jueves, mayo 05, 2011

'Sin identidad', modélico y trepidante thirller

Hay cientos de películas con un protagonista que duda de su identidad, que tiene todo en su contra y que encuentra insospechados aliados por el camino para llevar a cabo una misión que no esperaba tener que cumplir. Un esquema que han tocado muy recientemente grandes como Scorsese (Shutter Island) o Polanski (El escritor). Y de vez en cuando hay algunos títulos que sobresalen en este manido género. Sin identidad es uno de ellos. No estamos hablando, obviamente, de Con la muerte en los talones, aunque no van los tiros muy desencaminados si pensamos en un referente temático y narrativo para Sin identidad, la última película del director español afincado en Hollywood Jaume Collet-Serra. Con un ritmo trepidante, un guión correcto y bien cerrado, y un reparto excepcional encabezado por el siempre magnífico Liam Neeson, Collet-Serra ofrece un thriller modélico, que entretiene desde la primera hasta la última escena tanto con lo que ofrece en pantalla como manteniendo ocupado al espectador intentando discernir los secretos que oculta en su trama. Y con una gran escena de persecución de coches.

Se tiende a contar demasiado de este tipo de películas, destripando buena parte del argumento antes de tiempo. Si la película está pensada para ir revelando poco a poco la información, ¿por qué reventarla ya desde el principio con su sinopsis? La trama comienza en Berlín, ciudad a la que llega un matrimonio. Él viene a participar en un congreso científico. De ella no sabemos nada más que está allí acompañando a su marido. Cómo se desencadena la trama es algo que merece la pena descubrir en la gran pantalla. A partir de ahí, lo que Sin identidad plantea es justo lo que indica su título (Unknown es el original), qué puede hacer un hombre para resolver un misterio en torno a su persona en una ciudad que no conoce, sin documentación, sin amigos, sin nadie que pueda confirmar que es quien dice ser, con todo en su contra. La duda entre la realidad por un lado y el sueño y la fantasía por otro se adueña de la película durante buena parte de su metraje, pero no es el verdadero motor de Sin identidad, pues el misterio es, en el fondo, sencillo. No hay nada en la película que haga pensar en trampas. Sólo una historia que se desarrolla. Y muy bien, por cierto.

Esto es así porque el reparto al completo se cree la historia tanto como su guionista (un casi desconocido Oliver Butcher) y su director, por rocambolesca que pueda parecer en algunos momentos y con los típicos pequeños errores que los más puntillosos siempre utilizan para desmerecer los muchos aciertos de una película. Liam Neeson es un gran actor y posee el suficiente carisma como para sostener por sí solo cualquier proyecto que se le antoje. Tiene las cualidades para parecer fuerte y desvalido casi con un simple cambio de plano, y eso le hace perfecto para este papel. Diane Kruger y January Jones le dan la réplica femenina, y si bien la primera parece ir mejorando con el tiempo (su primer papel importante fue Troya, donde estuvo más bien fría y demostrando sólo ser un precioso maniquí), January Jones (a la que pronto veremos en X-Men. Primera generación) se encuentra, quizá, con el aspecto más endeble de Sin identidad. Su personaje es el más deslabazado, en el que se concentran los mayores agujeros del guión y eso le impide destacar. Aidan Quinn y Frank Langella bordan sus breves papeles, más breve todavía en el caso de Langella. El primero es un actorazo que despuntó hace años y que ha pasado demasiado tiempo desaparecido. El segundo es un placer para la vista y para el oído.

Pero si el reparto cuenta con estos grandes nombres de Hollwyood, tampoco hay que desmerecer los actores europeos que forman parte de la película, encabezados por Sebastian Koch (La vida de los otros) y Bruno Ganz (el Hitler de El hundimiento). Todos ellos dan un lustre especial a esta película, que es capaz de mantener el suspense y la emoción durante sus casi dos horas de metraje. Tiene puntos álgidos, como la espléndida persecución en coche por las calles de Berlín (de las mejores que se han visto en el cine comercial de los últimos años; excepcional desde todos los puntos de vista), y el guión sabe moverse con la habilidad suficiente entre los momentos de menor ritmo narrativo, que no cansan, sino que actúan como momentos de paz antes de desatar de nuevo ese frenético avance de la historia que marca la película para bien. Porque no hay confusión, hay oficio y un muy buen trabajo de montaje. Eso es un mérito añadido en este género, que habitualmente hace trampas al espectador o agita demasiado la cámara y los efectos especiales para acabar perdiendo de vista la narración.

Lo cierto es que Sin identidad es toda una sorpresa, una muy agradable sorpresa, porque procede de un director que parecía especializarse, casi encasillarse, en el cine de terror, después de La casa de cera y La huérfana y el más que curioso paréntesis en su filmografía que supone una película como ¡Goool! 2. El nombre de Collet-Serra gana muchos enteros con Sin identidad, porque el thriller es un género que avusa de la repetición y de lo rutinario y ésta película no sufre ninguno de esos dos defectos. Al contrario, es una historia muy entretenida que avanza con naturalidad y lejos de esos fuegos de artificio que suelen ofrecer directores (y productores) con una reputación mucho más consolidada en el mundo del cine. Y si encima ofrece la oportunidad de pegarse el gustazo de ver a un reparto espléndido, Sin identidad se convierte en una de esas películas que merece la pena ver. Un notable gustazo.

3 comentarios:

Jo Grass dijo...

Hace un tiempo vi el trailer y decidí que no debía perderme esta peli. Sé que ha triunfado en la cartelera americana manteniéndose nº 1 en taquilla durante un tiempo, aunque eso no es garantía de nada; sí lo es esta estupenda crítica que nos regalas!
Besos

José Vte. dijo...

Es verdad que la película tiene una pinta estupenda. A mi estas historias de personajes que se buscan a si mismos, desde la óptica del trhiller, me gustan mucho.
Estoy deseando verla.
Además tu crítica aun anima más a verla.

Un abrazo

Juan Rodríguez Millán dijo...

Jo, pues merece la pena, ya lo creo... ¡Ya avisaré cuando suba la entrevista que le hago al director este miércoles!

José Vicente, a mí también me encantan las pelíuclas así y en este caso es que está muy bien hecha, así que...