Con Woody Allen tengo un problema. No suelo verle la genialidad que sí le ven otros muchos (más entre la crítica que entre el público, porque su cine no llega tanto a la gente como a quienes lo evalúan... y mucho menos en Estados Unidos). Me pasa un poco lo mismo que con Almodóvar o Tarantino, aunque sí tengo que reconocer que Woody Allen me ha llegado en alguna ocasión, cosa que no puedo decir de los otros dos. Admiro la originalidad y audacia formal de Annie Hall (aunque creo que la película ha envejecido bastante mal), disfruto mucho con la cinefilia pura y el romanticismo de La rosa púrpura del Cairo, me río lo que no está en los escritos con las ocurrencias de Misterioso asesinato en Manahattan o admiro la complejidad psicológica de Match point. Si la cosa funciona, en cambio, no tiene nada que me llame especialmente la atención.
Y es que Woody Allen suele aburrirme o quedarse en relatos amables pero intrascedentes (Si la cosa funciona se adapta más a la segunda categoría). Ha llegado un punto en el que lo que hace me parece carente de interés. Y me resulta curioso que ahí, además de defectos propios, le pueda achacar defectos del cine de esos otros dos directores que mencionaba antes. Woody Allen, en sus últimas películas, ha almodovarizado su universo. Si donde antes pretendía mostrar la vida de personas reales en el Nueva York contemporáneo, ahora ha decidido introducir personajes atípicos. La loca de Vicky Cristina Barcelona o el gay que no sabe que lo es de Si la cosa funciona. En cuanto a Tarantino, me parece inevitable trazar un paralelismo entre el final de esta película del neoyorquino y el de Malditos bastardos. En ambas creo que hay un arranque de ego bastante peculiar, un autohomenaje de esos que provocarán la más sonora carcajada de sus seguidores y la indiferencia, cuando no malestar, de sus detractores. A mí me provocó indeferencia.
Si la cosa funciona parece, sobre el papel, un regreso de Woody Allen a sus orígines. Es decir, a retratos sentimentales de personas anónimas, en una película modesta y breve (apenas 90 minutos). Lo que pasa es que yo lo he terminado viendo como un autoplagio nada disimulado, que sólo introduce la novedad del momento temporal en que transcurre, hoy y no en los 70. No sé hasta que punto necesitaba esta película un relato mirando a cámara, como el que el propio Woody Allen hacía en Annie Hall. El autoplagio en el personaje protagonista ya hace tiempo que estaba agotado. Y es que el realizador siempre es quien protagoniza sus películas, sea con su propio rostro o con el de otros actores, y eso ya viene lastrando el cine de Woody Allen desde hace demasiados años (bien es cierto que Larry David hace un Woody Allen más completo que el que el propio director es capaz de hacer).
Como también esa manía de comenzar sus películas con unos aburridísimos títulos de crédito sobre fondo negro (¿estamos siempre viendo la misma película? ¿es el cine de Woody Allen un bucle interminable?) o el repetitivo uso de la misma clase de música (¿se saltó la clase en la que se explicaba el uso de la música instrumental?), que parece que utiliza para satisfacer gustos personales y no para enriquecer el filme. Como también esa repetición de los mismos personajes. Cambian las edades, cambian las profesiones, pero son los mismos arquetipos. Es el mismo grupo de amigos, aunque ya sin los amigos de Woody Allen en sus inicios. No está Diane Keaton, no está Alan Alda, no está Mia Farrow, no está Danny Aiello, no está Dianne Wiest... ni siquiera está el propio Woody Allen. Pero son los mismos.
Con todo lo anterior, queda bastante claro que no comparto la casi unanimidad de la crítica, que ha visto en Si la cosa funciona un regreso de la genailidad de Wood Allen después de los fiascos de Scoop o Vicky Crsitina Barcelona (que, paradójicamente, no fueron fiascos para la misma crítica en el momento de sus respectivos estrenos...). ¿Es una mala película? No, no es eso. Se trata de una historieta menor, con algún momento chispeante en el guión y que sacará alguna sonrisa cuanto más se identifique el espectador con algún momento del filme que haya vivido en la realidad. Es una película amable y bonachona, pero lo es tanto que adquiere el nivel de intrascedente y no perdura en la memoria.
La principal crítica que se le puede hacer es que en ella no hay mucho que le haga sobresalir de las cientos de comedias que se hacen hoy en día. Si acaso, que el protagonista es un anciano y no una pareja de actores jóvenes y prometedores de esos que a los 25 años ya están olvidados. Si acaso, alguna conversación ingeniosa. Si acaso, algún momento de Patricia Clarckson, de largo la mejor intérprete de la película (aunque su personaje me parezca de lo más endeble del guión). Pero poco más. ¿La cosa funciona? Para mí no demasiado.
