Hoy es el día. Y es que 30 años no son nada y a la vez es muchísimo tiempo. El 25 de mayo de 1977 se estrenaba en apenas 40 cines de Estados Unidos una película de ciencia ficción destinada a cambiar el mundo del cine: Star Wars. Era el sueño de un joven cienasta, George Lucas, que en realidad quería hacer una película de Flash Gordon pero no pudo conseguir los derechos. Por eso, se imaginó su propio universo. Pero grandes estudios como la Universal y la United Artists rechazaron el proyecto porque pensaban que sería un inmenso fracaso. Incluso la Fox, la productora que finalmente se hizo cargo de la película, confiaba muy poco en ella, y por eso se estrenó en tan pocas salas.
Pero el día del estreno, el propio Lucas se quedó asombrado de ver el mítico Teatro Chino de Hollywood asesiado por los espectadores, que formaban largas colas en torno al cine para ver la película. En octubre de ese año, y con una distribución mucho más adecuada a la enorme demanda que se desató, ya se había convertido en la película más taquillera de la historia, superando a Tiburón. Mantuvo ese honor durante 20 años, hasta que Titanic pulverizó las taquillas de todo el mundo.
Y qué distinta podría haber sido Star Wars. James Caan, Burt Reynolds, Al Pacino, Kurt Russell, Nick Nolte y Christopher Walken estuvieron en algún momento en disposición de dar vida a Han Solo. Eso cuando el personaje se quedó definitivamente como un ser humano, porque pudo ser un alienígena verde con branquias. Jodie Foster estuvo a punto de interpretar a Leia. En distintos tratamientos del guión, Luke era una mujer, un enano y un general de 60 años, y el primer apellido que le dio Lucas fue Starkiller en lugar de Skywalker. El actor japonés Toshire Mifune era el Obi-Wan perfecto para el director. Y la voz de Darth Vader en principio iba a ser la de Orson Welles, pero a Lucas le pareció demasiado reconocible y optó por James Earl Jones.
El rodaje en Túnez (que se ha convertido para siempre en el planeta Tatooine, nombre que, por cierto, no se llega a mencionar en toda la película) comenzó con un mal presagio. La mayor tormenta de arena en 50 años retrasó los planes de Lucas. Y, mientras, comenzaban las presiones de la Fox en aspectos algo rocambolescos. Los ejecutivos del estudio encargaron una encuesta para demostrar que a la gente no le gustaba el título. Y requirieron a Lucas para que cambiara el aspecto de Chewbacca ¡porque no les gustaba que estuviera desnudo! Las limitaciones en el presupuesto obligaron a que todo el equipo viajara en avión a Londres (donde se rodó en los míticos estudios Elstree) en clase turista. Además, no había dobles disponibles para las escenas de riesgo.
A los actores, además, no les gustaban demasiado los diálogos. Harrison Ford siempre fue de los más críticos. Carrie Fisher le llegó a decir a Lucas "puedes escribir estos diálogos, pero seguro que no puedes decirlos", y se llegó a decir que Sir Alec Guinness insistió en la muerte de su personaje "para no tener que seguir diciendo esa basura de diálogos". Paradojas de la vida, luego Guinness sería nominado al Oscar al mejor actor secundario por Star Wars, Ford consiguió la fama mundial con Han Solo y Fisher llegaría a colaborar con Lucas retocando los guiones de la nueva trilogía.
Finalizado el rodaje, quedaba el trabajo de postproducción, la creación de los efectos especiales que iban a revolucionar la industria. Tanto fue el trabajo, que el estreno de la película, previsto para las Navidades de 1976, se retrasó hasta mayo de 1977 porque no estaban acabados los efectos. El genio John Dykstra, que no acabó muy bien con Lucas, creó incluso una cámara nueva, la Dykstraflex, para recrear el movimiento de las naves. Lucas había pedido a su equipo que consiguiera sensaciones similares a las de las viejas imágenes de combate de la Segunda Guerra Mundial. Por primera vez, una cámara seguía en movimiento una pasada de una nave.
Lucas siempre ha dicho que la experiencia cinematográfica es un 50 por ciento imagen y un 50 por ciento sonido. Por eso, para deleitar los oídos, contó con dos genios. John Williams, recomendado por Steven Spielberg, se encargó de componer una música maravillosa, con un estilo que marcaría el cine de las siguientes décadas, recuperando el sinfonismo que se había perdido, con un tema central inmortal. Ben Burtt creó todo un universo de sonidos que hoy forman parte del imaginario de millones de personas. Porque ¿quién no ha imitado alguna vez el sonido de un sable de luz?
Siempre se descubre algo nuevo en la película. ¿Habéis visto el golpe que se da un soldado imperial en la cabeza cuando entra en la sala de la Estrella de la Muerte en la que se han atrincherado R2 y 3PO? Pues ya tenéis algo que buscar... Lo que no vais a encontrar en ninguna versión son las escenas de Luke con sus amigos en Tatooine que Lucas rodó, que se pueden ver en un CD-ROM sobre la saga que se editó hace años pero que no ha incluido nunca en las versiones estrenadas en cine o en DVD.
Y si no, siempre podréis ver la escena con Jabba el Hutt, que no se incluyó en el primer montaje de la película pero que se rescató para la Edición Especial que se estrenó para celebrar el 20º aniversario. La misma en la que se sustituyeron algunas criaturas de la cantina que no terminaban de gustar a Lucas o en la que el encargado de efectos especiales decidió que el molde digital de su cabeza era el que iba a utilizar para todos los pilotos de Ala-X que atacan la Estrella de la Muerte.
Una curiosidad que no me resisto a poner. Peter Cushing, el gran Peter Cushing, apenas aparece de cuerpo entero en la película. El motivo es que las botas de su traje le apretaban muchísimo y rodaba con zapatillas de andar por casa... Un tirano espacial con zapatillas... Y una duda con una dudosa solución. ¿Por qué a Chewbacca no le dan una medalla en la ceremonia final si el pobre wookie ha hecho tanto o más que Luke y Han por destruir la Estrella de la Muerte...?
El éxito de la película de Lucas nace en una inteligente combinación de elementos de diferentes mitologías vistos mil veces con un universo futurista y diferente a todo lo que se había hecho antes. La prodigiosa imaginación de Lucas (y de Ralph McQuarrie, el artista conceptual que hizo los diseños previos), la necesidad de un optimismo que se había perdido en el cine de ciencia ficción (que optaba por futuros catastrofistas, como los de El planeta de los simios o Cuando el destino nos alcance) y una historia tremendamente emocionante, llena de personajes carismáticos e inolvidables, hicieron el resto.
Lucas siempre tuvo en mente una saga, pero no fue tan atrevido como para estrenar la película con aquello de Episodio IV: Una nueva esperanza. Eso se añadió con el reestreno del filme en abril de 1981. Y así nació el futuro de Star Wars. Lucas ya ha completado la saga de seis películas, ha rodado otros dos filmes para televisión de los Ewoks, ha realizado tres series de dibujos animados (Ewoks y Droids en los primeros años, Clone Wars hace poco) y prepara otras dos proyectos para televisión, uno de animación en 3-D centrado en las Guerras Clon y otro de imagen real entre los episodios III y IV. Eso, y el merchandising con el que nos abruma Lucas (muñecos, gorras, camsietas y cualquier cosa que pueda llevar el logotipo de Star Wars o la forma de sus personajes) demuestran que la saga está hoy más viva que nunca.
Que la Fuerza os acompañe... siempre.
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