Cuando veo por primera vez a un actor o a una actriz y me emocionad sin límite, ese intérprete tiene ganado mi corazón cinéfilo. Cuando veo que, con los años, aquel que me ganó tan fácilmente se queda estancado en la facilidad de una carrera mediática, me dan ganas de llorar. Natalie Portman encajaba en esa descripción. Me volvió loco con su desgarradora niña de Leon. El profesional. Y, por si necesitaba algo más, me enamoró perdidamente con su pizpireta chiquilla de Beautiful girls. Pero a partir de ahí vi a una Natalie Portman diferente. Hermosa siempre, pero aburrida en apariencia. Sin creerse la mayoría de los personajes que hacía. Notaréis que estoy hablando en pasado. Porque con Cisne negro ha vuelto Natalie Portman. Ha vuelto esa intérprete imponente, esa actriz maravillosa que me encandiló hace más de quince años. Su retrato de cisne blanco es tan hermoso como el de cisne negro. Sus miedos, su calidez, su atrevimiento, su ira, su vergüenza, su ilusión, su trabajo. Todo eso lo pone en pantalla. Y eso, de nuevo, ha hecho que me estremezca, ha conectado conmigo, ha alcanzado mis sentidos y, como antaño, me ha vuelto a enamorar.
Sólo por ella ya valdría la pena ver Cisne negro. Sólo por ella y sobre todo por ella, porque al final la película se me queda un poco escasa para lo que podría haber dado de sí. Pero a los defectos llegaré luego, porque los méritos que incorpora a este título Natalie Portman son tantos que merece la pena seguir deteniéndose en ellos. Nina es una bailarina que ansía conseguir el papel principal de una representación de El lago de los cisnes. Es una preciosa joven que vive con una madre muy posesiva, que apenas sabe relacionarse con chicas de su edad y que desprende mucha sensibilidad, con lo que su cisne blanco es perfecto. ¿Pero puede ser también el cisne negro? ¿Tiene dentro de sí lo que hace falta para representar al lado más oscuro de la personalidad de ese personaje? Ese es el descenso a los infiernos que narra Cisne negro. Ese es el espectacular ejercicio que muestra Natalie Portman, la transformación de una mujer por medio de sus experiencias. Son brillantes sus gestos, sus miradas, sus palabras y sus silencios. La actriz ha confesado que las exigencias físicas para el papel fueron terribles y casi acaban con ella. Todo eso se nota en la pantalla. Todo. Saca a flor de piel tantas sensaciones que es imposible enumerarlas.
El envoltorio que crean los demás intérpretes para Natalie Portman contribuye a que su personaje, para mí, sea ya legendario. Ojo a Mila Kunis, una actriz todavía no demasiado conocida y que aquí podría haber encontrado la consagración definitiva si la luz de Natalie Portman no eclipsara por momentos todo lo que gira a su alrededor. Su traicionero y misterioso retrato de una bailarina en apariencia tan amiga como enemiga de Nina es brillante. Ambas protagonizan una de las escenas de sexo más arriesgadas que se han visto en pantalla en los últimos años, una escena brillante, evocadora yperturbadora a partes iguales. Barbara Hershey da vida a la madre de Nina, y sólo cabe preguntarse por qué esta mujer, que alcanzó cierta relevancia a finales de los 70 y comienzos de los 80, no tiene más papeles. Brillante contrapunto el suyo a Natalie Portman, aunque su personaje quede de alguna manera sin resolverse en el guión. Winona Ryder tiene el pequeño papel de la protagonista de El lago de los cisnes a la que sucede Nina (¿metáfora del Hollywood actual y la tiranía de la imagen y la edad?). Un papel duro, arriesgado, complejo y, probablemente, lo mejor de su filmografía. Vicent Cassel completa un pentagrama interpretativo inmenso, dando vida al director de la obra.
Cisne negro es una película de Darren Aronofsky. Nunca he comprendido su cine. Desde la experimental Pi hasta la sobrevalorada El luchador, pasando por la para mí poco efectiva (aunque para muchos su obra maestra) Requiem por un sueño y la absurdamente psicodélica y pedante La fuente de la vida. El caso es que Aronofsky es un director que cuenta con una reputación consolidada y con una legión suficientemente numerosa de seguidores. Cisne negro es la primera película de este realizador que consigue transmitirme algo. Y creo que eso se debe mucho más a Natalie Portman y a otros elementos que al propio Aronofsky. Sí es cierto que rueda con energía y firmeza las secuencias de baile (empezando por el hipnótico comienzo, una onírica escena que desprende magia), y que en ocasiones compone bellísimos planos de espejos y reflejos. Pero también creo que Cisne negro es una película a ratos tramposa, en especial en su por otra parte fascinante escena final. Juega con la fantasía (imprescindible para manejar esta historia) de una forma que a veces engancha y otras deja la sensación de que se traiciona lo que aparece en pantalla.
Eso sin contar con la obsesiva repetición de innecesarios planos siguiendo el caminar de una Natalie Portman de espaldas (técnica, por cierto, que ya usó y me desesperó con Mickey Rourke en El luchador). Con esto, escamotea sin que se atisbe explicación alguna para comprender esa elección de posición de la cámara algunos momentos preciosos para lo que pretende ser la película, una inmersión en el alma de la bailarina. Inmersión en la que también contribuye decisivamente la música de la película. No podía ser de otro modo, tratándose de un filme ambientado en el ballet. Lástima que el trabajo de Clint Mansell no pueda optar al Oscar por estar basado en la música de Chaikovski para El lago de los cisnes, porque la atmósfera musical es tan mágica como la interpretación de Natalie Portman. Esto hace de Cisne negro una película especial, diferente y de obligado visionado, que, sin embargo, no es la obra maestra que podría haber sido, quizá, en manos de otro director.
