viernes, diciembre 17, 2010

Adiós a Blake Edwards, el cómico que me hizo llorar

El salto de la comedia al drama me parece de lo más complejo. Y suele darse que grandes actores cómicos acaben convirtiéndose en magníficos intérpretes dramáticos. Al revés puede que no se dé tanto. Y si hablamos de directores, estamos hablando de algo casi imposible. Pero hay uno. Uno que me hizo llorar, temblar y estremecerme. Uno que hacía comedias y que, de repente, se sacó de la manga un drama inolvidable. Él es Blake Edwards. Era, porque nos ha dejado. Y la película en cuestión es Días de vino y rosas. Sí, ya sé que al morirse Blake Edwards todo el mundo habla de La pantera rosa, de El guateque o de Víctor o Victoria. Para mí, Blake Edwards siempre será el director de Días de vino y rosas, una de las películas más duras y estremecedoramente reales que he visto y que seguramente veré en mi vida. Un crudo retrato sobre el alcoholismo con unos magistrales Jack Lemmon y Lee Remick. Y seguro que Blake Edwars sabía hacer reír. No lo dudo. Pero cómo me hizo llorar con este drama.

Y es el director, claro, de Desayuno con diamantes. Truman Capote, autor del cuento en el que está basada la película, la escribió con Marilyn Monroe en la cabeza. Y Marilyn era muchas cosas, la mayoría de ellas buenas, impresionantes y capaces de dejar sin habla. Pero no era Holly. Blake Edwards nos ofreció a cambio a un ángel. A Audrey. A Henry Mancini no le quedó más remedio que escribir la inolvidable Moon River pensando en Audrey. Pero el que estaba sentado en la silla de director era Blake Edwards, no lo olvidéis. Él nos hizo a la Holly que tenemos en la cabeza. Y ahí también nos hizo reír. Con Gato. Con la guitarra. Con el vecino. Con Holly. Y también nos hizo llorar. Pero de otra forma. No como con Días de vino y rosas, sino de una forma mucho más tierna y alegre. Eso es el cine, ¿no? Y la Academia no lo vio. No le dio el Oscar por ninguna de las dos. Sólo le dio el honorífico hace unos pocos años. Menos mal que todos saben que los premios son injustos y que el cine siempre será cine. Como Días de vino y rosas. Como Desayuno con diamantes. Hasta siempre, amigo.

3 comentarios:

Jo Grass dijo...

Días de vino y rosas es un gran peliculón! De eso no hay la menor duda. Y Holly resultó un angel gracias al talento de Edwars. Un icono, una leyenda!
Besos

José Vte. dijo...

Genial Blake Edwards, sin duda ha muerto uno de los mas grandes de Hoollywood, a pesar de algunos altibajos como lo pesado que se puso con la saga de la pantera rosa.
Pero Desayuno con diamantes, Victor o Victoria, Chantaje a una mujer, o tu preferida Dias de vino y rosas, que también es de las mias (una de las etiquetas de mi blog se llama así), entre otras, hacen de este director un grande entre los grandes.

Vaya mesecitos que llevamos, se están yendo algunos de los mas grandes de la comedia de toda la historia.

Descanse en paz

Unknown dijo...

Jo, "Desayuno con diamantes". Se va Edwards justo en el año en que se cumple el medio siglo de la peli. Qué mala coincidencia.

Felices Fiestas, Juan.