Cada vez que llega a los cines una película de Roland Emmerich, los críticos se frotan las manos. ¡Es hora de despedazar un estreno! Por eso, esta vez el director ha adoptado medidas preventivas: los críticos no pudieron ver la película antes del estreno. No hubo pase de prensa. Quizá así Emmerich ha conseguido algún espectador más porque, efectivamente, en cuanto la han visto, los críticos han masacrado 10.000. Y tampoco es para tanto, la verdad, porque 10.000 es una correcta película de aventuras, sin más, algo vacía pero lo suficientemente espectacular como para llenar algo menos de dos horas de entretenimiento. Pero ya se sabe que la crítica es así...
Emmerich se dio a conocer con Stargate (antes había hecho Soldado aniversal, pero aquella , mucho más que una película de su director, era el título que unía a dos de los forzudos de moda en los 80, Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren), una entretenidísima aventura de ciencia ficción. Después realizó Independence Day, un filme que la gente se tomó demasiado en serio para disfrutarlo en su justa medida. El patinazo de Godzilla fue enorme (ni pies ni cabeza en una grandilocuente demostración de que el dinero no garantiza una buena obra de acción), y después dirigió El patriota (la única de todas estas que no he visto) y El día de mañana (sin ser nada del otro mundo, mejor de lo que esperaba). Emmerich no un director ni bueno, ni malo. Es un correcto profesional que un día se creyó muy bueno pero que tampoco es tan malo.
10.000 recupera para el cine el periodo de la prehistoria, ese que tantos delirios provocó en los años 60 con películas del tipo Hace un millón de años (con una espectacularmente imposible Rachel Welch), esas en la que los dinosaurios eran la principal preocupación de los hombres de la época. La película de Emmerich no tiene tampoco rigor histórico alguno (ni en el argumento, ni en los escenarios ni en el aspecto visual de los personajes). Pero aceptado ese lastre (cada día más inevitable en el cine actual, especialmente en el norteamericano), no deja de ser una correcta película de aventuras, en la que un hombre se enfrenta al destino por el amor de la mujer que quiere y por la libertad de su pueblo.
El guión es bastante tópico, pero avanza con cierta corrección. Los actores, ninguno de ellos demasiado conocido, simplemente cumplen con lo que se les pide: actuar con cierta credibilidad frente a una pantalla verde que después se rellenará en postproducción con el entorno fantástico en el que transcurre la historia. Lo mejor, sin duda, son las escenas de masas en el tramo final del filme, que recuerdan al cine de otra época. Porque, a pesar de los efectos especiales por ordenador (bastante visibles en las apariciones del tigre de dientes de sable o las de los mamuts), el tono que Emmerich le da al filme pretende ser bastante clásico. Los movimientos de cámara son pausados, la acción se ve perfectamente, se prescinde del ritmo de videoclip que tanto daño ha hecho en el cine moderno de acción y aventuras.
Emmerich se permite el lujo plagiar lo que todos han plagiado ya en el más reciente cine de aventuras: las grandes panorámicas se ofrecen como Peter Jackson las rodó para su trilogía de El Señor de los Anillos, con un amplio movimiento circular que permita ver todo el horizonte. Ya no hay caminar de protagonistas en este tipo de cine que no haga clara referencia a la visión cinematográfica de Tolkien. Ya no se puede planificar una escena así de otro modo. El propio Emmerich se plagia a sí mismo en el tramo final de la película, donde es inevitable recordar algunos momentos de Stargate.
Una curiosidad para acabar. Durante toda la proyección de 10.000, tuve la sensación de que había visto antes a la actriz protagonista. Su nombre es Camilla Belle y tiene 21 años. Demasiado joven para recordarla por alguna película reciente, pensé. Y me puse a buscar es su filmografía. Y entonces me di cuenta. ¡Camilla Belle es la niña que aparece al comienzo de El mundo perdido, la secuela de Parque Jurásico! Cómo pasa el tiempo, madre mía...
3 comentarios:
Juan, hoy tengo que estar en desacuerdo contigo, porque a mi 10000 me pareció una pelicula inevitablemente MALA. Con todas las letras. Y que si que es cierto, que no se hace aburrida en ningún momento, pero a base de tópicos uno trás otro. Y en mi sala al menos, la gente ser reía más que con una comedia. No creo que fuera el objetivo. A mi no me disgusta el director. Stargate es una pelicula fantastica, Independence también (pese a quien le pese, es cine de entretenimiento 100%), y El día de mañana me sorprendió muy gratamente (aunque el prota cruzara andando EEUU en 3 días y con una glaciación en marcha). Pero de esta peli no puedo sacar más que cachondeo gratutito y muy poquito cine y entretenimiento.
Un saludo!
HOla Juan! Hijo, gracias por preguntar, estoy bien, pero itinerante de la muerte (hogar paterno-pisito de soltera-hogar vacacional paterno) y así no hay quien postee. Gracias por preguntar!
¿Cómo haces para mantener 4 blogs???
Este hombre todavía no me ha decepcionado. Mejores o peores, nunca he dejado de encontrar lo que iba buscando: películas espectaculares, con ritmo y tremedamente entretenidas. No creo que esta sea una excepción y, supongo, puedes morir de topicazos, pero no hay más que leer la sinopsis para imaginarlo.
Enhorabuena por el blog, Juan.
Saludos.
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