Por cierto, ¿me puede explicar alguien por qué esta película que se estrenó en Estados Unidos el 5 de septiembre de 2010 no llegará a las pantallas españolas hasta el 18 de febrero de 2011? ¿Qué lógica tiene esperar casi cinco meses y medio para el estreno en España de una película tan esperada, de la que se ha hablado tanto y que tendrá nominaciones para los Oscar? Luego dicen que hay piratería, pero con eso sólo buscan ocultar la deficiente política de distribución de demasiadas películas.
10 comentarios:
No había oido hablar de esta película, pero habrá que echarle un vistazo cuando la estrenen por aquí.
De Natalie Portman me pasa un poco como a tí, que nunca me ha transmitido gran cosa, correcta pero siempre fría, será porque las continuaciones de Star Wars no me gustaron demasiado y la asocio, en V de Vendetta si que me gustó.
Veremos
Saludos
Hola saludos desde Canadá aca ya se estrenó y tengo que decir que la vi dos veces. Me parece la mejor pelicula del 2010. Como bien dices, Natalie Portman finalmente se consagra como las grandes. PERO discrepo contigo, en CLOSER fue simplemente fantastica, la niña en esa triada de adultos, adulteros, espectacular. Ahora con Cisne Negro se consagra. Y te entiendo, entender y digerir a Darren Aronofsky no es nada sencillo. No pude con PI, pero requiem por un sueño es de ORO.
Muy buena reseña
Me encanta el ballet así que creo que no puedo perdérmela, sobre todo después de tu crítica! Un besote xoxo
Quiero verla quiero verla quiero verla. A lo mejor cuando acabe los exámenes y pueda volver a tener vida propia.
p.d.Natalie Portman no es santo de mi devoción, pero no voy a meterme con alguien que hizo V de Vendetta...
Yo tampoco le he cogido el punto a Aronofsky, no he conseguido conectar con él aunque reconozco que es un director que aporta algo diferente. De esta peli no sabía nada así que tendremos que esperar su estreno. Con la Portman coincido completamente contigo, a ver si también la recupero y me vuelve a enamorar!
besitos
José Vte., a mí sí me gustó la nueva trilogía de Star Wars, la miro con muy buenos ojos, pero no dudó en afirmar al mismo tiempo que Natalie estuvo... fría. V de Vendetta me gustó, menos que el cómic pero me gustó. A mí sí me transmitió muchísimo de niña. Y ahora espero que ya hayamos recuperado a Natalie Portman para siempre.
Gallo, a mí en Closer me gustó pero no me entusiasmó, aunque también es verdad que sólo la primera escena vale por diez de las películas que ha hecho Natalie Portman en estos años. A mí Aronofsky sigue sin convencerme. Ni siquiera termina de llegarme con este 'Cisne Negro', aunque es la primera vez que me gusta, lo que no es poco. ¡Un placer que me hayas leído desde tan lejos! Espero que sigas pasándote por aquí... y discrepando cuando quieras, que eso también es bienvenido.
Van, a mí me han gustado muchas cosas. Cuando la veas, tenemos que comentarla, porque tengo ganas de que alguien me cuente qué le pareció desde esa óptica de gusto por el ballet.
Key, te van a dar tiempo a tener vida propia, no te preocupes, que hasta febrero no se estrena... ¿Has visto esas 'El profesional' o 'Beautiful girls'? No concibo que Natalie no sea santo de la devoción de cualquiera después de verla en ambas, je, je, je...
Jo, creo que sí, creo que sobre Natalie vas a coincidir porque está soberbia, de verdad. Y a ver qué me cuentas de Aronofsky cuando la veas, que eso también me interesa...
He visto León, pero hace mil años... la otra me la apunto para cuando tenga un ratito :D
Me temo que yo no estoy de acuerdo contigo esta vez, la vi este fin de semana pasado ante tanto revuelo que ha causado por los Oscars, etc...
A mi me parece una película muy sosa, lo que todo el mundo interpreta como una lección sobre la obsesión por la perfección, yo lo veo un trastorno de personalidad o identidad que el director no ha sabido explotar, cosa que me extraña siendo quien es y teniendo la fama que tiene con Requiem por un sueño, película que nos ponen de ejemplo en mi facultad para explicar el trastorno.
En mi opinión el argumento es bueno, pero se queda corto para el bombo que le han dado. Para mi, no es una pelicula merecedora de tanto Oscar. Hay películas más sencillas y que me llenan más que esta.
Un besito!
Key, pues échale un vistazo, que seguro que ahora, viendo a Natalie Portman ya de adulta, te sorprende ver muchas de sus características como actriz en una niña...
Estela, bueno, creo que estamos más de acuerdo de lo que parece, je, je, je... No creo que sin Natalie la película valiera tanto. Ya dije que a mí Aronofsky no me entusiasma lo más mínimo, ni siquiera su alabadísimo (y ya veo que usado como ejemplo) 'Requiem por un sueño'.
http://carlasthings.blogspot.com/
Publicar un comentario