Para adaptar un cómic de superhéroes, parece haber tres caminos claramente establecidos. Por un lado, el adulto, el rompedor, el que comenzaron a esbozar Brian Singer y Sam Raimi con sus trilogías de X-Men y Spider-Man y perfeccionó Christopher Nolan con la suya sobre Batman. Por otro, el cómico, el paródico, el poco serio, el que malinterpretó Joel Schumacher con sus dos entregas sobre el Caballero Oscuro (usar esa denominación para referirse a esas películas casi parece un chiste) y el que parece tener más cabida en las aproximaciones al superhéroe que no proceden del cómic, como Hancock. Y, finalmente, el camino más fácil, el trillado, el previsible, el tópico, el de la corrección más absoluta sin nada que cambie el rumbo. Ahí, en esa tercera línea pero con ciertos toques de la segunda, encaja Green Lantern. Y es una pena porque su universo ofrecía inmesas posibilidades de un deleite visual incomparable, y hasta ese es un aspecto que sabe a poco. Como la película en sí misma. Entretenida, sí, con algunos detalles interesantes, desde luego. Pero sabe a poco.
El error de partida de Green Lantern es el que comete Hollywood en demasiadas de sus películas. Su guión es tan simple que asombra que haya salido de cuatro mentes. Asombra aún más si uno se da cuenta de que cae en todos los tópicos posibles. El noble héroe con una tragedia en su pasado que supera sus problemas para slavar el mundo, sus compañeros que dudan de sus posibilidades pero que acabarán reconociendo los méritos del protagonista, la chica, siempre la chica que apoyará al héroe y le inspirará en los momentos más difíciles, y, por supuesto, un villano aparentemente imbatible pero que caerá derrotado en un más o menos espectacular clímax final. Hay docenas de películas cortadas por el mismo patrón y Green Lantern es, indudablemente, una de ellas. Tanto hay que ajustarse a ese patrón que a veces se olvida el referente del cómic. Hal Jordan, en las viñetas, no es el Hal Jordan que interpreta Ryan Reynolds durante los dos primeros tercios de la película. A falta de secundarios cómicos, es en Reynolds donde hay que encontrar los chistes, mucho más moderados eso sí que en títulos parecidos.
El del final sí es Hal Jordan. Es ahí donde se esconden, si obviamos sus defectos, los principales logros de la película. Y es que es un producto entretenido, eso es innegable. Su clímax final es lo que tendría que ser, sólo que carece, en buena medida, de la espectacularidad que uno espera en este tipo de producciones. A Thor le sucedía algo parecido, pero la película de Kenneth Branagh echaba el resto en un arranque magnífico. Aquí hay un tramo equivalente mediada la proeycción, cuando Hal Jordan llega al planeta Oa, donde le enseñarán a utilizar su anillo verde de poder (escasísima presencia de Kilowog y Tomar-Re, dos clásicos Green Lanterns a los que no les sienta demasiado bien su reciclaje digital). Y ese tramo es también notable. Sin tener un diseño de producción que quite el aliento, los planos de este planeta son interesantes. Y es allí donde se cuece el plato fuerte (y desperdiciado... con voluntad de desperdiciarlo por ahora; aguantad unos momentos los títulos de crédito finales y veréis por qué) de la película: Mark Strong en el papel de Sinestro. Su cara a cara con Hal Jordan es lo mejor de la película, una buena escena de personajes, unos diálogos interesantes y un notable festival de efectos especiales.
Lástima que el resto del andamiaje de Green Lantern no raye a la misma altura, porque en esos dos instantes (en el clímax final si superamos la manía de simplificar tanto los duelos definitivos que el malo imbatible no parece ni tan malo ni tan imbatible; es un reciclaje mejorado del de Los 4 Fantásticos y Silver Surfer, pero está lejos de la destrucción apuntada en Transformers 3) apuntan que la cinta podría haber dado un paso adelante que finalmente no da. Es curioso que la mayoría de películas de superhéroes son superadas por sus secuelas. La misma sensación ofrecerá, seguro, Green Lantern 2. Narrar el origen del personaje puede ser un peaje necesario, tal y como está montada la industria del entretenimiento, pero lastra demasiado la mayoría de estos títulos. Blake Lively se confirma como uno de los rostros y cuerpos más bellos del cine, pero más allá de cumplir con el cliché (curiosamente, el personaje del cómic se hizo a imagen y semejanza de Elizabeth Taylor) su papel no da para mucho más. La opinión sobre Peter Sarsgaard irá en gustos. Para algunos será lo mejor de la película. Para otros, un remedo del personaje de Jeffrey Jones en Howard. Un nuevo héroe (y sólo citar esa película ya lo dice todo).
Martin Campbell es un director inteligente, que suele dominar con pericia escenarios de aventura y acción. Lo hizo con sus James Bond o con La máscara del Zorro. Quizá el envoltorio de ciencia ficción le venga un poco grande, pero sin duda ofrece mejores resultados que otros directores de más renombre (sí, aunque no sea un cómic, estoy pensando en Michael Bay y Transformers). El 3D no es molesto y no resta brillo a las imágenes ni a los efectos especiales, aunque se antoja un poco frívolo en esta historia, como en casi todas las películas en las que se aplica esta moderna (¿y pasajera?) técnica que, eso sí, permitirá aumentar la recaudación. Green Lantern podría haber dado más de sí y es casi una certeza que lo haría en caso de haber secuela. Pero para comprobar con toda certeza que sabe a poco no hay más que ver del tirón las dos películas de dibujos animados que ha hecho Warner recientemente sobre el personaje, Green Lantern. Primer vuelo y Green Lantern. Caballeros Esmeralda. Ahí se esconde el verdadero Green Lantern. El que la película de acción real sólo esboza en algunos momentos en esta entretenida pero escasa aproximación.
4 comentarios:
Entendido. Que me guarde la pasta para otra peli ;)
p.d. Interesante primer párrafo. No me lo había planteado, pero sí que cuadran todas en uno de esos tres enfoques, o en una mezcla de ellos.
Key, bueno, tampoco diría yo tanto, je, je, je... Tiene bastantes cosas buenas y entretenidas. Pero el personaje daba para más. Por descabellado que te parezca, échale un vistazo a las de animación, que seguro que te pueden convencer... Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado la clasificación.
A mí de DC sólo me gusta Batman,así que nunca he tenido un cómic de Linterna Verde en las manos (sólo le vi en un enfrentamiento entre el universo Marvel y DC,en el que por cierto era derrotado por la Estela Plateada),pero aún así me ha gustado mucho la peli,seguramente por eso mismo,porque no conocía a los personajes y no me podía decepcionar la adaptación.
Lo malo,además de ser como dices muy tópica,es que,como dices también,al ser la primera parte se va mucho metraje en la presentación del personaje y apenas se le ve usando los poderes.
Desde luego lo mejor es el entrenamiento,pero es tan corto que ni se le puede llamar entrenamiento,más bien le dieron unas indicaciones.Sea como sea me pareció que tenía más ritmo que "Thor",por ejemplo,y a diferencia de ésta no me importaría verla otra vez en el futuro :)
Doctora, yo tampoco tenía demasiadas referencias de Green Lantern, sólo la etapa más clásica con Neal Adams al dibujo, las series de animación y algún recopilatorio que ha caído en mis meses en los últimos meses. Pero sí quería más Sinestro, más Oa, más Kilowog y un Hal Jordan menos cómico. A mí la primera mitad de Thor ya me gusta mucho más que ésta completa, pero para gustos...
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