Hay ocasiones en las que los autores de una película no son completamente responsables del desastre que supone. En Ted sucede algo parecido, porque es una película con la que se han escogido varios caminos equivocados. El esencial, el más molesto, está en su doblaje. No es sólo que Santi Millán doble al personaje principal de la película, un oso de peluche que cobra vida por arte de magia, sino que a los traductores se les ha impuesto que trufen la película de bromas autóctonas, o se les ha animado a ello. Y lamento decir a quienes toman estas decisiones que lo último que quiero encontrarme cuando me siento a ver una película protagonizada por Mark Wahlberg y Mila Kunis, repito, lo último, es alguna broma de supuesta gracia sobre Belén Esteban. Sólo eso ya se carga por completo cualquier impresión positiva que pudiera dejar Ted, que, todo hay que decirlo, tampoco es demasiado importante porque, también ahí, escoge un camino equivocado.
Lo del doblaje va camino de convertirse en uno de los aspectos más contraproducentes de la explotación del cine en España. Más incluso que su injusto y elevadísimo precio. Dicen las críticas americanas que uno de los mejores aspectos de Ted es la voz que el propio director del filme, Seth MacFarlane, creador de Padre de familia, le presta al oso de peluche protagonista. Aquí en España tenemos a Santi Millán. La primera sensación que produce ver la película doblada es que su voz y la del resto de dobladores no forman parte de la misma historia. Hay una ruptura formal que saca continuamente de la película. Chirría siempre optar por alguna voz conocida por méritos que no sean los puramente actorales (y, ojo, que la voz sigue siendo el gran problema de muchos actores españoles y ese es un fenómeno que el doblaje había sabido capaz de evitar con categoría hasta no demasiado tiempo). Ahora afecta continuamente a los dibujos animados y, por lo visto, con películas como Ted se abren nuevos caminos.
El problema de las voces, en este caso sólo la de Santi Millán, encuentra una derivación igualmente irritante, pues que incluso más, en los textos, en los diálogos. No puede pasarse por alto que el guión de una película se altere de una forma tan liviana para su explotación en otro país distinto del de producción como se hace en Ted. Si MacFarlane y su equipo de guionistas ruedan un libreto es, imagino, porque se sienten cómodos con él, porque es la historia que quieren contar y porque contiene las bromas que desean incluir. ¿Por qué en la versión española de modifican diálogos para hacer referencia a Belén Esteban o Falete? ¿Por qué? ¿En qué mejora eso la película? Una cosa es que haya bromas intraducibles en una película y otra muy distinta que se altere para incluir otras que los traductores consideren más o menos graciosas. Eso es lo que sucede en Ted y me resulta intolerable.
Vamos a la película en sí misma. Se gana el calificativo de decepcionante por un motivo muy simple. La fachada quiere ser la de una película irreverente, políticamente incorrecta, transgresora. Pero, y es un síntoma muy acusado en este tipo de cine desde hace ya unos cuantos años, desemboca en los tópicos más tradicionales, costumbristas y blandos. Y luego está el hecho de que la transgresión ya sólo sepa manifestar de dos formas: o con bromas soeces y escatológicas o con chiste de contenido sexual. Por desgracia, no hay más. Y Ted no defrauda en ese sentido. Es lo que promete y es lo que da. Nada original. Transita también otro camino más que conocido, la continua referencia a los años 80 y a la nostalgia del espectador que, como su protagonista (Mark Wahlberg, no el oso), ha superado ya los 30 años. Sus alusiones a Flash Gordon (a un nivel que sorprende y divierte) y sus bromas sobre Star Wars o Indiana Jones son, de largo, lo más conseguido de la película, muy por encima de la rocambolesca historia, que tenía ciertos elementos de interés no demasiado bien explorados.
Wahlberg asume con comodidad el papel de hombre de 35 años con un modo de vida de un quinceañero, se divierte y realiza un trabajo competente. No olvidemos que está continuamente interactuando con un oso de peluche, por lo que cabe darle cierto mérito. Mila Kunis, en cambio, y a pesar de seguir siendo una actriz interesante, deambula sin rumbo durante la película. No tiene ocasión de probar sus dotes para la comedia y su personaje, con un final blando y bastante pusilánime, es la causa de que la película sea en realidad tan políticamente correcta aunque quisiera estar en el polo opuesto. No es que Ted sea una mala película. Supongo que quienes disfrutan con la comedia contemporánea pasarán un buen rato con ella. Pero, para mí, escoge demasiados caminos equivocados como para que pueda calificarla positivamente. Y, encima, su versión española estropea cualquier posibilidad que tuviera Ted de conquistarme. Para eso, cualquier monólogo de Santi Millán. Y si quiero ver a Mark Wahlberg y Mila Kunis, indudablemente en versión original.
5 comentarios:
Vaya, con el tráiler ya estaba medio horrorizada por el doblaje, pero ahora me confirmas que directamente es una mierda.
En cuanto a la peli en sí, acabaré viéndola aunque espero que en VO. La verdad es que no esperaré mucho más que los chistes de siempre, ahora le llaman incorrección a cuatro gracietas sexuales y tal.
A ver si al menos me entretiene.
¡Besos!
Lo del doblaje está comenzando a ser una molestia cada vez más insufrible. No tenía muchas espectativas, así que esperaré a verla en casa (en v.o)
Juan Luis Cano de Gomaespuma siempre dice que sólo participan en el doblaje de una película cuando les permiten retocar sus frases.
Me gusta Gomaespuma, pero eso me parece una guarrada y cuando el resultado es plagar la peli de frases y personajes típicos de aquí debería ser denunciable.
En cuanto a la peli en sí, mis peores presagios ya apuntaban a que podía derivar en algo simple y chabacano. Una pena.
El trailer y el cartel me han espantado, no me planteo darle una oportunidad...
Sonix, en caso de que haya que verla, versión original, sí, por favor. Pero, efectivamente, me molesta que la incorrección sea eso hoy en día...
CarlosXavi, y el caso es que nadie parece darse cuenta del daño que está haciendo, porque se multiplican casos como este...
Doctora, razón de más para que Gomaespuma sea Gomaespuma en los terrenos que domina y deje el cine para dobladores profesionales. Se cumplen tus presagios, sí...
Meg, yo se la di más que nada por los dos actores protagonistas (no contemos al oso, por favor...), pero me la podría haber saltado...
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