10 comentarios:
Gran comentario sobre la peli.
No puedo decir si estoy de acuerdo o no, porque no la he visto. Con lo que sí puedo decir que estoy de acuerdo es con la percepción que tienes de Woody Allen. A mí tampoco me parece justificada la imagen de genio que siempre le atribuyen, sus películas me llaman poco o nada. Me aburre. Pero claro, es una opinión personal.
A mí me interesó Allen en otra época, como en Zelig, la Rosa Púrpura del Cairo y las que nombras tú pero, hace tiempo que pienso que los tipos como él, que llevan una eternidad haciendo lo mismo pero conocen bien su oficio deberían trabajar apoyando a jóvenes talentos que tienen las ideas frescas y algo que contar, porque su mirada es acorde con el tiempo en el que viven y la de Allen hace mucho que caducó de verdad.
En cualquier caso, esta película podría funcionar en versión teatral, con un buen elenco y sintiendo la respiración del público a sus pies. De cine tiene poco y malo, además del autoplagio que mencionas, que aquí me parece fuera de lugar y una excusa para abrir y cerrar el texto.
pero, claro, como dice Sonia, esta es una opinión personal.
( Nunca se cansa de esos títulos de crédito??????)
besos
Yo vi "Match Point" pensando que era una comedia,imagínate el chasco.Woody Allen es ingenioso y tal,pero ninguna de sus comedias me ha hecho reir.Supongo que su humor es tan inteligente que no hace gracia.
Si te digo la verdad no he visto ninguna pelicula de Woody Allen...Bueno si,la de Vicky-Cristina Barcelona,la verdad que me gustó,pero realmente entiendo lo que dices..Woody es único y sólo lo entienden muy pocos...
Más bien, la "cosa" va funcionando... La longevidad de Woody Allen tras la cámara es digna de tener en cuenta, aunque, como bien dices, tampoco se ve un progreso evolutivo igual de significativa (será "porque funciona". A mi no me desagrada e incluso me hacen gracia muchas escenas de sus películas. Pero de ahí a idolatrarlo como a un genio... ya son palabras mayores. No creo tampoco que aquello que toca se convierta en oro. Sería como la frase sobre el diablo: se le valora más por "viejo" que por "diablo".
Greetings
Sonia, muchas gracias. Es que esto del cine va de opiniones personales, por mucho que algunos se empeñen en lo contrario...
Jo, tengo todavía pendientes algunas películas de Woody Allen de esa época, pero la de ahora ya no me interesa casi nunca. Menos mal que alguien dice lo de los títulos de crédito, que ya pensaba que yo era el único loco, je, je, je...
Doctora, no es mala definición de Woody Allen, no...
M@r@, esa idea no me entusiasma, el cine es para la gente y si la gente no lo entiende, malo...
Reverendo, como digo alguna frase ingeniosa sí me llega, pero el conjunto normalmente no. Quizá si no hiciera una película por año...
Yo es que tengo que reconocer que lo mío con Woody Allen es pasional absolutamente. Me puede gustar más, mucho más y totalmente. Y este sábado cuando por fin vi SI LA COSA FUNCIONA caí rendida por completo de nuevo a su magia. Esa que hace que sonría desde el primer momento cuando sobre el fondo negro se dibujan ya los títulos de crédito y Larry David empieza a hablarnos de frente sin complejos. Puede que la mirada de Allen ya esté trasnochada, pero a mí es una mirada que me fascina y que al igual que la de Eastwood no me cansa nunca.
Aru, me lo imaginaba, je, je, je... Pero es lo que digo siempre, el cine es la impresión que te deja. En Eastwood sí concidimos, pero en Woody me temo que no...
Concuerdo, y mucho con el artículo. Yo pienso que a Woody se le tiene esa especie de "idolatría" por lo grande que fue alguna vez, pero lamentablemente no creo que mantenga su "sello de calidad". Sus viejas películas ("La Rosa Púrpura del Cairo", "Zelig", "Bananas", etc) han sido muy buenas, pero no ha hecho nada que me conforme en "el nuevo siglo" ("Celebrity" me gustó, pero no me pareció genial).
Creo que "Vicky Cristina Barcelona" fue un fiasco, y un desastre (más que nada por Penélope Cruz quien, digan lo que digan, me parece una actriz lamentable, y su Oscar es uno de los más injustos de la historia..., ése año debió ser para Amy Adams por "Doubt", pero ese es otro tema).
En fin, me encantó el artículo, y reitero que pienso muy parecido...
Saludos...
Leila, pues si tú coincides conmigo sobre Woody Allen, yo tengo que decir que coincido contigo sobre Penélope Cruz, je, je, je...
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