirigida por Robert Redford está en las interpretaciones. Ya sé que Tom Cruise no le cae demasiado bien a mucha gente, pero a mí siempre me ha parecido un actor valiente. Desde el comienzo de su carrera se lanzó a actuar con los mejores intérpretes. Y no solía salir malparado. Cruise está impresionante en Leones por corderos. Sus escenas son un brutal duelo de actuación con Meryl Streep. Redford parece que se queda un paso atrás de lo que hacen sus compañeros de reparto, pero está tan correcto como siempre. Y me gustó el chaval con el que dialoga en la mayoría de sus escenas, Andrew Garfield. Le seguiré la pista. Leones por corderos es, por encima de todo, una película muy dialogada. Sin buenos actores, habría fracasado.
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Como Redacted, pero de forma más sutil, Leones por corderos también toma partido hacia el mismo espectro ideológico. Es una película contra los intereses que esconden guerras como las de Afganistán o Irak. Redford tiene para todos. Para los políticos como el que interpreta Cruise, para los medios de comunicación, para los mandos militares. Pero el mensaje que más me gustó es el que menos relación tiene con la guerra de Afganistán o con la de Irak. Me encanta el alegato que hace Redford contra la apatía de la juventud. Él mismo se ha reservado en su papel como actor ese mensaje, con esa parte de la historia cierra la película y es, sin duda, la que más puede calar en el ciudadano de a pie. Porque nosotros no vamos a formar parte de la guerra de Afganistán. Pero habrá otras situaciones que demanden acción. La juventud pierde valores y perspectiva, y contra eso sí hay que rebelarse.
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La parte más sencilla de Leones por corderos es precisamente los retratos algo estereotipados del político, del medio de comunicación o incluso de los soldados en Afganistán (ya hemos visto muchas veces la historia del soldado que se queda atrapado en la línea enemiga), pero eso no le resta valentía. A Redford siempre se le ha acusado de ser blando, pero yo creo que su trabajo es abrir el debate, no cerrarlo. En la película se ven todo tipo de personajes, idealistas y tramposos, soñadores y apáticos. Es el espectador el que decide qué postura se acerca más a sus planteamientos personales. Toma partido, sí, pero de forma sutil. No es un mensaje contra nadie. Es una película para empezar a pensar de nuevo. Y por eso tiene el magnífico final que tiene.

1 comentario:

Camilo dijo...

Hoy he visto Leones por Corderos y me ha encantado. Es más, creo que es una de las películas que más me han gustado en lo que va de año.

Sin embargo a R. Redford o le ha salido mal el experimento o no le ha funcionado conmigo. A pesar de no ser santo de mi devoción, a mí me han entrado unas ganas tremendas de votar a Bush. ¡Qué lástima ser español!