Insidious debe de ser un perfecto ejemplo de lo que es el terror para el cine moderno. Un terror facilón, producto de situaciones tópicas y de eliminar las luces, carente de imaginación y pendiente sólo de sorprender con giros inverosímiles del guión. Un terror que no ofrece nada nuevo, que no se mete en el cuerpo, que sólo busca un eventual salto en tu butaca que llega siempre cuando uno se lo espera, en la situación en la que parece claro que se va a producir. El terror moderno debe de ser esto. Pero a mí, la verdad, no me dice gran cosa. Añoro la sensación, al terminar una película, de mirar en todos los rincones a mi alrededor para asegurarme de que no hay nada ni nadie. La sensación que dejaban los grandes clásicos del género. La que uno siente al ver La semilla del diablo, El exorcista, La profecía. Las grandes. ¿Insidious? Parece que está gustando. Pero a mí esto no me produce terror.
Vamos a partir de una base muy razonable para explicar la conclusión que acabo de exponer: el director de Insidious, James Wan, es el realizador de Saw y autor del argumento de la tercera parte de esa saga. Sé que Saw tiene seguidores. Quienes vean en esa saga auténtico terror, igual sí disfrutan de Insidous. No es mi caso. De todo modos, las historias de aquella y ésta están muy alejadas entre sí. De un asesino psicópata en aquella pasamos a una maldición con niño de por medio en esta. Un niño, elemento muy tradicional en el género de terror. Sólo eso ya produce una sensación de déjà vu, aunque es engañosa como va revelando la película, y que se acrecienta según van pasando los minutos. Pero como Wan parece ser consciente de eso, llega un momento en que su apuesta es la diferente, la de cambiar por completo el planteamiento de la película, hacer que sus personajes no sean lo que parecen ser (casi todos) y plagar la historia de giros inverosímiles. Difícil convivencia.
Pero estábamos en que esto es una película de terror. Luego tiene que provocarlo en el espectador. Si no, flaco favor le hacemos al género. Insidious tiene sustos, eso es innegable. ¿Pero es eso terror? Yo discrepo. En cualquier caso, hay muchos que se conforman con eso. Pero hay un problema con los sustos de Insidious: suceden exactamente cuando uno espera que van a suceder. Y eso, evidentemente, les resta efectividad. Los sustos, además, son fáciles. Porque hay considerar como algo muy fácil si simplemente basta con bajar la luz, llenar el escenario de vapor o hacer que un tipo disfrazado de monstruo salte dentro de plano para conseguir ese susto. No se recurre a la mente sino al estómago, no hay un terror psicológico sino uno visceral. Y esto es así a pesar de que, a diferencia de Saw, no hay nada de sangre en la pantalla. ¿Pero imaginación? Ninguna. Lo demuestra, además, el hecho de que la película intente beber de cuantiosos títulos del género, algunos clásicos como Poltergeist y otros más modernos como la sorprendentemente exitosa Paranormal activity.
El caso es que Insidious no genera terror, pero sí sustos. Que sus actores no son malos, pero tampoco notables (y quedan minimizados por la propia historia, que no desarrolla sus personajes lo más mínimo y cuando lo hace es por caminos insospechados y poco creíbles), porque ni Rose Byrne, ni Patrick Wilson consiguen hacer suya la película (quizá el mejor nombre sea el de Barbara Hershey, pero habiendo destacado tanto en Cisne Negro junto a Natalie Portman sabe a poco aquí). Que su dirección no aporta nada del otro mundo, e incluso se rebela torpe en algunos momentos, aunque para algunos sea suficiente... precisamente por los sustos. Es decir, que no hay nada en Insidious que permanezca en la memoria o, dicho de un modo más crudo, que merezca la pena en realidad. Ni siquiera su pretendidamente sorpresivo final, al que se llega después de no saber ya a qué venía toda la historia. Y el caso es que la película parece haber gustado. Será que yo no entiendo el terror moderno. Para gustos los colores.
5 comentarios:
No la he visto, y sin embargo en Norteamerica la alaban como un gran regreso al terror.
Concuerdo contigo, ya no hacen El Exorcista como antes.
Ya van varias personas que me han dicho que la película no es para tanto (a pesar de cómo la ponen en la publicidad) Por suerte o por desgracia no soy muy fan de este género así que no lo podré comprobar por mí misma.
Gallo, es que las críticas están siendo buenas (como la taquilla) y yo, la verdad, no veo méritos para ello... No veo terror en el cine moderno.
Utopía, a mí el género me gusta, pero en este caso... No, no hay para tanto por mucho que lo publiciten.
Yo la ví, pero me pareció un poco simple el argumento como tú bien dices, lo de los sustos estaba bien realizado, pero aún así me gustó.
Un beso, interesante blog.
Victoria
Vick-Al, bienvenida, me alegro de que te guste el blog, me pasaré yo por el tuyo para devolverte la visita. Yo en el terror casi prefiero la sensación que te deja una buena película después de verla que un saltito o dos durante la proyección. Pero todo es cuestión de gustos...
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